Un soborno desde el cielo

Se cuenta que los ejecutivos de la más famosa marca de refresco del género gaseosa, visitaron al Señor en el cielo, para hacerle una propuesta de negocio, que consistía en lo siguiente, que en la oración del “Padre Nuestro” se sustituyera la expresión “pan nuestro de cada día”, por “refresco marca tal de cada día”. Pero primero tuvieron que dar algunos millones de dólares a San Pedro para que este se comunicara con su jefe y lo convenciera de lo viable y lucrativo del negocio, ante la reiterada negativa del responsable de la gran puerta del cielo, los ejecutivos fueron aumentando el monto hasta que San Pedro –sobornado-, se marchó a cumplir su misión por comisión recibida. Desde luego, el Señor no acepta ese tipo de propuesta ni de cualquier tipo que esté en desacuerdo con la moral. No obstante, San Pedro, según se cuenta, regresó diciendo que, “mi patrón pidió varios meses para pensarlo, yo necesito algo más de dinero para lograr convencerlo”. Años después, dizque un periódico que hizo una profunda investigación al respecto tituló en primera plana, “Un soborno desde el cielo”. No sé si ese mismo medio es el que ha revelado la información de un nuevo soborno hecho desde las alturas, al nivel que vuelan los aviones del tipo Tucano, pero por elevado que sea su vuelo, no impide ver en tierra la suma de 3.7 millones de dólares, una cantidad suficiente para que cualquier coronel enviado a la “Cámara Alta”, soborne hasta el mismo San Pedro. Cuando uno escucha cuentos como el que inicia este artículo se ríe y no imagina que en el mundo de lo real puedan suceder estas cosas. No es concebible que acontezcan hechos como el denunciado en el escándalo de los ya famosos aviones Tucano y más porque a nadie se le ocurre pensar que San Pedro pueda tener un cómplice para sus estafas. La razón inclina a creer que si la corrupción llega hasta el cielo, a lo alto del supremo poder, entonces todo está perdido, al punto que pudieran enviar a las calles los millares de ladronzuelos que están en nuestras cárceles, porque su mal comparado con este soborno es “percata minuta”, o terminaremos aceptando la frase de Víctor Hugo de que “los que están presos no son malos sino que tienen mala suerte, porque lo descubrieron”. La burla a la nación es tan alta como el soborno. Primero, crear la falsa necesidad de que los aviones son fundamentales para combatir el narcotráfico. Segundo, buscar apoyo en la opinión pública para sembrar la idea de que sin esa vigilancia el crimen organizado se apodera del país. Y tercero, defender esos argumentos en el Congreso Nacional. Esto último constituye un descaro al nivel de la vulgar rastrería de los piratas y filibusteros del siglo XVII y de los pillos de los caminos que despojan a los agricultores hasta de un racimo de plátano. ¡Ofrézcame cuanto descaro! Que no vengan con el otro cuento de que la acusación es política y que su motivo es hacer daño, porque si se habla de daño este nunca será mayor que los perjuicios que sufre la sociedad cuando se le despoja o atraca de unos recursos de ese monto. Y pensar en los millones de dominicanos que se pasan la vida trabajando y se le pensiona con sumas miserables porque dizque no hay dinero. Es increíble, “el Estado es un despojo”, por eso “vuelve y vuelve Fulano”. Gracias que aparecen personas que todavía conservan aire en sus pulmones para vocear “ladrones”. Cosa que a ellos ya no les importa, pues viven del refrán que dice, “perro que ladra no muerde”. Da pena que esta sociedad haya estado por varios períodos tan sobornada desde lo alto.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios