Los profesionales de la comunicación en la República Dominicana, afiliados al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), nos quedamos en las calles, sin oficinas corporativas, debido a una notificación de desalojo que data del 2013, auspiciada por la Escuela Turística del Caribe y que actualmente fue reiterada por la justicia dominicana en contra de la institución profesional.
La falta de gerencia y el mal manejo de los últimos administradores del CDP, han llevado la institución a un derrotero sin precedentes en la historia, todo esto, por el interés marcado de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, quienes siempre han considerado esta entidad profesional como una parcela política arropada bajo la sombra del Movimiento Marcelino Vega.
Esta desafortunada sentencia, entregada recientemente al CDP, nos deja estupefacto y bien claro de que “en la confianza es que está el peligro”. Se recuerda que la Escuela Turística del Caribe, ganó una sentencia en reintegrada, ante el Juzgado de Paz, que finalmente se convirtió en irrevocable y firme, debido a que los miembros del Comité Ejecutivo, encabezados por Aurelio Henriquez y Olivo de León, actuaron con irresponsabilidad y no apelaron dicha sentencia civil Número 064-14-00238.
Hace ya varios años, estos mismos directivos, quienes prácticamente tienen secuestrado el CDP, además de manejarlos con ciertos dejos de dictaduras ante sus miembros, llamaron a una asamblea extraordinaria y propusieron el alquiler de una parte de las edificaciones a la Escuela Turística del Caribe, recibiendo el rechazo unánime de sus miembros, aun así, Aurelio violó la decisión de los colegiados y rentó las edificaciones por encima de la asamblea.
Constituye un irrespeto a la membresía en pleno del CDP, que sus directivos tomen decisiones sin consultar ni siquiera a los gestores de las Seccionales, todo esto es el producto de decisiones cónsonas, unánimes, entre oficinas internas y personalizadas.
Sin tomar en consideración que los bienes internos y externos del CDP, son patrimonios de los periodistas, quienes tienen potestad para darle el uso debido, también fue alquilado el parqueo interno del gremio profesional, por lo que hoy día, los periodistas que suelen visitar este descalabrado edificio, se ven obligados a estacionar sus vehículos en la parte externa (fuera), dejándolos a merced de los delincuentes.
El hecho del CDP encontrarse en esta disyuntiva judicial, sin dudas, pone en cuestionamiento la capacidad gerencial de sus cabecillas. Han puesto en juego la capacidad de la institución que agrupa la mayoría de los profesionales de la comunicación en la República Dominicana y el exterior.
No hay calidad moral, ética y visión para administrar una institución como la nuestra, razones sobran para que los periodistas se unan y exijan que se respete la profesión. Juntos, sin compromisos y sin mediatismo debemos exigir la renuncia del Comité Ejecutivo en pleno. El CDP necesita una reingeniería, adaptarlo a los nuevos tiempos, y no solo eso, sino que escuche sin mezquindad las exigencias de su membresía.
Los directivos del CDP se han ausentado de sus deberes, ellos entienden que hay cosas mucho más interesantes que atender que los deberes del colegio, en vez de ser abanderados de los principios, la ética y el deber, sobre todo, trabajar por el fortalecimiento de la profesión y contribuir a contrarrestar las necesidades de sus miembros.
En relación con las pensiones, la mayoría de los expedientes que son sometidos anualmente a “La Dirección General de Jubilaciones y Pensiones”, nunca llegan a la institución y cuando suelen llegar se quedan engavetados. A estos dirigentes no les importan las enfermedades de los periodistas que necesitan de la miseria económica que les otorga el estado. Esto pasa, a pesar de los valiosos aportes que hacen los periodistas a la sociedad dominicana y a los gobiernos.
Hace ya más de 12 años (El 5 de abril de 2012), acompañamos a la dirigencia del CDP, encabezada por Olivo de León y Aurelio Henríquez, a una misa en honor a los periodistas fallecidos, eucaristía auspiciada por el sacerdote Rogelio Cruz, resulta que por falta de parqueo me vi obligado a estacionar la Jipeta frente a la puerta de entrada del gremio, pues cuando regresé, mi vehículo había sido saqueado por cuatro delincuentes que andaban haciendo fechorías, quienes cargaron con más RD$300,000 en equipos.
Pues les informo que en un segundo robo, próximo a las oficinas de Agricultura, en el Malecón de Santo Domingo, los vándalos fueron sorprendidos por la Policía, se produjo un intercambio de disparos, dos de los delincuentes murieron y uno de ellos asesinó a un policía. Vista esta situación, para los “gremialistas”, Aurelio y Olivo, este acontecimiento no significó absolutamente nada. Agradezco al periodista Genris García que me acompañó a Plan Piloto.
FALTA DE RESPETO
A los periodistas se les ha perdido el respeto, los tratan como mendigos, los califican de pordioseros, lambones, peseteros, come cheques, antiéticos, quizás con razón, porque lo que pinta el panorama es que la gran mayoría ha financiado la ética y la dirigencia del CDP, también forma parte de este conglomerado, razones, sus dirigentes tienen la institución como un medio de sustento para darse la buena vida, cabildear empleos en los gobiernos, viajar al exterior y relacionarse con personas influyentes. Y los periodistas, ¿para cuándo?
El edificio del CDP se podría calificar como una ratonera que a pesar de recibir recursos por alquileres y cuotas, entre otras entradas, adolece de institucionalidad, por lo que debe ser declarado en estado de emergencia, visto que no sirve ni siquiera para cumplir con el pago de los servicios básicos como: energía, internet, agua y teléfono, etc.
La dirigencia del CDP es muy parecida a los candidatos políticos, solo se desplazan a las provincias del país en busca de apoyo de las seccionales cuando están en campaña; sin embargo, las necesidades de los periodistas del interior no cuentan, ¿por qué?, sencillo, cuando un miembro solicita ser pensionado por enfermedad, supuestamente lo incluyen en el primer listado pero el acuse de recibo de su expediente nunca aparece, la copia del listado mucho menos, o sea, existe un tejemaneje entre el gobierno y la dirigencia del gremio. ¡Eso es ser gremialista!.
Es una vergüenza que los directivos del CDP, más que preocuparse por la preparación y actualización de los profesionales aglutinados en la institución, avizoran con rezagos incurrir en actos antiéticos para satisfacer sus necesidades.
“Qué sucede cuando a una mesa se le dobla una pata, sencillo, con cualquier empujón se desploma; y todo lo que está encima de ella cae al piso”. Parece contradictorio, para evitar el accidente, es preciso apretar la pata o en su defecto cambiarla. El CDP necesita un cambio.
La prensa seguirá siendo el 4to. Poder del estado, siempre y cuando los promotores de las instituciones sean los primeros en cumplir los mandatos de sus reglas internas, la Constitución y las Leyes. “El oportunismo distorsiona las reglas y, por ende, pone en cuestionamiento el deber de las personas”. El CDP necesita caras nuevas.
jpm-am

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