Hipólito: «Soy tumba polvo de Luis; todo lo que haga está bien»

SANTO DOMINGO.- El expresidente Hipólito Mejía dijo que ve favorables todas las medidas que sean necesarias para controlar la inflación en la República Dominicana, entre ellas la decisión del presidente Luis Abinader de dejar sin efecto el alza anunciada a las facturas eléctricas.

«Todas esas medidas que sean para tratar la inflación yo las veo bien… además yo soy un ‘tumba polvo’ de Luis, todo lo que él haga está bien», manifestó el exmandatario a periodistas.

Mejía, quien fue presidente en el período 2000-2004 y es dirigente del gubernamental Partido Revolucionario Moderno (PRM),  también se refirió a  los reclamos que ha hecho la oposición sobre el Pacto Eléctrico y a las altas facturas de la electricidad.

«No se oye, eso no se oye… a palabras necias, oídos sordos», exclamó.

an/am

Señala zonas francas de RD aportan más de 190 mil empleos directos

SANTO DOMINGO.-  El sector zonas francas registró el mayor número de empleos en los últimos 22 años, al alcanzar los  190,472 directos, durante el periodo enero-junio del presente año.

Daniel Liranzo, director ejecutivo del Consejo Nacional de Zonas Francas (CNZFE), dijo que  el sector experimentó un crecimiento relativo de un 11%, con respecto al mismo periodo del año pasado, cuya cifra fue de 171,682.

Dijo que estos niveles de empleos ponen de manifiesto la preponderancia y fortaleza que tienen las zonas francas en la generación de nuevos puestos de trabajo, al registrar alrededor de 20,000 por encima de los existentes previo a la pandemia del covid-19.

Asimismo, señaló que todas las actividades productivas del sector registraron incrementos en sus niveles de empleos, durante dicho periodo; destacándose los siguientes: Manufactura de Tabaco y Derivados, Dispositivos Médicos, Productos Eléctricos, Manufactura Textil, Call Centers, entre otros.

Expresó que el crecimiento alcanzado en el número de empleos ha sido a nivel de todos los parques de zonas francas, registrándose los mayores incrementos en los parques de zonas francas de la región Norte y la provincia Santo Domingo.

Liranzo resaltó que la tendencia registrada en el aumento de los niveles de empleos constituye un factor de suma importancia para el país, debido a que estos contribuyen a dinamizar la economía y el bienestar social de las personas, a través de la generación de una espiral económica.

Dijo que estos incrementos han sido producto del momento de reactivación comercial que se vive dentro de dicho sector, inducido por la demanda internacional de mercancías y por el apoyo brindado a las zonas francas por el gobierno dominicano, encabezado por el presidente de la República, Luis Abinader Corona.

an/am

Funcionarios RD viajan a Nueva York para exaltación de Ortiz al Salón de la Fama

SANTO DOMINGO.- El ministro de Deportes, Francisco Camacho, encabeza la delegación dominicana que partió este jueves a Nueva York para participar en la ceremonia de exaltación de David ‘Big Papi’ Ortiz al Salón de la Fama del béisbol profesional estadounidense, a celebrase el domingo venidero.

La delegación también participará en otros actos en honor a Ortiz que se celebrarán en la localidad de Cooperstown, Estado de Nueva York, sede del Salón de la Fama, de acuerdo con un comunicado de Deportes.

Entre esas actividades se encuentran el Cooperstown Dominican Latin Fest, un espectáculo de música popular que animarán los merengueros Fernando Villalona y Sergio Vargas, el salsero Yiyo Sarante y el exponente de música urbana El Alfa.

Ortiz, considerado por muchos como el mejor bateador designado en la historia de las Grandes Ligas, también será homenajeado por los Medias Rojas el martes 26 de julio, previo al partido con los Guardianes de Cleveland.

El domingo se convertirá en el cuarto dominicano en ingresar en el templo de los inmortales del béisbol profesional de Estados Unidos, junto a los exlanzadores Juan Marichal y Pedro Martínez, y al exjardinero Vladimir Guerrero.

Designada por el presidente Luis Abinader, la delegación la integran, a demás de Pacheco, el director general de Aduanas, Eduardo Sanz Lovatón; el administrador general del Banco de Reservas, Samuel Pereyra Rojas; así como el comisionado nacional de Béisbol, Milcíades (Junior) Noboa, y el viceministro Administrativo de la Presidencia, Andrés Lugo Risk.

Acompañan a la delegación el empresario Felipe Vicini Lluberes; el presidente de Centro Caribe Sports, Luis Mejía Oviedo, Andrés Vanderhorts, Víctor Rojas y Ricardo Miñoso.

David Américo Ortiz Arias, de 46 años, jugó en las Grandes Ligas entre 1997 y 2016. Debutó y permaneció con los Mellizos de Minnesota hasta 2002.

Cuando llegó a los Medias Rojas, Ortiz se convirtió de inmediato en uno de los jugadores más temidos por los lanzadores en el béisbol profesional estadounidense.

Formó parte del equipo que ganó la Serie Mundial en 2004, la primera para los patirrojos desde 1918. El toletero zurdo fue el Jugador Más Valioso en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en ese año y de la Serie Mundial de 2013. Se retiró al finalizar la temporada de 2016.

En su carrera bateó para promedio de .286, despachó 541 cuadrangulares, 632 dobletes y 19 triples. Remolcó 1,768 carreras y anotó 1,419. En total disparó 2,472 imparables en 8,640 turnos.

Ve presencia masiva haitianos arriesga seguridad y existencia RD

SANTO DOMINGO.- La seguridad y existencia de la República Dominicana están en peligro debido a la desbordante presencia ilegal haitiana, formentada por incumplimiento de la autoridad nacional a la Constitución y regulaciones migratorias y laborales, dijo el presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez.

Durante una entrevista en el programa radial «Revista Dominical Dejando Huellas», señaló que ha realizado recorridos por todo el territorio nacional en los que ha comprobado como la masiva presencia haitiana afecta el turismo, la tranquilidad y la vida dominicana en todos los órdenes.

Gómez, exmiembro del Tribunal Constitucional, sostuvo que por la falta de controles los haitianos se establecen en República Dominicana mediante la ocupación de inmuebles abandonados “y eso es un estímulo para que sigan llegando familias enteras a territorio dominicano sin ningún tipo de documento”.

Agregó que “la legislación dominicana es clara y precisa, al establecer que no a todos los nacidos en territorio de la Republica Dominicana les corresponde la nacionalidad Dominicana“, lo que fue ratificado  por la sentencia 168 -2013 del Tribunal Constitucional.

Manifestó su preocupación por el incumplimiento del artículo 10 de la Constitución que manda a desarrollar la frontera para evitar su abandono por parte de los dominicanos.

También porque, a su juicio, la ley 169-14 de naturalización, que consideró una norma inconstitucional, ha representado un retroceso pues favorece la entrega de documentación a nacionales haitianos mediante la presentación de información falsa.

Refirió que “agentes externos” han buscado incursionar en el registro civil dominicano, a lo que en su momento se resistió el expresidente de la Junta Central Electoral Roberto Rosario.

“Por lo cual pagó el alto precio de que le fuera cancelado de manera desconsiderado el visado norteamericano”, añadió.

Dijo que la presencia de ilegales haitiano es tan intimidante que muchos dominicanos ya se sienten inseguros en distintas zonas.

Advirtió que las bandas criminales que se disputan el territorio haitiano y en las que también participan dominicanos, vendrían a la República Dominicana pues el territorio haitiano “está agotado”.

cfl-am

Evolución del Escudo Dominicano en la numismática

Disertación del  experto numismático y heráldico Miguel Estrella Ureña hecha este 20 de julio del 2022 tras ser juramentado como miembro de la Academia Dominicana de la Historia.

 

Permítannos manifestar nuestro agradecimiento a los honorables miembros de la asamblea eleccionaria de la Academia Dominicana de la Historia por el honor que, mediante una decisión enaltecedora, nos concede el privilegio de ingresar a esta prestigiosa institución. Una decisión fundamentada sin dudas en la generosidad valorativa con que han visto nuestra incursión en el campo de la numismática y la heráldica nacional, dos disciplinas que para nosotros se convierten en pasiones que han absorbido gran parte de nuestra existencia y en la razón por la que las hayamos escogido como tema del presente discurso de ingreso a esta reputada Academia.

De manera concreta, partiendo de la utilidad de su divulgación y del interés que podría tener para este selecto auditorio, abordaremos algunos aspectos relevantes basados en el estudio de las emisiones de billetes y monedas realizadas durante nuestro período republicano y del modo en que, a lo largo de dicho tramo, ha ido evolucionando el diseño del Escudo Nacional, temas que por demás guardan entre sí una estrecha vinculación histórica.

Ese importante símbolo patrio que los dominicanos tenemos en el Escudo Nacional, por una razón o por otra, ha sido objeto en el tiempo de numerosas versiones. Algunas que podríamos atribuir a la licencia que la libre imaginación les otorgó a ciertos diseñadores; otras, a la deplorable falta de conocimiento por parte de sus autores de los más elementales principios del arte del blasón; mientras que unas cuantas más  vienen a ser una franca  inobservancia de las normas sobre la materia establecidas en nuestra legislación, a tal punto que en algún momento se ha llegado al extremo de introducir cambios en las características del modelo oficial instituido mediante decreto del Poder Ejecutivo, debidamente publicado en la Gaceta Oficial.

En honor a la verdad, debo confesar que hasta quien les dirige la palabra ha participado en algunos de esos cambios. Pero por el momento preferiría depositar en el juicio concienzudo de la posteridad la delicada tarea de evaluar tal ocurrencia.

En esta oportunidad enfocaremos nuestra atención en el tratamiento de las versiones del Escudo Nacional que fueron incorporadas en los billetes y monedas de nuestro país, entidades que, por gozar de gran circulación entre la población dominicana, las dieron a conocer ampliamente.

Es de vital importancia recordar que, desde la más remota antigüedad, el hombre, en su afán de establecer un linaje capaz de resaltar sus orígenes, fue creando símbolos que lo identificaran con las raíces de su unidad familiar, de su grupo o de su nación. A esa suerte de regla universal, a la que nosotros no habríamos de escapar, se acogieron los fundadores de las naciones surgidas en el Nuevo Mundo después de las revoluciones norteamericana y francesa. 

REPÚBLICA DOMINICANA

Orígenes de las Armas Nacionales 

A diferencia de los demás países de América, el nuestro tuvo por necesidad política que distanciarse de los patrones asociados al país vecino. Hecho comprensible sobre todo a la luz de lo traumático y perturbador que resultó la ocupación que por veintidos años, tras hacer abortar un proyecto independentista en 1821, concretizó el pensamiento doctrinario de la indivisibilidad de la Isla sustentado por los líderes más connotados de Haití.

Contrario a la felicidad prometida, la ocupación de nuestro territorio por los haitianos no pudo revertir el estado de pobreza que durante la época colonial imperó en el lado español de la isla.  Situación tan calamitosa que de manera esclarecedora se grafica en un informe rendido a la Regencia del Reino en 1812, en el que el Lic. José Núñez de Cáceres juzgaba la organización de Santo Domingo como algo “insubsistente”[1], debido al estado de ruina en que para entonces se hallaba sumida la parte oriental de la Española.

Al agravamiento de esa situación, acentuado tras las Reconquista durante el período de la llamada “España Boba”, se sumaron las políticas contraproducentes decretadas por el gobierno de ocupación presidido por Jean-Pierre Boyer.

No obstante, ese estado generalizado de postración económica y social estaría entre los factores determinantes de la motivación que prendió en el joven Juan Pablo Duarte la idea de enrumbar nuestro país por el camino de la autodeterminación, arriesgándose a dar el paso de crear la sociedad secreta “La Trinitaria”, motor embrionario de nuestra independencia, a cuyo propósito quedarían incorporados los símbolos patrióticos que servirían como referentes de una identidad propia y distintiva de la república proyectada, de sus fundadores y de todos sus ciudadanos.

Ese plan estuvo concebido desde un principio, pues como afirma el prócer Félix María Ruiz, desde el momento del ceremonial de adhesión de los nuevos integrantes de aquella sociedad patriótica, que en virtud de un juramento solemne asumían el compromiso de cumplir sus nobles ideales, se aludía ya a la bandera y al escudo de armas que constituirían las divisas de la república soberana e independiente que se proponían fundar, (cito):

que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados i azules, atravesados con una cruz blanca; la república establecerá su correspondiente escudo de armas – Mientras tanto seremos reconocidos, los trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria i Libertad.[2]

Conforme el parecer de algunos de nuestros más destacados historiadores, la bandera dominicana ha tenido dos versiones fundamentales: la primera derivada de la haitiana, a la que se le colocó una cruz blanca por encima de los colores azul y rojo para diferenciarla de aquella, y la actual, adoptada unos años después, en la que se contrapusieron sus colores para que no estuvieran en el mismo orden. Entre esos historiadores se destaca el académico Emilio Rodríguez Demorizi con su artículo “LA TRINITARIA – Apuntes y documentos para su estudio”[3], publicado con ocasión de la conmemoración del centenario de la Independencia.

Precisamente, una de las versiones más socorridas sobre el origen de nuestra bandera es la que Rodríguez Demorizi recoge de los apuntes de César Nicolás Penson, donde se relatan las conversaciones que Duarte y algunos de sus amigos sostenían en la residencia de su tío Prudencio Díez en Caracas sobre cómo debía ser el pabellón dominicano y para evitar que se pensara en la reimplantación de la esclavitud convinieron descartar el uso de los colores españoles. Sería esa razón por la que se inclinaron por el uso de los colores azul y rojo que llevaba el emblema haitiano, toda vez que en ellos se encerraba el significado de la libertad del neo – ciudadano de Occidente, en tanto que el blanco en forma de cruz establecería una marcada diferencia y evitaría herir susceptibilidades de orden racial. En definitiva, los tres colores, azul, rojo y blanco representarían (Cito):

la unión de las razas pobladoras de la República Dominicana por el cristianismo y la civilización.[4]

Al referirse a la Bandera Nacional, la Constitución firmada en San Cristóbal el 6 de noviembre de 1844, en su artículo 194, consigna lo siguiente:

El pabellón mercante Nacional se compone de los colores azul y rosado, colocados en cuarteles esquinados; y divididos en el centro por una cruz blanca de la mitad del ancho de uno de los otros colores, que toque en los cuatro extremos.

El pabellón de guerra llevará además las armas de la República en el centro.[5]

En la reforma constitucional de 1854 se hizo una corrección a ese texto al introducirse el cambió del color rosado al rojo.

Para el Escudo Nacional podrían haber primado las mismas consideraciones indicadas por Penson. Aunque, contrario a lo ocurrido en el caso de la bandera, el escudo ha tenido más de treinta versiones sin que mediaran cambios en sus reglas y por igual sus bases legales han sido objeto de múltiples modificaciones.

Impreso en el papel cabecilla utilizado para las correspondencias oficiales del general Pedro Santana encontramos un escudo con trazos muy parecidos a los del haitiano, siendo notables entre sus adornos la presencia de dos cañones sobre sus respectivas cureñas, distribuidos en las mismas posiciones en las que aparecen en el de Haití.

La Constitución de 1844 describe en su artículo 195 las que debían ser las armas de la República Dominicana como:

una Cruz, a cuyo pie está abierto el Libro de los Evangelios, y ambos sobresalen de entre un trofeo de armas, en que se ve el emblema de la libertad, enlazado con una cinta en que va la siguiente divisa: Dios, Patria y Libertad. República Dominicana.[6]

Por lo regular, la conjunción “Y” no se incluye en la cinta del escudo. En muy rara ocasiones se observa alguna parte de ella por debajo de su doblez.

De modo que, sin lugar a dudas, los integrantes de la sociedad secreta “La Trinitaria” adoptaron símbolos y lemas que diferenciarían al país que tenían en proyecto del que luchaban por separarse, y definitivamente, algunos de esos elementos pasarían a formar parte del escudo o armas nacionales que nos identificarían como nación independiente.

Del pensamiento de Juan Pablo Duarte y de otros próceres que le acompañaron en la dura tarea de luchar por la fundación de la República surgieron la cruz, el libro de los Evangelios, el lema “Dios, Patria y Libertad” y otros que, con el paso del tiempo, corrieron la suerte de desaparecer. Tales fueron los casos del uróboros y del símbolo de la libertad encarnado en el gorro frigio.

Con la fundación de la república, las autoridades responsables de las finanzas públicas tuvieron que recurrir a la emisión de billetes, más que como el medio de cambio facilitador de las transacciones comerciales derivado de la moneda metálica con que tradicionalmente se le conocía, como ente generador de efectivo para sufragar los gastos de la administración pública, sin tomar en cuenta las garantías metálicas y de confianza que debían acompañarle.

No obstante, la organización del naciente país requería de la adopción de medidas extremas que permitieran el funcionamiento de sus instituciones y nuevas reglas de juego que se diferenciaran de las que hasta ese momento estaban en vigencia.

Enmarcado en ese propósito, la primera emisión de papel moneda con denominaciones de uno y dos pesos fue autorizada mediante un decreto[7] de la Junta Central Gubernativa, fechado el 23 de julio de 1844, que a la vez ordenaba el retiro inmediato de la moneda haitiana.

Apenas un mes después, el 29 de agosto, mediante otro decreto la Junta dispuso que se emitieran nuevos billetes, esta vez con la denominación de cinco pesos y con fines similares a los de la anterior. En esa pieza se mandaba que “el sello y armas de la República[8] figuraran en el centro de su diseño.

Desafortunadamente, hasta el momento no se ha localizado ningún billete correspondiente a esas emisiones, que como puede colegirse por las fechas de los decretos que las autorizan, fueron dispuestas unos meses antes de la promulgación de la primera constitución política del país en que se describen las características de las armas nacionales.

Ya en otra emisión de billetes de uno y dos pesos (Segunda Serie), autorizada por el Congreso Nacional el 22 de abril de 1845, resultan evidentes ciertas diferencias en el diseño de las armas nacionales incluidas en ambas denominaciones. Aunque sus elementos responden a las características generales descritas en la Constitución, hay otros, sin embargo, como el uróboros, dos ramas y una bandera desplegada en representación de la cruz, que no están contemplados en el texto de la Carta Magna. En el correspondiente a la denominación de un peso no aparece el nombre del país.

Armas Nacionales vs. Escudo de Armas

Durante el primer período republicano se dispusieron más de veinte emisiones de billetes en las que se observan diferencias notorias respecto a los escudos incorporados en sus respectivos diseños. Tantas fueron que la ciudadanía se acostumbró y empezó a ver con naturalidad y sin prestarle mucha atención a los cambios constantes que solían hacérsele a ese importante símbolo de nuestra nacionalidad.

En esos años concurren dos tipos principales en el símbolo patrio con sus respectivas variantes:

  • Armas Nacionales descritas en la Constitución.
  • Escudo de armas en que aparecen algunas de las figuras de las armas nacionales sobre un escudo tipo inglés.

La depreciación del papel moneda durante los primeros años de la República obligó al Congreso Nacional a promover una reforma al sistema monetario y a autorizar al Poder Ejecutivo mediante una ley del 20 de junio de 1848[9] para que mandara a fabricar y realizar una nueva emisión garantizada por la Tesorería Nacional, cuyos billetes debían ser grabados en planchas de acero y estampadas en papel de banco de la mejor calidad, con la salvedad de que debían ser impresos en el extranjero. Un anexo a esa disposición señala que (Cito):

estos billetes llevarán por divisa el escudo de armas de la República, sobre la parte superior de la adición de su contenido.[10]

A fin de dar cumplimiento a las condiciones de seguridad exigidas, el Gobierno recurrió a la firma Durand Baldwin & Co., radicada en la ciudad de New York, para la impresión de billetes de uno y dos pesos nominales, equivalentes a cuarenta y ochenta centavos fuertes, respectivamente, impresos como los demás de esa época en una sola cara del papel, sin que llegaran a ponerse en circulación con sus denominaciones originales, posiblemente a causas de haber incluido en sus textos una tasa de cambio fija en momentos de importantes fluctuaciones en el valor de la moneda nacional.

Esos billetes tienen la particularidad de que sus viñetas centrales presentan una parte de las “Armas de la República” sobre un escudo tipo inglés cuartelado con esmaltes alternados que aportaría las bases fundamentales de los que le sucederían a través del tiempo. Esta primera versión del “escudo de armas” no presenta la cruz blanca dividiendo los colores en el campo.

A partir de entonces, la mayoría de los escudos conservan su patrón de diseño sin que su elección fuera pautada por alguna reglamentación oficial, por lo que se continuó con la práctica de introducir variantes que produjeron nuevos modelos que coinciden en el tiempo con los anteriores. La forma alternada en que se presentan sus esmaltes fue aplicada por primera vez a las banderas de los escudos de los billetes de uno y dos pesos emitidos en 1850, dispuestos mediante un decreto del 23 de junio del año anterior.

La impresión de las denominaciones de veinte y cuarenta pesos de una emisión de papel moneda dispuesta en 1853[11] se realizó sobre los reversos en blanco de los billetes fabricados por Durand Baldwing & Co. que habían quedado en los depósitos de la Contaduría General de Hacienda. Esa emisión también incluye billetes de uno, dos y cinco pesos. En sus diseños concurren una versión de las “armas nacionales” y otra del nuevo “escudo”, con la particularidad de que la bandera con que se representaba la cruz en los diseños anteriores fue sustituida por una cruz latina.

En los billetes de las emisiones que siguieron hasta el 16 de agosto de 1858 se continúan usando indistintamente las armas nacionales y el nuevo escudo de armas en sus dos variantes:

  1. Similar al original de 1848.
  2. Versión local sin la cinta superior, correspondiente al nombre del país y la inclusión del uróboros en sus trofeos.

Intercalando una y otras versiones transcurrieron los años y eventos que ratificaron nuestra nacionalidad y así llegamos a finales del siglo XIX, con billetes y monedas presentando escudos cada vez más disimiles entre sí.

Ante la escasez de la moneda nacional ocurrida en los últimos años de aquel siglo hubo una gran proliferación de “vales al portador” y “billetes fraccionarios municipales” que vendrían a facilitar el cambio. Para los diseños de algunos de esos vales y billetes se recurrió a diferentes modelos del Escudo Nacional. Tal era el descontrol en su definición en ese momento que en dos emisiones realizadas por el Ayuntamiento de Santo Domingo, compuesta por seis billetes, se emplearon cuatro diseños diferentes del escudo.

Las posiciones en que fueron colocadas las cintas que portan el lema “Dios, Patria y Libertad” y el nombre del país en los escudos que aparecen en esos billetes quedaron registradas en la sección de Notas Editoriales del Listín Diario del 2 de junio de 1899, bajo el título “El Escudo Nacional”[12], en la que se consulta al historiador José Gabriel García, en esos momentos Tesorero Municipal, y se le plantea la interrogante: “¿Cuál es el verdadero Escudo Nacional?”.

En su respuesta, el historiador deja a los directivos y lectores del referido periódico en la libertad de interpretar la legitimidad de las diferentes versiones del escudo que por más de cuatro décadas se habían utilizado en el país, tomando en consideración que, aunque contenían algunos de sus elementos, no se correspondían con las armas nacionales descritas en la Constitución de la República vigente para entonces.[13] 

Regularización del diseño del Escudo Nacional

Es la reforma constitucional de 1908 la que, en su artículo 99, se encargaría de establecer la alternancia de los colores en la bandera (cito):

El pabellón nacional se compone de los colores azul y rojo en cuarteles esquinados y alternados, separados por una cruz blanca del ancho de la mitad de cada cuadro, y lleva en el centro el escudo de armas de la República.” [14]

Asimismo, esa reforma, en su artículo siguiente introduce cambios en la descripción del escudo al indicar que:

El escudo de armas de la República lleva los colores nacionales; en el centro el Libro de los Evangelios, abierto con una cruz encima, surgiendo ambos de entre un trofeo de lanzas y banderas con ramos de laurel y de palma exteriormente y coronado con una cinta en la cual se lee el lema: Dios, Patria y Libertad, y en la base otra cinta con estas palabras: República Dominicana.”[15]

El artículo 124 de un proyecto de reforma constitucional de 1916[16] procuraría complementar de forma más extensa la descripción del escudo de armas con la indicación de su forma y lugar en que debía aparecer abierto el Libro de los Evangelios (San Juan, capítulo XIII), pero sin muchos éxitos debido a la ocupación militar norteamericana a la que fuimos sometidos los dominicanos a partir de ese año y hasta 1924.

Las voces que se preguntaban sobre la correcta definición del Escudo Nacional y su nueva descripción en la Constitución de 1908 pudieron haber motivado al secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Casimiro N. de Moya, para que propusiera al presidente Adolfo A. Nouel la promulgación de un decreto que determinara su forma y los colores fijos que debían presentar los dos símbolos patrios.

A partir de entonces los colores nacionales son azul ultramar y rojo bermellón más el blanco de la cruz. Con la observación de que cuando el escudo no pueda llevarlos, tendrá las líneas horizontales y verticales establecidas en la heráldica.

El decreto que aparece en la Gaceta Oficial[17] incluye las explicaciones a seguir para trazar el Escudo Nacional y un dibujo realizado por el mismo secretario De Moya.

En lo que podría interpretarse como una violación a las normas del derecho y la verdad histórica, ese dibujo fue cambiado por otro de menor calidad y evidentes errores al publicarse en la Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones emanados de los Poderes Legislativo y Ejecutivo de la República Dominicana en 1929, y, por igual, en la edición de la Oficina Nacional de Administración Pública (ONAP) de 1983[18], contribuyendo así a prolongar la práctica de introducir variaciones antojadizas en el diseños de muestro escudo.

Durante la dictadura de Trujillo se introdujeron algunas leyes y modificaciones constitucionales sobre el uso y regulaciones de los símbolos patrios, pero en cuanto a sus diseños se mantuvieron los establecidos en el decreto del presidente Adolfo Nouel.

Todas las monedas acuñadas entre 1937 y 1974, así como los billetes de las tres primeras familias de diseños y una parte de los correspondientes a la cuarta familia realizados de 1947 a 1994 por el Banco Central de la República Dominicana, mantuvieron ese escudo como patrón único en sus reversos.

En 1975 empezaron a presentarse pequeños cambios en los trofeos de los escudos que aparecen en las monedas y billetes, como son:

  1. Presencia de seis banderas.
  2. Solo dos banderas y cuatro lanzas.
  3. Faltas de simetrías en las cintas.
  4. Extremos de la cinta inferior orientados hacia abajo.

En definitiva, la segunda mitad de la década de los años setenta del siglo pasado resultó calamitosa para el Escudo Nacional en la numismática dominicana. Era una época en la que cada institución oficial, persona privada o imprenta, se tomaba la licencia de hacer valer sus propios gustos y demostrar sus supuestas pericias en el arte del diseño.

La falta de simetría en las cintas del escudo en las monedas acuñadas entre 1978 y 1981,  la gran diversidad de sus diseños en los billetes emitidos a lo largo de nuestra historia republicana y algunas fallas encontradas en el modelo de Casimiro N. de Moya, motivaron a la Unidad Numismática del Banco Central de la República Dominicana a emprender en 1982 la tarea de corregirlas y procurar unificar criterios para la correcta representación de nuestro símbolo patrio en el sistema monetario dominicano, convirtiéndose el modelo resultante en fuente de inspiración para el Escudo Nacional descrito en el artículo 32 de la Constitución surgida de la reforma constitucional de 2010, en la que se estableció que la Biblia del escudo debía estar abierta en el Evangelio de San Juan, Capítulo VIII, Versículo 32, que proclama:

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Podríamos concluir expresando que el escudo de la República Dominicana ha tenido tres versiones constitucionales fundamentales:

  • Armas nacionales, descritas por el artículo 195 de la Constitución de 1844, sin presentar un escudo en su estructura.
  • Escudo de armas, establecido en la reforma constitucional de 1908, derivado del realizado por la firma norteamericana Durand Baldwin and Co. para los billetes impresos en 1848, con regulaciones en cuanto a su diseño contenidas en el decreto No. 5200 del presidente monseñor Adolfo A. Nouel, de fecha 6 de febrero de 1913, y en el artículo 99 de la reforma constitucional[19] de 1947.
  • Escudo Nacional, descrito en artículo 32, de la reforma constitucional de 2010, que como se indica más arriba, presenta la Biblia abierta en el versículo del Evangelio que proclama que, con tan solo conocerla, la verdad nos hará libres.

Y puesto que éste último literal forma parte de la Historia contemporánea, dejaremos, tal y como hemos expresado al inicio de esta exposición, que la apreciación sobre su pertinencia y su divulgación dependan del juicio valorativo de los eruditos del futuro.

 Muchas gracias.

[1] De Utrera, Fray Cipriano, La Moneda Provincial de la Isla Española, Colección del Banco Central de la República Dominicana, 2000. Documento No. 113, p. 192.

[2] Pérez y Pérez, Gral. Rafael Leónidas. Juan Pablo Duarte, Múltiple y Humano, p. 28. Santo Domingo, Edita Libros, 2013.

[3]Boletín del Archivo General de la Nación Nos. 32-33, 1844, p. 23.

[4]Rodríguez Demorizi, Emilio, La Trinitaria – Adiciones – La Bandera, BAGN, No. 32-33, Año 1944, p. 43-44.

[5]Constitución Política y Reformas Constitucionales 1844 – 1942. COLECCIÓN TRUJILLO – Tomo I, p. 43

[6]Ibidem.

[7]Desconocemos el motivo por el que ese decreto no fue incluido en la Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones emanadas de los Poderes Legislativo y Ejecutivo de la República Dominicana, pero se trata de un documento fehaciente que ha sido citado en otros de su género.

[8]Colección de Leyes y Decretos, tomo I, p. 44. Decreto No. 18. De la Junta Central Gubernativa mandando emitir papel moneda para recoger el de Haití.

[9]Colección de Leyes y Decretos, tomo II, p. 39. Ley No. 146. Reforma la circulación monetaria.

[10]Ibidem, p. 43.

[11]Ibidem p. 476. Decreto No. 309. Congreso Nacional autorizando al Poder Ejecutivo a emitir billetes de caja de 1, 2, 5, 20 y 40 pesos.

[12]Listín Diario No. 2598.

[13]Listín Diario No. 2599.

[14] Colección Trujillo, Constitución Política y Reformas Constitucionales, 1844 – 1942, Tomo II, p. 227.

[15]Ibídem.

[16]Matos González, Ramiro, Banderas y Escudos Dominicanos, Edita Libros, Santo Domingo, 1981. P. 66.

[17]Gaceta Oficial No. 2376, Decreto No. 5200, p. 1, relativo a la forma del Escudo de Armas de la República.

[18]Colección de Leyes, Tomo 22, p. 41. Decreto No. 5200, relativo a la forma del Escudo de Armas de la República.

[19]Amaro Guzmán, Raymundo. Constitución Política y Reformas Constitucionales, 1947 – 1966, Volumen III, p. 41. Publicaciones ONAP, Santo Domingo, 1982.

Incorporan Miguel Estrella como miembro Academia de la Historia

SANTO DOMINGO.- La Academia Dominicana de la Historia incorporó este miércoles como miembro al experto numismático y heráldico Miguel Estrella Gómez.

La incorporación se produjo durante un acto en su sede de esta capital, al que asistieron dirigentes y miembros de la entidad así como de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias y de las sociedades Filatélica y  Numismática Dominicana así como familiares y amigos de Estrella Gómez.

Fue encabezada por  José Chez Checo, presidente de la Academia, así como por los dirigentes  Juan Daniel Balcácer y Eugenio Pérez Montás.  Entre los presentes figuraron el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe;  el dirigente de la Sociedad Filatélica Dominicana, Alejandro Vignieri, y el de la Sociedad Numismática Dominicana, José Manuel Henríquez, entre otros.

Chez Checo tomó el juramento a Estrella Gómez y le entregó el certificado de ingreso a la institución.

EVOLUCIÓN DEL ESCUDO

Parte del público asistente a la ceremonia de ingreso de Miguel Estrella Gómez a la Academia Dominicana de la Historia.

Con motivo de su ingreso a la Academia, Estrella Gómez  dictó una conferencia sobre “Evolución del Escudo Dominicano en la Numismática”, en la que se refirió a aspectos relevantes sobre este particular, basados en el estudio de las emisiones de billetes y monedas realizadas durante el período republicano y del modo en que ha ido evolucionando el diseño de este símbolo patrio.

Resaltó que este último,  por una razón u otra, ha sido objeto de numerosas versiones “algunas que podríamos atribuir a la licencia que la libre imaginación les otorgó a ciertos diseñadores” y otras “a la deplorable falta de conocimiento por parte de sus autores de los más elementales principios del arte del blasón”.

Agregó que “unas cuantas más  vienen a ser una franca  inobservancia de las normas sobre la materia establecidas en nuestra legislación, a tal punto que en algún momento se ha llegado al extremo de introducir cambios en las características del modelo oficial instituido mediante decreto del Poder Ejecutivo”.

En la conferencia, Estrella Gómez enfocó su Atención en el tratamiento de las versiones del Escudo Nacional que fueron incorporadas en los billetes y monedas de nuestro país, las cuales,  por gozar de gran circulación entre la población dominicana, fueron dadas a conocer ampliamente.

NY: Ve acertada decisión retirar cargos contra bodeguero mató exconvicto

NUEVA YORK.- El congresista Adriano Espaillat consideró «muy acertada» la decisión del fiscal de nueva York de retirar la acusación de asesinato en segundo grado contra el bodeguero dominicano José Alba, quien mató a un exconvicto que le estaba agrediendo y cuya imputación levantó una ola de protestas de pequeños propietarios de bodegas en la ciudad.

«Fue todo en defensa propia», dijo el congresista a favor de la decisión del juez en el caso contra el bodeguero

Leonel se interesa por la app valenciana E- Mobil-ity

ESPAÑA.- El expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, y candidato a las próximas elecciones del país latinoamericano ha mantenido un encuentro en la Universitat Politècnica de València con el objetivo establecer un conocimiento más estrecho sobre la aplicación de la Inteligencia Artificial al bienestar de las personas.

Esta visita se enmarca dentro de la gira internacional que está realizando Leonel Fernández, dentro de la campaña presidencial, en la que pretende no sólo estrechar lazos con diversas entidades educativas de relevancia sino conocer en profundizar en los diferentes proyectos e iniciativas que están surgiendo en el seno de la UPV. Es por ello, que en concreto se ha interesado por la App E-Mobil-ity desarrollada por la Generalitat Valenciana a través del Instituto Valenciano de Investigación en Inteligencia Artificial (VRAIN) perteneciente a la UPV.

La App E-Mobil-ity permite adquirir el billete sencillo para cualquier origen y destino del área metropolitana de Valencia al mismo coste que en efectivo, que permite utilizarlo sin necesidad de canceladora, facilitando de este modo, una movilidad sostenible real, integradora, intermodal y sin efectivo ni plástico por lo que se reducen los residuos. Esta App está en activo en el servicio de Metrobus desde 2021.

El expresidente Leonel Fernández se ha reunido con el Dr. Vicente Botti, director de VRAIN y del Grupo de Investigación de Tecnología Informática e Inteligencia Artificial de la UPV, que junto al CEO de Passgotechnology, Jordi Fernández, le presentó E-Mobl-ity y le mostró las múltiples aplicaciones que tienen la inteligencia artificial en generación de una sociedad del bienestar.

También mantuvo un encuentro con el vicerrector de la UPV, Josexo F. Montserrat con el que firmó un acuerdo para unión de la Universitat Politècnica de València y la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLOBE) que Fernández preside, con el objetivo de establecer convenios de colaboración en futuros proyectos.

Resaltan que RD puede transferir conocimientos a otros países

SANTO DOMINGO.- República Dominicana tiene la capacidad y toda posibilidad de transferir conocimientos a otros países, gracias a la acumulación de experiencia, madurez y capacidades adquiridas, resaltó el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Pável Isa Contreras.

Habló en esos términos en la apertura de transferencia de capacidades a Costa Rica, un acto relativo a un proyecto denominado “Apoyo para la implementación de una iniciativa piloto de cooperación triangular de República Dominicana como oferente para apoyar los sistemas de compras públicas nacionales de El Salvador y Costa Rica”.

Destacó esa iniciativa como parte de la transformación política y social de la República Dominicana, durante el gobierno del presidente Luis Abinader, según una nota.

“Los actores políticos han tomado conciencia de que tenemos que dar un salto adelante en la forma en que hacemos la política y es en derivado de eso de la forma en que hacemos la gestión pública”, expresó.

Agregó que cuando no existe transparencia, integridad, ética y buen manejo de los recursos públicos como un eje transversal de toda acción de política pública, se comprometen profundamente los objetivos de desarrollo.

Dijo que la iniciativa procura fortalecer, compartir y gestionar las capacidades con las que cuenta el país, en materia de compras públicas, las cuales contribuirán al fortalecimiento de los sistemas de compras de Costa Rica.

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