Saber gobernar un país:  asunto de gerencia y buena gestión

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El AUTOR es abogado. Reside en Santo Domingo

La verdad que me causa extrañeza el ver cómo a diario surgen voces en nuestro país haciendo alarde de las buenas intenciones que no dudamos poseé el Presidente Luis Abinader.

Pretenden mostrar ese atributo, propio de todos los mandatarios, como algo fuera de lo común, poco visto en algún Presidente de la República Dominicana, y quizás del mundo, conscientes o no de que no existe en ninguna parte Presidente alguno que no tenga buenas intenciones para con su país.

Puede ser el dictador más sanguinario o el mandatario más desprestigiado que exista y nadie puede asegurar y dar como un hecho que por ello no quiera hacer cosas buenas para su país, así fuera por lo menos, para satisfacer su ego y despropósitos.

Independientemente de sus pretensiones e ideologías, todos poseen las mejores intenciones de que su gobierno sea considerado uno de los mejores.

Son innumerables los casos en todo el mundo en que tiranos y dictadores han sobresalido en sus buenas gestiones en beneficios de sus pueblos, incluso, más que muchos connotados demócratas.

Hacemos este preámbulo como forma de dejar claro que el asunto de gobernar a un país no se resuelve con buena o mala intención, sino con una buena y efectiva gestión, lo cual sí nos atrevemos a asegurar con la mayor certeza que no es común ni propio de todos los Presidentes.

De nada vale que usted sea el Mandatario con las mejores intenciones del mundo, sino poseé las más mínimas condiciones de buen gestor, se le hará muy cuesta arriba llevar a cabo una gestión de gobierno que satisfaga, por lo menos, las necesidades más básicas de la población.

Probablemente el Presidente Luis Abinader tenía buenas intenciones cuando desmanteló toda la estructura de producción y cooperativas que había dejado el anterior gobierno en los campos, provocando ello quiebra en los productores y la consecuente escasez de productos que nos han conducido a la más alta inflación que se haya visto en el país durante muchos años.

Igual, podría tener buenas intenciones el Presidente Abinader cuando dispuso suspender la culminación de más de dos mil aulas para las escuelas públicas, dando lugar ello a que más de cien mil estudiantes pobres se hayan quedado sin poder inscribirse en diferentes centros de la educación pública.

No dudamos de las buenas intenciones que tenía el Presidente (en ese entonces candidato) cuando contrató al señor Rudy Giuliani, ex alcalde de Nueva York, para la elaboración de un “plan para combatir la criminalidad” en la República Dominicana, comprometiéndose públicamente a que en menos de dos (2) años quedaría resuelto ese problema, sin embargo, después de dos (2) años de su gestión de gobierno los índices de delincuencia e inseguridad están más alto que nunca, sin que se vean perspectivas de soluciones, siquiera a mediano plazo.

Me imagino que debía tener buenas intenciones el Presidente cuando pretendió, a inicio de su gestión, hacer desaparecer la Central Termoeléctrica Punta Catalina, y al ver frustrado su deseo, decidió finalmente transferirle su administración al sector privado, siendo actualmente dicha termoeléctrica el sostén de la generación eléctrica en nuestro país.

Así podemos enumerar una serie de acciones bien intencionadas, no cabe dudas, que ha venido adoptando el presente gobierno que finalmente se han constituidos en verdaderos desaciertos, a tal punto que han tenido que ser revocadas en su gran mayoría.

Podemos admitir, finalmente, que nuestro Presidente, al igual que todos los Presidentes, está revestido de las mejores intenciones, pero de qué sirven esas buenas intenciones si la economía, el empleo, la reducción de la pobreza, la seguridad ciudadana, la salud, la educación, la agropecuaria van muy mal en el país.

Hasta ahora sus “buenas intenciones” y sus continuas promesas le han servido para mantener aún cierto nivel de popularidad y la esperanza entre una buena parte de la población dominicana, pero si no hay resultados favorables, más temprano que tarde, la gente despertará y se dará cuenta de que, a pesar de sus “buenas intenciones” no es el Presidente que necesita la República Dominicana para salir adelante a buen paso.

Yo no dudo de que el Presidente Luis Abinader sea un hombre de buenas intenciones, pero esas buenas intenciones no son suficientes para gobernar al país y responder, por lo menos mínimamente, a la crisis por la que está atravesando el pueblo dominicano en casi todos los renglones.

Saber gobernar un país no es cuestión de buena intención…es más un asunto de gerencia y buena gestión.

jpm-am

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Rafael
Rafael
1 Año hace

Excelente artículo de mi apreciado Manzano.

El pecado original de Luis Abinader y del PRM es haber llegado al poder sin articular un plan para gobernar.

El país sufre y paga las improvisaciones que surgen del presidente Abinader, quien ha tenido que hacerse omnipotente en todas las acciones que realiza su gobierno en el día día.

Garibaldy Perez
Garibaldy Perez
1 Año hace

Al presidente ASbnader lo puede acusar de todo y algo mas, pero no es ladron, no es entreguista como el otro, no anda viajando por el mundo con sus meretrices hombre, no gasta el dinero del estado en hoteles , comida y vino. Como recibir un pIS EN BANCA ROTA.por Leonel y Danilo, que solo les falto robarse el pais, entonces,no lo podemos culpar por culpar. Abinader es el que va,via los USA, Leonel narco político, no lo van dejar pasar.

Da Jabón
Da Jabón
1 Año hace

De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. De nada sirven los buenos propósitos si no van acompañados de  las obras.

Antonito Rosa
Antonito Rosa
1 Año hace

En conclusión, que viva Leonel es es el mensaje final.? El estado no es una empresa de manufactura del sector privado, reflexionelo doctor.

J Castillo
J Castillo
1 Año hace

Usted ha dado en el clavo. Las mejores intenciones a veces llevan a los peores resultados si se carece de capacidad gerencial, independencia frente a quienes nos quieren narigonear (tanto locales como foraneos) asi como un interes en evitar el endeudamiento del pais. Este gobierno va camino a ser uno de los peores. Promesas y apariencia son sus caracteristicas mas profusas.