Un himno clásico evangélico para despedir a Kiko la quema

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EL AUTOR es escritor. Reside en Santo Domingo.

Un halo de misterio, confusión y desconcierto envolvió el momento en que se celebraba el acto funeral de Antonio Figuereo Bautista, conocido como “Kiko la Quema”, cabecilla   de una peligrosa banda criminal que se dedicaba al tráfico de drogas y otras fechorías en el municipio de  Cambita Garabitos, en San Cristóbal, República Dominicana.

Un nutrido grupo de creyentes evangélicos elevaba   las notas del himno “Cuando allá se pase lista”. Se trata de un canto clásico de la liturgia evangélica. Con   un esencial sentido escatológico este himno expone   en breves y poéticas palabras la verdad que establece que al final de la  existencia humana todos los vivientes inevitablemente tenemos que comparecer  ante el trono majestuoso de un Dios santo y justo para rendirle cuentas por la forma en que hemos vivido en esta tierra.

No hay plena certeza de si estas “honras fúnebres” fueron  una expresión de indulgente gratitud a los favores compensatorios que dispensó este falso héroe, o el  compromiso de solidaridad y consuelo con  que las congregaciones de la comunidad suelen apoyar a  los familiares de quienes parten de esta tierra.

El medio de este  doloroso y contradictorio ceremonial,  alguien se atrevió a decir.  “kiko la Quema no puede estar en esa lista”. “De qué listan será que hablan”.  Esto simplemente  recoge, aunque con descreimiento y duda,  una manera de hacer teología desde el rumor callejero y popular.

El análisis de un fenómeno como este invita a discernir hasta donde la iglesia ha perdido su pertinencia y compromiso misionero en la tradición  ritual de una cultura que celebra acontecimientos y fecha sin que su contenido se traduzca en un valor trascendente que conecte con los propósitos supremos de la existencia: La dignidad, la justicia, la convivencia, la paz,  el respeto y el verdadero amor al prójimo, aunque todo esto implique negaciones, renuncias, riesgos y rechazos.

Este escenario   en si mismo dice que en medio del municipio de Cambita Garabitos hay una comunidad cristiana, lo que no se puede determinar, y ojalá esto pudiera analizarse, hasta donde esta comunidad de creyente en su conjunto y formación   valida en su esencia el contenido integral del evangelio que predica.

Incluso, el contenido teológico y trascendente del himno    “Cuando allá se pase lista” nos lleva a reflexionar sobre nuestro   obrar en el presente y nos llama a meditar sobre   la vida, la muerte, la eternidad,  el juicio final y la recompensa definitiva del actuar humano en el tiempo. Todo esto  está resumido en unos versos rítmicos y sencillos y,  a la misma vez,  profundos y estremecedores de una  canción  que mientras estemos en vida no deberíamos pasar por alto.

La iglesia aunque sea pequeña y limitada no  puede rendirse  ante la complicidad y el silencio, a cambio de complacencias baratas y favores interesados y oportunistas. El contexto de este funeral despierta la sospecha   que  parte de  la comunidad   evangélica de Cambita Garabitos  se dejó arrastrar  a la “escobarización” en la que domina la cultura  de “la solidaridad del miedo y del mal necesario”, como señaló el siquiatra José Miguel Gómez.

Con la interpretación del  número 20 del Himnario de Gloria, se hizo uso de uno de los recursos más valiosos de los inicios y expansión de la misión cristiana en toda Latinoamérica.  Los himnarios forman parte integral de la vida espiritual y comunitaria de las iglesias evangélicas.  Ellos suelen contener canciones que reflejan las doctrinas y enseñanzas teológicas de la fe que proclamamos.

Los himnarios se utilizan en los servicios de adoración y cultos para expresar alabanza, gratitud y adoración a Dios en un ambiente de reverencia y devoción en el que se fortalece el sentido de comunidad entre los creyentes.

Es un material impreso para ser cantado que también apoya en la formación teológica, así como en el consuelo y la fortaleza espiritual de los creyentes. En particular, “Cuando allá se pase lista”, tiene que ver, en su sentido teológico, con la cuenta moral que al final de nuestras vidas tenemos que rendirle a un Dios Santo y Justo que nos dio el privilegio de existir.

Cuando la trompeta suene

en aquel día final,

y que el alba eterna rompa en claridad;

Cuando las naciones salvas

a su patria lleguen ya,

y que sea pasada lista, allí he de estar.

Cuando allá se pase lista;

A mi nombre yo feliz responderé.

Rescatando el valor escatológico de este himno  tendré   que hablar del  Gran Trono Blanco y  el juicio con los libros abiertos  (Ap 20:11-5).  Como parte  final del cierre de  la historia humana, después del  Reino Milenial,  Apocalipsis describe  el Juicio del  Gran Trono Blanco

En contraste con los juicios previos de los justos, y los diversos juicios de Dios sobre israelitas y gentiles que viven en el mundo, este es el juicio que decreta la sentencia final de los perdidos en el contexto dramático más serio, aleccionador y trágico de toda la Biblia. Será la última escena de la corte que tendrá lugar. Después de esto, nunca más habrá un juicio, y el Señor nunca tendrá que actuar como Juez.

Este  trono color blanco de la Majestad Divina  sugiere pureza, santidad y justicia. Desde este estrado Dios pondrá de manifiesto toda su   santidad y aplicará toda su justicia. Después de su rotunda victoria sobre Satanás y sus enemigos el Señor tomará el control sobre todas fuerzas del mal.

Los creyentes podemos estar seguros de que el Señor juzgará al mundo, que  el mal será castigado y la fidelidad será recompensada. … y los libros fueron abiertos: y otro libro fue abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras (Ap 20 12).

El libro de la vida

Otro libro fue abierto, el cual es de la vida… (Ap 20:12)  Este libro contiene los nombres de todas las personas que nacieron: Tus ojos veían mi embrión, Todos mis días fueron trazados, Y se escribieron en tu Rollo, Cuando aún no existía ninguno de ellos (Sal 139:16).

El libro de la vida se presenta en varios pasajes de las Escrituras, en particular en Apocalipsis 20:15: “Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego”. Este libro contiene los nombres de los vivientes. Es el libro de la esperanza de Dios.

Es decir, cada vez que nace un ser humano, Dios escribe el nombre de esa persona en su libro; y muere sin haber recibido a Cristo (Apocalipsis 3:5), ese nombre se borra del libro de tal manera, que en la eternidad los únicos nombres que estarán en el libro de la vida son los que recibieron a Cristo por la fe mientras vivieron.

Los nombres de los creyentes se conservan en el libro de la vida: “El que venza se vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del libro de la vida” (Ap 3:5). Sin embargo, los perdidos tendrán sus nombres borrados del libro de la vida.

El rey David dijo: Que sean borrados del libro de la vida y no sean listados con los justos (Salmo 69:28). Muchos años antes, Moisés le había suplicado a Dios que lo borrara de su libro en lugar de negar el perdón a los israelitas que habían pecado (Ex 32:30-32).  Debido a que los nombres de los perdidos serán borrados, serán dignos de este juicio.

El hades y la muerte

Aquellos que comparecen delante del trono de Dios en Apocalipsis 20:12 no pusieron su fe en Cristo y, por lo tanto, sus nombres no están inscritos en el libro de la vida. De manera que “fueron juzgados … por las cosas escritas en los libros, según sus obras”.

El justo juicio de Dios será aplicado a cada uno de aquellos individuos. Rechazaron el regalo de la salvación y son juzgados “según sus obras”. Las obras no salvan, pero determinan el grado de condenación del inconverso y la magnitud de la recompensa del creyente.

En aquel día sin nieblas,

en que muerte ya no habrá,

y su gloria el Salvador impartirá;

Cuando los llamados entren

a su celestial hogar,

y que sea pasada lista, allí he de estar.

Trabajemos por el maestro,

desde el alba al vislumbrar;

Siempre hablemos de su amor y fiel bondad.

Cuando todo aquí fenezca

y nuestra obra cese ya,

y que sea pasada lista, allí he de estar.

Cuando allá se pase lista;

A mi nombre yo feliz responderé.

JPM

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Freddy
Freddy
1 mes hace

UNA PREGUNTA QUE TENGO YO QUE HACER PARA COBRAR EL DIEZMO COMO TODOS LOS PASTORES Y VIVIR BIEN CON CARRO DE LUJO Y UNA MANSION?

Wrecking Ball
Wrecking Ball
1 mes hace

Excelente artículo,cómo bien explica el articulista,en Cambita Garabitos,y todos Cambita,siempre ha existido una gran y creciente comunidad religiosa evangélica/ protestante.
Lo más probable,cómo suele suceder,Kiko Provino de una familia religiosa,para cuyos consuelo, en su funeral,se interpretó » cuando allá se pase lista»,que fué una oportuna selección,para que los asistentes al funeral reflexionen.

El Patriota
El Patriota
1 mes hace

Que se puede esperar, cuando los narcotraficantes son abiertamente dirigentes y candidatos de los grandes partidos gobernantes y ninguna autoridad dice o hace nada. Para nadie es un secreto las dádivas que los narcos dan a la gente en los barrios, también a las iglesias, lo hacen para hacer base social y expandir sus negocios.

Nicodemus
Nicodemus
1 mes hace

Amèn