San Cristóbal y la biblioteca municipal 

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El autor es periodista.

Seis nativos de San Cristóbal vinculados íntimamente al quehacer literario se han pronunciado ante los planes de restaurar la biblioteca municipal de San Cristóbal bajo el concepto de relegar los libros físicos y dar preeminencia a los libros digitales.

Son ellos Domingo Peña Nina, Odalis Pérez Nina, Leonel Martínez, Ramón Mesa, Ricardo Bobea y Rosina Anglada.

Domingo Peña Nina

Peña Nina

Peña Nina, médico, abogado, autor de cinco libros, residente en Santo Domingo, emitió la siguiente consideración:

“Me parece que lo primero a considerar es el lugar de ubicación de la biblioteca, que debe ser adecuado a los requerimientos establecidos para estos fines. En cuanto a los libros, todavía la concepción mental de biblioteca está asociada a libros físicos, en todo el mundo. La presencia de un departamento de libros digitales es una opción que se oferta más que nada para visitas virtuales. Algo importante es priorizar los libros de autores dominicanos y entre ellos, se debe contar con un área de libros de autores sancristobalenses”.

Pérez Nina

Odalís Pérez Nina, doctor en Filología y Semiótica, profesor universitario, ensayista, autor de más de treinta libros,  residente en Santo Domingo, precisó lo siguiente:

Odalís Pérez Nina

“Favorezco la restauración y organización real de la Biblioteca Municipal de San Cristóbal de forma computarizada, digital. Pero sin relegar los libros físicos impresos tradicionales. Lo que sería una gran aberración y una decisión desatinada en cualquier caso. Favorezco la restauración y organización real de la Biblioteca Municipal de San Cristóbal de forma computarizada, digital. Pero sin relegar los libros físicos impresos tradicionales. Lo que sería una gran aberración y una decisión desatinada en cualquier caso”.

Mesa

Ramón Mesa, pintor, escritor y gestor cultural, directivo de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, residente en San Cristóbal, fue más amplio al referirse al caso:

“A través de los años he venido observando la inclinación del gobierno por “digitalizarlo” todo. El Estado dominicano ha caído en una trampa: la ilusión de creer que lo digital y lo tecnológico resuelve todos nuestros atrasos, y de manera muy especial (y errónea), nuestro atraso educativo e intelectual. Nada más alejado de la verdad.

Ramón Mesa

Hace varias décadas el Ministerio de Educación eliminó las Bibliotecas Escolares. Sí, literal. La prueba de ello está en el hecho de que las numerosas escuelas construidas a partir de la puesta en vigencia del 4%, no incluyen área de biblioteca. En caso de poseer alguna, es un “aula adaptada para la biblioteca” mejor llamadas “rincón de lectura” en donde se colocan libros generalmente de textos escolares, no de lectura. Este espacio suele ser utilizado como área para las reuniones y hasta para el descanso de los profesores.

Es increíble la cuantiosa inversión en edificios escolares desprovistos de bibliotecas y de bibliotecarias.

Como hemos podido comprobar en nuestras visitas a los centros educativos de la provincia en actividades de promoción lectora, las maestras que fungen como “bibliotecarias”, son -en la mayoría de los casos- gente desahuciada por el sistema, maestras cansadas, enfermas, alguien que el director entiende que donde mejor puede esperar su pensión, ya sea por enfermedad o antigüedad en el servicio. Sentados en la biblioteca, donde nada hay o nada se hace, donde no se cuenta con políticas de incentivo al libro y la lectura.

En el caso de la Biblioteca Municipal de San Cristóbal, la cual conocí como “la biblioteca de Mojica”, por ser este el director cuando yo me inicié en las lides de el arte y la cultura, lleva más de una década cerrada. Pero antes de eso, al margen de Roberto Mojica, que era un actor y gestor cultural con inclinación para la investigación histórica, la Biblioteca Municipal fue un receptáculo para empleos de los políticos locales de turno. Así ha permanecido hasta hoy, aun estando cerrada.

Es lógico pensar que el modelo de biblioteca como almacén de libros es prácticamente obsoleto. Claro, sin dejar de lado su calidad de centro de preservación de todo documento y publicación que se haga en la localidad. Al margen de ello, la Biblioteca Municipal ha de ser, desde mi experiencia como gestor cultural y activista de lectura, un centro cultural dinámico y abierto a la comunidad, una biblioteca que lleve el libro a los lectores y lectores al libro.

Es erróneo creer (ya se ha demostrado), que se puede adquirir hábitos de lectura mediante un dispositivo electrónico. Al contrario, se debe adquirir hábitos de lectura mediante la lectura del libro físico y posteriormente, pasar al libro digital. De lo contrario, nada garantiza el desarrollo de un pensamiento crítico en base a la lectura.

La Biblioteca Municipal de San Cristóbal, por ser un ente emblemático de la cultura y la historia de nuestro pueblo, debe constituirse en un Centro Cultural de vanguardia, en donde se preserve, se promueva y se difunda toda la literatura publicada en la provincia. Y aunque puede tener áreas para consultas virtuales, no debe ser la virtualidad su enfoque de desarrollo.

San Cristóbal como núcleo urbano en vertiginoso crecimiento, demanda cada vez más espacios de estas características en aras de fomentar los valores culturales y tradicionales de nuestra sociedad”.

Leonel Martínez

Martínez

Leonel Martínez, abogado y escritor, residente en Santo Domingo, manifestó:

“La biblioteca de San Cristóbal está obligada a dar un salto de siglos de frente al nuevo concepto de libro, que no quiere significar que el texto en papel muera, sino que el espacio de lectura se convierta además en un cerebro de interconexión entre las bibliotecas más poderosas existentes, puesto que un centro de esta naturaleza ya no se puede concebir como un almacenamiento de libros viejos, sino como un espacio en que el lector pueda localizar el material que busca en cualquier tipo de formato: papel, electrónico, audio libro, etc.

“Por lo tanto, la biblioteca de Alejandría es solo una fuente de inspiración que sirve para impulsar los nuevos modelos de bibliotecas.  Es fundamental que al entrar a nuestra biblioteca de San Cristóbal los visitantes sientan que ese lugar es una inspiración para navegar por los universos del libro interconectados a nivel global.

“En consecuencia, el reinicio de nuestra biblioteca debe significar el más grandioso momento del libro a nivel provincial en toda su historia, un hecho que marque un antes y un después. El libro de papel y el libro electrónico deben ser concebido como un matrimonio sin ningún tipo de posibilidad de divorcio, sino como una unión cuyo engendro dejará una familia inmensa de lectores ávidos de las mieles del saber”.

Así lucía antes el salón de la biblioteca municipal de San Cristóbal

Bobea

Ricardo Bobea, promotor de la donación de libros a núcleos poblacionales pobres, residente en San Cristóbal, expresó:

“Creo que una biblioteca de libros virtuales debe ser un complemento de una biblioteca física. Por lo que observo hay una inversión del concepto de biblioteca sin darse cuenta que ya todo quien puede pagar un plan de internet a su teléfono anda con una biblioteca de textos comprimidos en su bolsillo.  Claro está, el concepto de biblioteca de hoy día es dinámico e interactivo. No un concepto muerto momificado. La  biblioteca física de hoy  necesita: promotores de lectura, talleristas de géneros literarios, bibliotecarias y libros  que recorran la historia del pensamiento humano y el saber desde su nacimiento hasta el día de hoy”.

Anglada

Rossina Anglada, gestora cultural y especialista en bibliotecas, con largo ejercicio en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, residente en la Capital de la república, se pronunció así:

«Zapatero a sus zapatos, dice el dicho popular. En San Cristóbal existe una biblioteca municipal que nunca ha tenido a un profesional de la bibliotecología. Todos quieren saber lo que falta: faltan profesionales de la información sostenidos por el gobierno local, que sean capaces de implementar actividades como en las grandes ciudades del mundo que tienen bibliotecas públicas, las cuales pertenecen a toda la sociedad, sin distinción de raza, creencias, o posición social o económica».  

josepimentelmunoz@hotmail.com

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EMILIANO DE LA ROSA
Admin
1 Año hace

Los libros físicos no tienen sustitutos. En toda biblioteca deben estar primero los libros físicos y luego los digitales

JUAN B. PEREZ
Admin
1 Año hace

los libros pueden ser físicos y digitales, como los tiene el Archivo General de la Nación. El libro físico nunca va a desaparecer. Yo no leo en pantalla. Me gusta tocar el libro. Verlo en mis manos.

Agustín Perozo Barinas
Agustín Perozo Barinas
1 Año hace

A la juventud hay que motivarla a asistir a las bibliotecas. Con estos nuevos códigos en estas generaciones hay que ver qué se está haciendo mal, que esta juventud no lee. No le gusta y no quiere leer. ¿Cómo hacer las bibliotecas atractivas para ellos? Es parte de la tarea.

Ranfis Rafael Peña Nina
Ranfis Rafael Peña Nina
1 Año hace

Me uno a los comentarios anteriores de personas con gra capacidad de opinar sobre el tema, no he visto opinion alguna de algun Mileniun, los dueños de esta generacion, quienes deberian entrar en el debate.
Milito, espero tu opinion ya que has estado haciendo una gran labor recopilando libros para crear bibliotecas en lugares marginados, que podras con autoridad exponer las experiencias que estas recibiendo de tu obra altruista.