¿Por qué votan los electores ?

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He tenido la grata oportunidad de escuchar a importantes consultores políticos de Europa, Estados Unidos y de América Latina coincidir en la repuesta de por qué votan los electores en los procesos electorales, que en muchos de los casos la razón de votar es desconocida por los candidatos que buscan siempre conquistarlos, que van permanentemente a las sagas detrás de sus presas: Los votos. Todo este desconocimiento está sustentado en el poco interés, la falta de tradición en algunos estrategas, como también integrantes de los equipos de campañas y candidatos para llevar a cabo una campaña electoral científicamente hablando donde se tomen en cuenta las reales herramientas requeridas para llevar a buen término un proceso electoral, a pesar de que hay que reconocer el avance del uso de la consultoría política en nuestros países. En ese sentido, es que se siguen sustentando en las campañas electorales hipótesis erradas acerca de porque votan los electores, como es la falsa creencia de que los hacen por ideología, por partidos políticos, por programas de gobierno o que se vota porque el lector esta manipulado por los medios de comunicación, así mismo se ha insistido sostenerse que el dinero del candidato también manipula al elector o que las personas votan movidas por las manifestaciones, concentraciones, vallas y carteles. En cambio, las razones reales y efectivas, científicamente hablando, de porque votan los electores por un determinado candidato están esencialmente sustentadas en lo que hacen con el corazón, que tiene que ver con los sentimientos. Lo del hígado; con los resentimientos. Así también el estómago; con las necesidades. Los sueños y los insomnios son además aspectos influyentes para que la gente vote por determinado aspirante, porque esto le estimula sus angustias y sus utopías. Todos estos criterios comunicados correctamente en el contenido del mensaje de la campaña del candidato que debe tener esa comunicación una visión, creatividad, posición, estilo y valores, garantizarán el éxito electoral de cualquier candidato si se lleva a cabo un protocolo de estrategia política establecido este por mediciones de encuestas en los aspectos que requiera la elaboración del mensaje a comunicar en la búsqueda del convencimiento de los electores que vaya dirigido, justamente, en las hipótesis señaladas anteriormente. Una vez identificadas las hipótesis de porque realmente votan los electores se requiere que el equipo de campaña tenga la conciencia clara de asumir cuatro aspectos claves para garantizar ganar las elecciones de que se trate. Uno de ellos es tomar en cuenta la importancia que tiene, técnicamente, el tema de la organización del trabajo electoral, así como el manejo correcto de la campaña a nivel del territorio del que se trate ya sea local o nacional. Otro aspecto a tomar en cuenta, por su determinación, es la de presentar un buen candidato colocado en la mente del elector manejado por investigaciones periódicas científicas de estudios de encuestas que permitan conocer cómo piensan los diferentes sectores, las personas en las distintas edades, sobre lo que quieren o no y esperan del aspirante permitirá la elaboración de la táctica y la estrategia electoral, que viene siendo el paragua bajo el que se toman las decisiones durante la campaña que llevará sin lugar a dudas a la victoria final. Los electores de estos tiempos tienen que ver a los candidatos como seres humanos y por eso votan, que bailan, que lloran, tocan la guitarra, saltan el bache, que hacen cosas graciosas inimaginables. Esto así, porque los votantes indecisos no se deciden por ideas con criterios tan formales y rígidos ni las entienden, más en casi todos los casos no les interesa entenderlas. El votante que insiste en decir que elige a un aspirante con la cabeza fría es el intelectual, el editorialista. En casi todos los casos los militantes partidarios de las organizaciones políticas, que pueden usar las ideologías para racionalizar pasiones y posiciones que han adoptado frente a su vida o la sociedad en que viven y hasta de la propia actividad política. El elector cuando se mueve con el corazón siente antipatía o simpatía por un determinado candidato, es decir, le puede caer mal o bien. Puede tener la idea de parecerle una persona en la que se puede confiar y creer o no, o que es un vulgar mentiroso y corrupto farsante. En esa realidad es que decide su voto. Cuando el elector lo hace movido con el hígado tiene una motivación negativa con un sentimiento rechazando al aspirante. Así mismo, si el elector está influenciado por el estómago es cuando vota por un candidato que pueda satisfacer sus necesidades, que aunque sean infinitas e insaciables en la espera permanente de ser satisfechas porque cuando pide un hospital y se hace ese mismo día quiere el puente y luego la escuela…pero sí aprecia a los candidatos que habiendo sido en algún momento autoridades y han hecho obras votan por ellos porque creen que van a seguir haciendo algo más. Cuando los ciudadanos deciden votar por alguien movidos por los sueños y los insomnios, como razones también de porque votan los electores, estos criterios mueven votos para aquellos que se lo han quitado durante los últimos tiempos, así como lo que les han permitido soñar en un futuro diferente. Todo esto tiene un impacto mágico a favor de los candidatos porque la gente vota, finalmente, en la medida que sienta y se relaciona con su vida cotidiana y la de su familia.

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