Santiago, el estercolero repugnante y Abel Martínez

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EL AUTOR es abogado. Reside en Santiago de los Caballeros.

«No tenemos que derrumbar nuestros sueños, hay que derrumbar las barreras que nos impiden cumplirlos».

 

El periódico La Información, siempre preocupado por el medio ambiente y la salud mental y física de todo el componente humano que vive e interactúa en la sociedad de Santiago de los Caballeros, ha abierto esta semana una encuesta de opinión interesante con una única  interrogante: ¿Está usted de acuerdo con la intervención que dispusiera el alcalde del vertedero de Rafey eliminando a los buzos y recicladores?

 

Al momento de leer este matutino los resultados de la consulta anterior sobrepasaban el 54.3 por ciento de los lectores que respondieron favorablemente a la medida municipal de eliminar los buzos y recicladores del vertedero de Rafey.

 

Me parece que cuando el honorable alcalde del municipio de Santiago, licenciado Abel Martínez, dispuso esa providencia de tipo precautoria, estaba tratando de bien interpretar una opinión vertida por el filósofo griego Heráclito de Efeso, quien expresó que «La salud humana es un reflejo de la salud de la tierra».

 

Cada vez que los buzos que proliferan en el vertedero de Rafey se sumergen en un inframundo de desechos sólidos contaminados, se exponen y exponen a otros seres humanos a múltiples tipos de enfermedades infectocontagiosas. Con esta disposición, el alcalde le está queriendo recordar a la sociedad y sobre todo a los buzos y recicladores del vertedero de Rafey, una frase del médico español y Nobel de Medicina (1906) Santiago Ramón y Cajal:  «solo la alegría es garantía de salud y longevidad».

 

Si hacemos una lectura breve del pensamiento y del proceder o forma de conducirse del alcalde Martínez a través de su accionar público es posible que el caso de los buzos y recicladores tenga una solución feliz. No se sabe lo que está en la mente del alcalde en este asunto, pero es casi seguro que el problema de salud y de trabajo de la gente que vive de la inmundicia y del reciclaje de materiales tóxicos será resuelto en beneficio de la sociedad y de la salud de los que allí se buscan la vida y también la muerte.

 

Ramón y Cajal tiene un breve ensayo literario interesantísimo y enjundioso a la vez titulado «Psicología de Don Quijote y quijotismo», escrita en 1905 y otra que todo debemos de leer que lleva como título «El mundo visto a los ochenta años», dividida en tres partes: «Delirio de la velocidad», «Degeneración del arte» y «Consuelos de la senectud».

 

Sobre esta resolución de carácter preventiva de salud emitida por el dinámico alcalde Martínez han surgido algunas que otras consideraciones importantes, pero no dejan de ser simples apreciaciones tardías que tienen una naturaleza esencialmente política.

EL TORO POR LOS CUERNOS

 

Lo que tiene valor de esta disposición del síndico, así como de otras medidas recientes que han tenido que ver con el aseo y el ornato municipal, es el esfuerzo de esa administración edilicia, que a diferencia de otras gestiones ha cogido el toro por los cuernos, como debió haberse hecho desde hace tiempo, porque era la única manera que podría salvar a este municipio de la contaminación por efecto de la falta de recogida de la basura y para darle solución a éste y a otros problemas que estaban afectando la apariencia de ciudad limpia y ordenada como era conocido el municipio de Santiago tradicionalmente.

 

Pocos alcaldes o síndicos, como el licenciado Abel Martínez, quisieron arriesgar su puesto y el bienestar que le daba una sindicatura, por lo que permitieron que la ciudad de Santiago se fuera arruinando y ahogándose de basura por el desaseo público imperdonable a que le llevó un deseo excesivo de algunos alcaldes de acumular grandes riquezas personales. Con esta opinión no estoy hablando de política partidista sino de funcionarios edilicios socialmente irresponsables.

 

Cualquier pelafustán diría que esa es la función de todo alcalde de un municipio: darle repuesta a las necesidades que se presenten en una comunidad. Sin embargo, ninguno de los alcaldes que han pasado por la alcaldía de Santiago, con raras excepciones, ha mostrado los esfuerzos, el interés y la presteza que ha exhibido el licenciado Abel Martínez para afrontar con voluntad los desafíos de un municipio como Santiago, que lo más que parecía era un estercolero repugnante.

 

El epidemiólogo y director de filosofía del Colegio Universitario de Nueva York (CUNY), Thomas Macaulay Ferguson, expresó algo muy digno que los munícipes de Santiago, particularmente, han debido entender y no han querido entender nunca, es que «Los políticos tímidos e interesados se  preocupan mucho más de la seguridad de sus puestos que de la seguridad de su país».

 

Si hoy la municipalidad y los habitantes de Santiago están apoyando al alcalde Martínez no es por otra cosa que no sea por su tenacidad, firme voluntad y afán de hacer de este municipio lo que hace mucho tiempo fue: un ejemplo a imitar por otras ciudades. Además, debo decir, que Santiago había estado prácticamente cerrado al turismo y se ha notado últimamente un repunte extraordinario en este importante mercado.

 

Ahora bien, usted no tiene que estar en contra ni a favor de nadie ni de nada, lo que usted debe de hacer es mirar con complacencia y apoyar la labor positiva que desarrolla un funcionario municipal a través de su apostolado. Creo que ningún munícipe de Santiago podría dejar de reconocer el trabajo que está llevando a cabo el síndico Abel Martínez. No admitirlo sería mezquino.

 

Las puertas de entrada así como las de salida de Santiago están siendo embellecidas y arboladas de manera impresionante, lo que al paso del tiempo, si el alcalde Martínez, a quien no conozco personalmente ni nunca he cruzado palabras con él, continúa su marcha de limpieza los santiagueses podrían llamarle a esta ciudad desde la cual escribo «el municipio jardín», como es conocido mundialmente el estado de Nueva Jersey, en los Estados Unidos.

 

Nada más por curiosidad social debo preguntar: ¿Tuvieron otros síndicos o alcaldes la oportunidad de hacer lo mismo que se hace hoy en el municipio de Santiago? Todos pronunciaron discursos apologéticos en su toma de posesión y la mayoría de ellos recibieron los aplausos emocionados de sus munícipes como señal de aprobación de lo que se comprometían hacer por el bienestar de esta hidalga ciudad. Sin embargo, si se pasa un balance imparcial y objetivo a cada una de las obras de aquellos alcaldes observaremos con ojos decepcionados que todo fue apariencia o espejismos, nunca hubo ninguna intención de desarrollar una labor edilicia que fuera verdadera y digna de ser apreciada y recordada.

 

El escritor argentino, autor de prosas tan interesantes como son Un tal Lucas e Historias de cronospíos y de famas, Julio Cortázar, nos cuestiona: ¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión? Y en este mismo sentido el productor, director y guionista estadounidense Walt Disney, advirtió: «Todos nuestros sueños se pueden hacer realidad si tenemos el coraje de perseguirlos»

 

Otro punto a favor de esta alcaldía es el haber recuperado y darle vigencia a la policía municipal imprimiéndole sentido de organización y de trabajo. Se nota una mayor vigilancia del orden público y acatamiento de sus funciones por los ciudadanos. Aquí cabrían unas felicitaciones a esa policía municipal que está haciendo su trabajo bajo la dirección del alcalde, licenciado Abel Martínez: Tu presencia me brinda seguridad, confianza, solidez y ganas de caminar con toda la convicción que nada me pasará por las calles de mi ciudad. Eres una persona que nos ayuda a sentirnos bien en cada momento y por eso valoro mucho todo lo que haces en tu función como policía.

 

Debemos manifestar, finalmente, sin andar con cursilería de poco precio, que el municipio de Santiago bajo la administración edilicia del alcalde Abel Martínez va por una ruta de éxito, por eso cabe una frase de estimulo para el alcalde: «Si la gente te envidia por la labor que vienes desarrollando no te preocupes, quiere decir que vas por buen camino».

escotto.escotto@gmail.com

jpm

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