Trágicas consideraciones sobre el suicidio (4)

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El autor es abogado. Reside en Santo Domingo

 En la mayoría de los casos, cuando no se trata de una psicopatía, el suicidio puede suponer como la culminación de una crisis psíquica interna cuyo mecanismo está controlado por tres factores: una causa ocasional que genera ansiedad o depresión determina un estado afectivo violento, un choque moral, en un sujeto dotado de constitución ciclotímica, híper motriz o ansiosa.

El cimiento mental crea un estado de propensión a favor del cual se producen intentos de suicidio bajo la influencia de una «angustia emocional» resultante de varias situaciones psicológicas; el motivo del suicidio es sólo la circunstancia necesaria y suficiente: es el desencadenante del accidente.

El suicidio aparece como la manifestación de una «psicosis reactiva» que la narcosis barbitúrica exploratoria consigue manifestar en los supervivientes.

Además de los principales síndromes psicopáticos, siempre existiría un estado ansioso, depresivo o emocional que prepararía y determinaría el suicidio: si no hay psicosis antes del acto, existiría un estado psicopático en el momento del acto.

Esta concepción del suicidio mórbido es aceptada por la gran mayoría de autores. Sin embargo, para G. Deshaies, el suicidio no puede ser patológico por definición; sólo en algunos casos habría condicionamiento mórbido. Formas psicoemocionales, apasionadas. O racionales.

Habitualmente, el tiro se disparó, con un toque en la punta en el extremo portado, en ciertos puntos del cuerpo que son asientos electivos: en la sien derecha, en la región del corazón, en la boca, en la frente, en el oído, en el ojo.

Pero hay excepciones: en una persona diestra que elige un asiento paradójico – occipucio, cuello, espalda, ano – para ocultar el suicidio, o que se lesiona del lado izquierdo agarrando el arma de manera anormal, el pulgar en el gatillo; en una persona zurda que dispara de izquierda a derecha.

La identificación del arma mortal, una operación importante del peritaje, puede realizarse con éxito mediante el estudio de los tatuajes, la bala mortal o su carcasa.

Los tatuajes, si existen, proporcionan información sobre la naturaleza del polvo utilizado; se someten a un examen completo de aumento binocular, si es necesario, para algunas reacciones microquímicas.

Los casquillos hallados en el lugar indican el calibre del arma; llevan, en la base, las típicas huellas individuales que son las huellas dejadas por las partes de choque y de inyección.

Además, además de las ranuras, encontramos en cada bala estrías grabadas por asperezas accidentales ubicadas en los bordes helicoidales del cañón, asperezas originadas por rastros de mecanizado o desgaste del arma. Estos surcos longitudinales húmedos paralelos representan la huella característica de un arma de fuego.

El orificio de entrada de una herida de bala y la bala mortal representan la evidencia material más importante de la investigación forense.

Además, el cirujano, por sus intervenciones in extremis,  no debe comprometer las observaciones del médico legista,  mojado éste no puede terminar la autopsia sin retirar la bala mortal, si quedara en el cuerpo.

jpm-am

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MAMACITA FM.COM
MAMACITA FM.COM
2 Años hace

como ud explica que en suiza recientemente se aprobó los denominados «kioskos suicidas»?por que en paises como japon el suicidio sea visto como el camino de los nobles y valientes?mi interes con estas preguntas no es la de socavar lo expresado en su articulo, sino tener una mayor perspectiva de lo expresado.