Realidades

Ya he visto las escenas y son terribles, sobrecogedoras. El impacto de ese disparo a corta distancia y directo a la cabeza de un joven que con razón o sin ella trataba de evitar el apresamiento de un indigente culpable o no, no lo sabemos quien supuestamente limpiaba vidrios de autos lo cual tampoco sabemos a ciencia cierta. Y no tuvo lugar el hecho en Guachupita sino en la Avenida Lincoln con Kennedy (por pura casualidad dos presidentes americanos) o sea que ya la gobernabilidad perdida se acerca a los barrios de clase media alta y a sus centros comerciales con sus vitrinas y sus ofertas de un estilo de vida.

Ahora todos condenan al policía que mató al joven y en efecto, es condenable. Pero esa no es toda la historia porque esta como todas tiene antecedentes y consecuencias. Es que los dominicanos no quieren entender que el engaño y la hipocresía en que viven no pagan ni resuelven. Tengo dicho y hasta harto estoy de hacerlo que en este país, cada vez es mas frecuente que la gente intervenga tratando de impedir un arresto con o sin causa justificada. En cualquier país del mundo esa es una acción ilegal, la obstrucción de la justicia, interferir con la fuerza pública es un delito grave. Debido a la falta de credibilidad, los antecedentes, la comprobada corrupción policial y la cultura del «to e to y na e na» sucede sólo que ahora no fue un chiste.
A veces, el o los policías no se atreven a producir el arresto- repito con o sin causa justificada- para beneficio del delincuente si lo era. Otras veces el forcejeo termina en una tragedia como la de este joven. Entonces no es asunto de opinar a lo loco ni salir a la defensa del joven muerto ni tampoco del otro que fue arrestado ni del jefe de la Policía Municipal hablar estupideces. La situación es muchísimo mas grave de los que aparenta y una demostración inequívoca de hasta donde la autoridad ha dejado de ser y ejercer.
La gente está resistiendo los arrestos porque la policía ni el gobierno entero tienen autoridad moral. Porque saben que los arrestados no son ministros o funcionarios culpables sino indigentes o incluso delincuentes de poca monta; gente a veces inocentes y otras culpables, pero como contra los culpables poderosos no se hace nada, todos los demás se consideran amparados por la misma licencia.
Hay muchos que creen que los pobres y los marginados con estúpidos. Y para algunas cosas si que lo son pero no se engañen. Aquí todo el mundo sabe que la impunidad servida a los políticos delincuentes debe cobijar a todos los que son delincuentes aunque no sean políticos y ahí termina lo poco de república que habíamos llegado a ser.
Nadie puede hacerse una idea de la magnitud del daño que el PLD le ha infligido a este país y ningún predecesor le ha hecho tanto como Danilo Medina. Solamente espero que el esté vivo para cuando le llegue su hora. ¡Que tipo tan despreciable!
Para deshacerse de Medina y del PLD los dominicanos necesitan al menos dos cosas. Determinación propia y liderazgo innovador. No tenemos ninguna de las dos en este momento pero estamos haciendo lo que hay que hacer, recorriendo el camino que nos lleva a esa intersección.

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