PRM y el gobierno (OPINION)

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El autor es periodista. Reside en Santo Domingo

El Partido Revolucionario Moderno, PRM, alcanzó el poder montado en la consigna del cambio, la cual sintetizaba el hartazgo ciudadano frente a la larga estadía en el poder del PLD, el aborrecimiento popular y el rechazo a su modo de conducir la cosa pública.

Había un deseo inmenso de renovación política y los vientos de cambio soplaban a favor de que el perremeísmo fuera gobierno. Queriendo seguir cabalgando sobre esa ola, el actual presidente, Luis Abinader, se ha esforzado en seguir exprimiendo el jugo político a la consigna con la cual ganó las elecciones.

Así, adoptó el lema, que es hijo de una variante de su campaña: “estamos cambiando”, como sello oficial de la propaganda del Estado. Y en muchos sentidos es así, aunque en otros, no tanto.

En el gobierno, sobre todo en su cabeza principal, efectivamente hay muchas cosas que están cambiando. Está cambiando la permisividad y la pasividad que había frente al latrocinio entronizado. La cosa está cambiando en cuanto a la seria intención de perseguir y castigar la corrupción. El cambio también se ve en el establecimiento de la independencia del sistema judicial y la voluntad política de crear régimen de consecuencias frente a los casos de corruptela estatal.

Se observa que brisas de cambio también han llegado al modus operandi presidencial, haciendo al gobierno más abierto, transparente, receptivo, proactivo y reactivo a los hechos y situaciones que sacuden la conciencia nacional, como la incipiente corrupción que ha intentado brotar entre algunos funcionarios, pero que es cortada en cuanto asoma su cabeza a la superficie.

Pero el cambio no se ha dado en buena parte del funcionariato gubernamental, donde a veces se da la impresión de que en su elección se ha metido la mano en una funda de manzanas podridas y las que se sacan salen dañadas o con su gusanito por dentro. Y ahí tenemos los ejemplos de los funcionarios que muy pronto fueron pillados en asuntos non santos.

El gobierno del amigo Abinader, ha sido salpicado, casi desde el principio, por casos de manejos desaseados de los fondos públicos. Como si los perremeístas tuvieran prisa en enriquecerse a la carrera, como si el gobierno se terminara mañana y no hay tiempo que perder en concretar esas nefastas intenciones.

En esto, no se han operados los cambios deseados, porque la sociedad que pare y forma a los perredeistas, perremeístas y peledeístas, sigue siendo la misma, con sus mismos antivalores, inmoralidades, perversiones y falta de principios éticos.

Pero lo positivo es que a la corrupción no se le ha dado soga larga para que campe a sus anchas, cobijada por la tolerancia y el aval palaciegos. Que no se ha aceptado que se asiente, crezca, fortalezca y se reproduzca, cual cáncer maldito y metastásico, tal como ocurrió en el pasado reciente, donde alcanzó proporciones dantescas al amparo de la más alta protección política.

Lo bueno es que a las hiedras venenosas no se les permite que multipliquen sus cabezas siniestras, pues son desprendidas de un hachazo. Y en esto, se están estableciendo saludables y disuasivos precedentes, que ojalá se planten con fuerza y echen sólidas raíces en nuestra institucionalidad democrática.

Pero los cambios se han quedado rezagados en el control del nepotismo y el tráfico de influencia que permean muchas instituciones públicas, las cuales se manejan como repartos familiares. Y esto enerva justamente a las redes sociales.

“Estamos cambiando”, como dice el eslogan oficial, pero no completamente, pues de verdad que faltan muchas cosas por modificar, porque todavía siguen por los viejos derroteros y desvíos del pasado. Pero tenemos fe y esperanza de que las torceduras heredadas serán corregidas y enderezadas.

El gran reto del presidente Abinader es hacer que realmente el gobierno cambie la forma, fondo y estilo de hacer la cosa, con un partido que esencialmente es igual a los demás. Una tarea dura y difícil, pero no imposible, si no se sigue metiendo la mano en la misma bolsa de frutos descompuestos.

jpm-am

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Leilani
Leilani
2 Años hace

El gobierno esta resolviendo los problemas poco a poco. Nuestro presidente encontro multiples y complicados problemas como son la pandemia y el pais sin un chele y en bancarrota. En estos momentos tenemos la preocupacion y peligro de Haiti y los haitianos. No exijamos tanto y seamos tan impacientes. Abinader lo esta haciendo muy bien. Sin el, estariamos como un barco a la deriva. Bendiciones!

Cesar
Cesar
2 Años hace

El verdadero cancer metastasico era el PLD y Danilo Medina que haitianizaron el pais y ahora tenemos una sobrepoblacion de haitianos. Abinader es un excelente presidente. Esta tratando de corregir los errores del gobierno anterior y si hay todavia cancer en el gobierno es porque Abinader no ha querido tirar a la calle a los militantes del PLD en medio de una pandemia.

Daniel Marte
Daniel Marte
2 Años hace

Estamos peor, pero estamos mejor,porque antes estabamos bien pero era mentira,no como ahora que estamos mal,pero es verdad,Leonel 2024!

Daniel Marte
Daniel Marte
2 Años hace

Bueno estamos peor,pero estamos mejor,porque antes estaremos bien ,pero esta mentira, no como ahora que estamos mal ,pero es verdad.Leonel 2024.