Partido y Gobierno

Escogido el precandidato que representará a la corriente del presidente Danilo
Medina en las primarias abiertas del 6 de octubre, lo prudente seria que se
acuerden reglas de competencia y convivencia que eviten que una cruenta o
desbordante guerra electoral interna derrumbe al PLD o agriete al Gobierno.
El PLD es el único partido que celebrara primarias abiertas para escoger a su
candidato presidencial y demás cargos de elección popular, por lo que su padrón
supera los siete millones de personas, la misma concurrencia de electores
convocada para las elecciones de mayo de 2020.

Falta saber el nivel de intervención o de influencia que tendría el presidente
Medina en esa contienda, aunque por el grado de confrontación con el doctor
Leonel Fernandez, se adelanta que sería muy elevado, por lo que se requiere que
el propio partido aplique normas de prevención o mitigación de desastres.
El Comité Político no tendría papel arbitral determinante en la campaña interna,
porque ese rol lo asume la JCE, pero el fortín que protege la anhelada unidad de
cara a los comicios de 2020 no debería ser hostigado por los ejércitos
enfrentados.

Hay que insistir en que sería un contrasentido si el PLD acude a las elecciones de
mayo sin la protección de un buen gobierno, como también sería un error si el
Gobierno sustituye al Partido en esos comicios, porque uno no podría sobrevivir
sin el otro. El candidato que resulte ganador cargará con el Partido y con
Gobierno.

El FMI prevé que la economía crecerá 5.2% en proporción al PIB y los más
escépticos economistas sitúan ese crecimiento en 4.9%; el precio del petróleo
rondaría la franja de 53 a 55 dólares, el desempleo 8%, inflación por debajo de la
meta del Banco Central (4+1) y el tipo de cambio también en el rango de lo
previsto.

Las estadísticas indican que el Gobierno va bien y que el entorno externo se
muestra muy hostil, aun con la guerra comercial entre Estados Unidos y China,
la vuelta de Europa a la recesión y los vaticinios de ralentización de la economía
americana.

Los 30 días de campaña interna en el PLD revisten más importancia y mayor
peligro para el PLD y el Gobierno que los ochos meses que faltan para las
elecciones presidenciales del tercer domingo de mayo, porque de lo que ocurra el
día después de 6 de octubre dependerá mucho la economía, la gobernanza y
obviamente la permanencia del partido de Juan Bosch en el Poder.

De los dos principales precandidatos solo uno resultaría ganador proclamado por
la Junta Central Electoral, pero para que no entre el mar a tierra firme se requiere
poner bien claro y respetar de manera absoluta las reglas de juego que estarían
vigentes en esos 30.

Lo que se aspira es que liderazgo del PLD ofrezca una soberbia demostración de
unidad, democracia, convivencia, tolerancia, comprensión y respeto al derecho
ajeno, en el entendido de que ese partido no ganará sin una buena gestión de
gobierno, ni este triunfaría por si solo sin el respaldo de un partido fuerte y
unido.

of-am

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