Pericles (3 de 3)

imagen
EL AUTOR es abogado e historiador. Reside en Santo Domingo.

Para lograr la hazaña económica, militar y cultural de que es acreedor Pericles se nutrió en gran parte de los juicios de Temístocles, quien sostenía la conveniencia de hacer de Atenas una potencia naval.  

Otro personaje que influyó en el pensamiento de Pericles fue Clístenes, impulsador de principios democráticos.   

Efialtes, asesinado por los oligarcas atenienses, fue considerado su mentor. Su muerte llevó al poder a Pericles, quien se mantuvo fiel a los postulados políticos de ese malogrado líder.   

Siguiendo el ejemplo de sus referidos inspiradores, Pericles amplió las puertas de las libertades individuales. 

Gracias a Pericles Atenas se convirtió en el principal faro de cultura del mundo hasta entonces conocido.  

Las artes y el pensamiento de la Atenas de Pericles pueden considerarse superiores (visto desde el contexto de cada época) a lo que lograron los Médicis en la Florencia del Renacimiento, y también a lo que realizó Ludovico Sforza, apodado el Moro, duque de Milán, quien le dio esplendor cultural a esa hermosa ciudad del norte de Italia.  

Lo que se produjo en Atenas hace más de dos mil años llevó al poeta griego Eupolis a resaltar de Pericles que: “Poseía ese poder exclusivo de los oradores/de impulsar los corazones de los hombres/ y llevarlos detrás del aguijón.” 

Pericles conectaba hechos concretos con metáforas envueltas en conceptos filosóficos. Prueba de lo anterior fue cuando se refirió a la muerte en combate de muchos jóvenes atenienses: “La ciudad ha perdido a su juventud; es como si el año hubiese perdido su primavera.”  

Durante las tres décadas que él estuvo al frente del poder ateniense combatió la impunidad mediante el aparato judicial, al cual cada día le daba más preponderancia.  

Muchos expertos en la historia de Grecia coinciden en calificar a Pericles como el primer abogado profesional.  

Fue Pericles quien modificó para bien la regla fijada por el estadista, poeta y legislador Solón en el año 594 a. C. para el funcionamiento de la principal asamblea, llamada también ecclesia o audiencia.  

Para Solón los acusados llevados ante ese tribunal no podían utilizar los servicios de asesores legales, teniendo que ingeniárselas solos o recibiendo cuchicheos de cercanos. Pericles terminó con eso. 

La más conocida pasión de amor de Pericles (y al mismo tiempo su mayor sostén político) fue una hermosa e inteligente mujer procedente de la península Anatolia, quien llegó a Atenas cargada de saberes y con la añoranza del mar Negro que baña el norte de su tierra natal. 

Tal vez la persona que más influyó en el mandato gubernamental de Pericles fue su esposa, Aspasia de Mileto.  

Sus detractores, sin aportar pruebas, divulgaron en el siglo V a. C. la noticia de que ella era dueña de un centro de prostitución. Otros lo negaron. Parece que era maniobra de politiquería ramplona de los enemigos del poderoso gobernante que compartía lecho con ella. 

Dicho lo anterior al margen de que esa astuta mujer, nativa de la que fue la pujante ciudad de Mileto, tal vez tuviera alguna pasión mercantil. 

Aunque Pericles fue condenado en un juicio por supuesta corrupción, como indiqué en la entrega anterior, lo cierto es que se trató de una avilantez de sus enemigos, la mayoría de ellos jinetes de baja altura, que usaron  en su contra el filo de la espada de la malicia empapada del veneno del odio. 

Muchos textos de historia antigua lo describen como un hombre a quien no lo seducía el interés por acumular riqueza personal. La codicia no era parte de su vida. 

Pericles, antes de caer en lecho de muerte por casi dos años, atacado por la peste de Atenas (fiebre, dolores de cabeza, sangrado en lengua y garganta, etc.) encabezó su última actividad bélica dirigiendo centenares de barcos de guerra que se enfrentaron a las poderosas fuerzas navales de Esparta, en la larga y sangrienta guerra del Peloponeso. 

Algunos han opinado, siguiendo a pie juntillas los juicios del historiador romano Plutarco, que Pericles abrió esa guerra como un artificio político-militar ante las tenazas que le estaban tendiendo sus adversarios internos para dar al traste con su largo régimen. 

Lo cierto fue que Pericles supo sortear muchos vendavales políticos, siempre evitando en lo posible aplicar los resortes de la maldad que se aposentan en los cuartos de mando de todo gobierno. Dejó un amplio repertorio de hechos que lo colocaron como uno de los más brillantes gobernantes de la humanidad.  

Tal vez pensando en él fue que Nicolás Maquiavelo escribió en su clásica obra El Príncipe esta impactante reflexión: “Un príncipe que quiera conservar su autoridad deberá aprender a no ser bueno y usar ese conocimiento, o prescindir de su uso, según las necesidades que se le presenten.” 

En síntesis, cuando Pericles murió bajó al sepulcro en olor de multitud, porque los atenienses le admiraban y respetaban mucho. 

jpm-am

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
2 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios
JORGE FRANCO
JORGE FRANCO
1 Año hace

!! excelente !!