Solo para sancristoberos: Recuerdos del río Yubazo

Los jóvenes de hoy en la ciudad de San Cristóbal –digamos los que tienen menos de 50 años de edad- no se imaginan, por más que le cuenten, cuál era el panorama exuberante que presentaba el vasto territorio que conformaba en esa demarcación la hacienda Fundación y, dentro de ella, los ríos Yubazo y Nigua.
Se trataba de una finca enorme, de óptima organización, productiva en todas sus áreas, bien aprovechada y, especialmente, metódicamente cuidada y protegida.
Hablar de ella no es nuestra intención en esta ocasión, sino de los dos ríos que la atravesaban: Yubazo y Nigua, hoy casi desaparecidos.
Cuando muchacho (digamos que alrededor de 1957), quien escribe estuvo en tercer curso del nivel primario en una escuelita que el generalísimo Trujillo, dueño de la finca y amo absoluto del país, hizo construir a menos de 300 metros de la llamada “puerta de la hacienda”.
El plantel escolar, en ese entonces dirigido por la profesora Candita Uribe, formaba parte de una hilera de casas (una de las cuales correspondía a la Administración de ese emporio) que se extendía desde la misma puerta de entrada hacia un poco más adentro, prácticamente hasta la ribera del Yubazo.
La escuelita, una de cuyas maestras era Nereyda Polanco Suriel, quien aún vive en el 2023, fue instalada para acoger los hijos de las decenas de trabajadores de la hacienda. Pero como concepción especial aceptaba algunos alumnos del poblado, aunque sus padres no tuvieran nada que ver con Fundación, como fue mi caso.
La familia Pimentel Muñoz vivía a corta distancia de la Puerta de la Hacienda, en el área que dominaban el edificio de Correos y Telecomunicaciones y la Escuela Pública.
Desde allí caminaba todas las tardes unos 500 metros hasta la denominada Escuela de la Hacienda, que aunque funcionaba en dos tandas, solo llegaba hasta tercero de primaria.
Yubaso
A pesar de ser alumno del plantel, por mi edad y timidez –y sobre todo por mi escaso “tigueraje”- nunca me acerqué al Yubazo y mucho menos al más lejano río Nigua.
Pero escuchaba a los otros alumnos contar sus historias de baños y correrías en los predios contiguos a las dos vías de agua.
Vale resaltar que en esa época el Yubazo era mucho más débil, pero registraba crecidas de tiempo en tiempo que tenían repercusión en San Cristóbal.
A principio de la década del 50 había contado con caudal regular, como nos ha explicado Juan Maldonado Santana, quien se crió dentro de la finca, donde su padre, Angito Maldonado, fue empleado con cercano contacto con el Jefe.
No es mi propósito dar pormenores del Nigua, sus historias y charcos, en este artículo de recuerdos.
Lo que quiero es poner en conocimiento de ustedes el texto de un documento de 1950 que pone en evidencia la fuerza con que ocasionalmente bajaba el Yubazo, que era afluente del Nigua.
DOCUMENTO
14 de junio de 1950.
No. 07421
Del : Jefe de Estado Mayor, E.N.,
Al : Honorable Secretario de Estado de Guerra, Marina y Aviación, Comandante en Jefe del Ejército- Su Despacho.-
Asunto : Informe de novedad.-
1.- Muy respetuosamente llevo al elevado conocimiento de esa Honorable Secretaría de Estado, que el Comandante del Distrito Militar nos ha informado, que ayer a eso de las 6 de la tarde, al tener conocimiento de que en la Hacienda “Fundación” se encontraban en peligro varias reses como resultado de las fuertes lluvias caídas en aquel lugar, le ordenó al Mayor Miguel F. Rodríguez Reyes, M.M., Inspector del Distrito, trasladarse a dicha Hacienda, a objeto de tratar de salvar los animales; que para el efecto el Mayor Rodríguez Reyes se hizo acompañar de (36) alistados, y que al cruzar el río Yubaso, cerca de la desembocadura del río Nigua, fueron arrastrados por la corriente impetuosa los rasos Genaro Sánchez Upia y Pilar Pérez Ramírez, 12da. Cía., los cuales, a pesar de los esfuerzos supremos, que se hicieron para rescatarlos, perecieron ahogados.
Agrega el Comandante del Distrito Militar, que hoy a las 7:30 am, después de intensa búsqueda, fue localizado el cadáver del raso Sánchez Upia, pero que el del raso Pérez Ramírez aún no ha aparecido, no obstante hallarse dos brigadas de soldados y civiles empeñadas en esta tarea a ambos lados del referido río Yubaso.
Ernesto Pérez, M.M., Coronel E.N.,
Auxiliar del Jefe de Estado Mayor
una dulce historia de un pueblo trabajador como San Cristóbal…
?Pues ya el pueblo esta’ despierto hoy en dia?, y esta’ despierto , y maduro politicamente , e incluso a’ ****s consciencia para darle su voto a cualquier politico,que quiera convencerlos para cualquier torneo electoral que se’ avecines en los proximos binomios congruesales,y presidenciales,…<<Ojos Pueblo No te dejes Engan~ar de estos oportunistas politico engan~as Pueblo>>
? Despues de la muerte del tirano trujillo?…todo eso remanentes servidores de «trujillo» tantos civiles,como militares, se aduen~aro’n de todos bienes que dejo’ trujilo, ..pues imaginense que el pueblo esta’ba ajenos ha eso «bienes del tirano trujillo», pensando que trujillo era un dios, entre lo que no sabiamos nada en base ha su gobierno dictatorial,para a aquel entonces, asi eramos las mayorias del San Cristobalense,»IGNORANTE».,
Recordar esas vieja receñaseso es historia de nuestra juventud pero no recuerdan cuando el sacerdote se iba ahogar cruzando el rio por donde estaba la bomba de agua que dicen que el padre lo conjuro. Al rio yubazo.
El «Pacho» como siempre con las gratas memorias de una San Cristobal que los mas viejos adoramos y los jovenes destruyen sin conocer su historia, San Cristobal ha sido y fue mucho mas que la ciudad de Trujillo, y es muy dolororso para muchos de nosotros que vivimos en la capita, otras provincias y en el exterior ver lo que queda de este hulmide, acogedor y trabajador pueblo.
Con todo respeto,todo cambia, sé que es triste ver cómo se han deteriorado los pueblos y campos,dolorosamente así pasa en todo el mundo.Las poblaciones crecen,las gentes hoy vive emigrando hacia donde piensa les irá mejor.Así ha Sido y será siempre.Pir aquí leí,que cabecera provincia,empezó con un camino de la hoy puerta hacienda hasta Lavapies
Grato recuerdo. Esos relatos son parte de nuestra historia. En la ribera del río Yubazo, y a poca distancia de donde se juntaba con el río Nigua, se construyó lo que es hoy el barrio Los Molina
Muy atinado el titulo: Solo para sancristoberos o sancristobalenses, como usted quiera llamarlos. Absolutamente cierta la introducción: los que nacieron después de 1960 no se imaginan el panorama exquisito que presentaba esa zona, con sus dos ríos, uno (el Nigua) más caudaloso que el otro (el Yubazo). En ambos se disfrutaba del baño y, en menor medida, de la pesca. Tiempos idos. Verdaderas añoranzas sancristoberas.
Recuerdo que los muchachos llegábamos a la entrada de La Toma desde SC en los jeep verdes que hacían viajes en esa época para esa zona. Los más grande íbamos enganchados afuera de esos vehí****s.Desde la desembocadura de La Toma bajavamos un grupo todo ese trayecto hasta llegar donde termina la Padre Ayala y estaban los cabareces, Veníamos buscando camarones toda las orillas.
Y cuando no había dinero para ir en los jeeps, subíamos caminando los 7 km, a piesitos. Agua en abundancia, había unos “charcos” grandes que algunas grúas hacían (después de la muerte de Trujillo) extrayendo materiales de construcción. Eso fue causa de daño medio ambiental.
Gracias por la introducción a un tema que al prolongarse se convertirá en espinoso, cuando tengamos que hacer el estudio forense de la agónica vida del río Nigua y tengamos que señalar culpables que a costa de su muerte enriquecieron sus cuentas bancarias, dejándonos ríos moribundos.
Bueeeno eso hasta da’ Verguenza: que los mismos sancristobalenses de «Cepa» se dejaran quitar ese «Terruño de Belleza» por los «Inmigrantes desde los pueblo adyacentes alrededor de los cuatro puntos cardinales del territorio nacional, .Trujillo acostumbró a su pueblo a recibir a inmigrantes que tuvieran la pinta de Blanco o Javao»
Yo me acuerdo muy bien todavía en los 70 el Nigua daba gusto verlo. Me acuerdo por que estuve en el Colegio Fray Pedro de Córdoba, situado al mismo lado del Correo, en la avenida Constitución, y mi padre que en paz descanse tenia una fabrica de zapatos en la comarca de Sabana Toro. Mis años mas hermosos de mi juventud fueron en San Cristóbal, donde también jugaba Futbol en el Reformatorio. Me bañaba mucho en el Nigua. Viva San Cristóbal, la tierr
Excelente narración. Además el relato muy bien logrado con un lenguaje sencillo y penetrante. Podemos pensar y elucubrar cosas del perfil del jefe: tenía una escuela para los hijos de los empleados de la hacienda, entendía que por lo menos había que alfabetizarlo, usaba el poder sin reparo y como que todo lo que existía tenia un solo dueño y era él, la hacienda era bien grande, tenia agua y era muy organizada
Recuerdo aquellos días de mucha lluvia en San Cristóbal. Cuando el río Nigua crecía, nos parabamos frente al liceo musical a observar aquel torrente de agua, arrastrando todo a su paso.