Tratado sobre la risa

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EL AUTOR es servidor de la carrera diplomática y consular . Reside en Santo Domingo

A nadie que no fuera filósofo, francés y judío, se le ocurriría escribir un tratado sobre la risa, explica Henry Bergson en su libro sobre la risa, nos dice dicho autor que la misma es un ejercicio de inteligencia y que nace del discreto escándalo que producen en el ámbito  las expresiones torpes, desmañadas, deformes o ridículas.

 La risa es un desahogo de la inteligencia en estado puro, sin mezcla de emociones.

Hago estas reflexión por dos motivos, primero la lectura sobre el artículo de Marcio Veloz maggiolo  en el Listín Diario  de fecha 18 de octubre sobre la Infraestrura de la Risa.

Él nos dice que la creación de una sonrisa está basada, nada más y nada menos que en la flexión de diecisiete músculos faciales trabajando simultáneamente para que el mohín resulte efectivo, reconfortante y saludable. Por lo tanto una sonrisa parece una creación cultural, algo que habita, silenciosamente, en nuestro interior.

El otro motivo es recordar a nuestro Fredy Beras Goico, que tenía una columna en el periódico El Siglo. Nuestro comediante en ese entonces, nos acostumbramos a leer siempre sus escritos  y  nos provocaba esa risa de que hablamos que tanto nos relaja.

Don Freddy Beras tenía en sus anécdotas girones del alma como dice Oriana Falaci. El sumaba a sus pasiones sus convicciones personales.

Veamos. Nos decía que una ocasión le tocó trabajar en el Teatro América en Cuba, cada artista tenía quince minutos, y antes de Freddy salir a escena, uno de los ejecutivos le dijo: compañero como tú eres humorista, aquí en Cuba está prohibido hacer cuentos de homosexuales, porque en la Revolución no  hay eso. Él le dijo ¿Qué en la Revolución no hay homosexuales? 

El hombre decidió jugársela y cuando salió a escena inició sus cuentos, había una vez un homosexual  y el Teatro temblaba. La gente daba golpes en el piso, se reían estruendosamente  y no lo dejaban salir de escena. Después de varios cuentos con esa tónica, se le ocurrió decir. Señores a mí me prohibieron hacer  estos cuentos porque en la Revolución no hay maricones, los aplausos fueron aún más y sus amigos nerviosos detrás del escenario por los chistes.     

Y es que la función de la risa según un estudio en el año 2005, no es expresarnos, sino inducir sentimientos positivos en otras personas, es decir liberar las tensiones y fomentar un sentido de unida en el grupo. La risa es un mecanismo empático, es  más fácil reír cuando otros ríen, y éste es el impulso en el origen del fenómeno como la epidemia de riza de Tanganica.

Esta epidemia de risa comenzó  en una escuela misionera  para niñas en Tanzania (Kashasha). Con tres muchachas y se expandió caprichosamente por toda la escuela, llegando a afectar a 95 de las 159, los síntomas en las afectadas tuvieron una duración de varios días. 

¿Y qué levante la mano aquel que nunca se ha reído cuando otro se cae?

JPM
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