Puestos de chequeos y retenes

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EL AUTOR es escritor. Reside en Santo Domingo.

El anuncio de prohibir los retenes y puestos de chequeos será recibido con beneplácito por la gran mayoría de la población; sin embargo, quienes recibirán mejor esta noticia   serán los delincuentes.  Con este anuncio se amplía su  capacidad de desplazamiento y es    un estímulo que les da  mayores  facilidades para cometer sus fechorías.

El anuncio es desafortunado porque no viene acompañado de medidas alternas que, sin alterar el Estado de derecho y seguridad ciudadana que debe prevalecer, mantenga a los delincuentes a raya.

¿Qué se hace un retén o en operativo de chequeo? Bien, detener algunos vehículos de forma aleatoria para requisarlos.  Lo que quiere decir que con este anuncio los policías están desautorizados para detener en un punto determinado a quienes se desplazan en un vehículo. Todo se ve a simple vista muy aceptable y simpático,  pero para eso hay que ignorar otras implicaciones.

Aquí estamos frente a un serio problema de comunicación. Es asunto de resultado. Si usted llega a un colmadón y encuentra a grupo de hombres celebrando esta medida, sin dudas que no se tratara de ciudadano serios y honestos.

El festejo será de delincuentes que tienen motivos para hacer jolgorio.  Quienes se están frotando las manos no son los ciudadanos de comportamiento pulcro y correcto, son    los delincuentes. Estos últimos se  estarán riendo a sus anchas porque el máximo encargado de perseguirlos le anuncia que su espacio de acción, escape y capacidad de movimiento ha sido ampliado.

Me hubiese gustado que el anuncio del    director de la Policía Nacional, mayor general Eduardo Alberto Then, no fuera prohibir los retenes y chequeos en las calles y carreteras del país, sino decir que desde ahora en adelante serán más eficientes, selectivos y estratégicos.

No hay que ser un genio asegurar que este anuncio que facilita el desplazamiento y el radio de acción de los delincuentes lleva mucha “tranquilidad y alivio” a los antisociales  que operan en  los grupos del crimen organizado.

Una gran parte de los delincuentes son atrapados no como resultado de una acción de persecución directa, sino porque la presión y el despliegue persecutorio de la fuerza policial los lleva a cometer errores. Los perseguidos son propensos a  accidentarse o violan reglas de tránsito,  o son delatados porque  su forma de desplazarse resulta  abiertamente sospechosa. Ahora con menos presión,  actuarán y se desplazarán de forma más holgada, disipada y normal.

Se trata de un problema serio de comunicación. El titular más difundido ha sido: “Policía prohíbe puestos de chequeos y retenes”. Hay medidas que los organismos de seguridad toman, pero que no  anuncian, ni están obligados a hacerlo. No se trata de buscar simpatías ciudadanas, se trata de aplicar medidas con la necesaria eficacia para garantizar desde cualquier punto de vista y práctica la seguridad y los derechos de los ciudadanos.

Entiendo que cualquiera que sea la metodología que la policía escoja para realizar sus operativos de prevención y persecución del delito, tiene que apuntar a proteger y a respetar la integridad de ciudadana, pero no puede, por querer ser simpática, limitar sus medidas operativas y estratégicas para perseguir el crimen.

Esto es como si al gato, por el simple hecho de llamar la atención, le complaciera ponerse cascabeles entre las patas. Lo ideal fuera que de los cambios estratégicos y operativos que se producen en la Policía el delincuente se enteré cuando ya esté atrapado.

Los chequeos y los retenes son odiosos, quizás se puede decir que los que se hacen en la actualidad son pocos estratégicos y que a veces resultan aparatosos y carentes de una logística apropiada. Pudieran ser como dice el director de la policía, mayor general Eduardo Alberto Then, ineficientes; pero el anunciar por su propia voz que serán eliminados o quedaran prohibidos es una información desafortunada en término de seguridad ciudadana que solo favorece a los delincuentes.

Todo parece indicar que el director de la Policía está más empeñado en ser un comentarista de temas que exigen cierto ciudadano y discernimiento que en ser un diestro estratega de la seguridad ciudadana, responsabilidad que las máximas autoridades civiles les han confiado.

JPM

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Agustín garcia
Agustín garcia
2 Años hace

los retenes no resuelven nada y punto ….no estoy de acuerdo con este artículo ..