Venduteros de pesimismo
Economistas de los que hablan o escriben en ucraniano, políticos y escribanos obesos de ignorancia aúnan esfuerzos para propagar la falsa nueva de que la economía ha colapsado, estancado o que solo gira en círculo, por lo que a su insano juicio lo que se mercadea como buen queso no es más que jabón de cuaba.
Esos mercaderes del pesimismo y depredadores mediáticos exhiben listas o rankings en los que República Dominicana figue cuanto menos detrás del último, Como si figurar arriba o abajo determine de manera definitiva el comportamiento de cualquier renglón de las cuentas nacionales o del índice de desarrollo humano.
El ABC de la economía indica que cualquier situación o suceso económico o social debe ser analizado no sólo en sí mismo sino también en su contexto, porque más que el lugar que se ocupa en una de esas listas, más importante sería determinar si se crean las condiciones para avanzar o retroceder.
Un buen ejemplo sería decir que todavía y por muchos años, el país estará en lugar rezagado en el ranking de educación, pero solo un loco negaría que el sector educativo vive un fecundo periodo de profundas transformaciones.
Como resulta muy difícil entender a los economistas que hablan en ucraniano, y para evitar caer en la obesidad de la ignorancia, se recomienda aplicar el sentido común ante el oleaje de pesimismo que azuza gente que arrastran los pies.
Para saber si la economía dominicana crece o se estanca hay que preguntar si es verdad o mentira que la previsión de crecimiento sería mayor al 5.5% en proporción al Producto Interno Bruto (PIB), o si es falso que el ingreso en divisas para este año sobrepasaría los 28 mil millones de dólares.
También vale la pena preguntar si alguna calificadora de riesgo u organismo internacional de control o supervisión económica ha llamado la atención sobre algún inminente descalabro en el servicio de la deuda externa o si ha advertido sobre la insostenibilidad del endeudamiento.
¿Hay algún mal de fondo en el sector de intermediación financiera? ¿Prevalecen riesgos de subida súbita del índice de inflación? ¿Bajaron abruptamente los precios del cacao, Café, tabaco procesado, oro u otro producto de la canasta básica de exportación? ¿Hay escases o carestía de alimentos básicos?
Se puede indagar también si se ha ampliado o reducido el déficit de Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos o si se reducen los ingresos por turismo, remesas e inversión extranjera directa.
Esos economistas, comunicadores y políticos nunca entienden la relación que hay entre endeudamiento y déficit fiscal, como tampoco hablan o escriben de la baja presión tributaria ni mucho menos de la necesidad de una reforma fiscal como la recomendó el representan del Banco Interamericano de Desarrollo.
Un amigo sancarleño, al preguntarle sobre su situación económica, acostumbra a respondes “mi economía todavía está mal, pero va muy bien”, respuesta filosófica que deberíamos dar a esos venduteros de pesimismo que arrastran los pies.