SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Siguen avanzando los días en el calendario y cada vez está más cerca el mes de mayo del 2016 fecha en la cual se elegirá un nuevo presidente en la República Dominica ( Si no ocurre algo que cambie ese curso) En vista de la imposibilidad constitucional que tiene el presidente Danilo Medina para reelegirse, a pesar de contar con un popularidad que ronda el 90% de aceptación a casi dos años de gestión y sabiendo que si decidiera aventurarse a tratar de repostularse todo luce indicar que ganaría de manera abrumadora por el tipo de gobierno que viene desarrollando y el apoyo popular del que goza.
Pero partamos de la premisa actual y que el presidente no puede ir, si bien es cierto que por razones lógicas a lo interno del PLD el ex presidente Leonel Fernández tiene ciertas ventajas frente a los demás aspirantes a la nominación presidencial por el hecho de que mucha gente le debe favores, tiene una obra que exhibir, tiene más experiencia de estado y un grupo económico formado en sus gestiones no necesariamente es una línea para ser el próximo candidato desde nuestro punto de vista.
Esas son ventajas que cualquiera quisiera tener, pero el ex presidente tiene sus desventajas también como son los cuestionamientos enormes a sus colaboradores y funcionarios más cercanos, El negocio con Barrick, el hecho de que desde su visión de gobierno era una prioridad el desarrollo de infraestuctura, (Que es importante pero llevando un equilibrio), fue presidente 3 veces e impregno un estilo que para muchos de nosotros no era malo pero era lo único que había como un referente más o menos decente.
Todo eso cambio al presidente Medina asumir el gobierno el 16 de agosto del 2012 y comenzar una revolución social en todos los aspectos salud, educación, agricultura, seguridad, empleo, Pymes, sorteo de obras, veedurías ect. Automáticamente ocurre esto cada uno de los dominicanos comenzamos a ver lo que realmente era un gobierno que distribuyera riquezas de manera adecuada, comenzamos a ver que si se podían hacer muchas cosas en poco tiempo solo con voluntad política y por ende eso hizo que el hechizo mágico y el aura de “Moisés” que tenía el presidente Fernández comenzara a desaparecer, hasta el punto de hoy en día tener una tasa de rechazo alta en algunos sectores importantes de la sociedad.
Honestamente como dominicano debo tener un aspiracional distinto, dejar de pensar solo en cómo me voy a beneficiar yo y el resto que se joda, debemos aspirar a que sean las instituciones que funcionen no los hombres, Leonel tuvo 3 chances y hizo muchas cosas positivas pero igualmente permitió muchas negativas, entiendo que dejo su impronta con tinta indeleble pero es momento de propiciar e impulsar nuevos liderazgos (Como a Reinaldo Pared). Ya tenemos una experiencia positiva al probar otro estilo con Danilo, porque volver a lo mismo? A lo conocido? Porque traer el mismo “equipo” a controlar el estado cuando no pasaron con las mejores notas sus cursos anteriores.
Mis deseos de corazón serian que el presidente Medina pudiese reelegirse pero sino, que surjiera sangre nueva, otra visión, ideas nuevas y tengo que decir que no tengo nada personal contra el presidente Fernández y tengo muchísimos amigos cercanos a él y que son parte vital de su equipo de trabajo, pero una de las bendiciones de la democracia es el derecho a disentir y la disparidad de criterio, aunque para mi seria en este momento súper fácil montarme en ese tren, prefiero hacer lo que mi conciencia me dicta en función de lo que he visto y el criterio que me he formado.
Finalmente cabe destacar que si eventualmente el presidente Fernández fuera electo candidato del PLD yo por disciplina partidaria trabajaría para que él sea presidente nuevamente pero no porque esté convencido que sea lo que más nos convenga como sociedad en este momento.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Este título corresponde a un libro escrito por Baltasar Gracián en el año 1647, traducido a casi todos los idiomas, muy recomendable para los que ejercen funciones públicas, labores políticas; comunicadores sociales; empresarios, comerciantes, banqueros; administradores de justicia; legisladores, militares, transportistas, sindicalistas, maestros, profesionales independientes, etc., pues nos recomienda cómo proceder en la toma de decisiones y en todas nuestras actuaciones, tanto públicas como privadas.
Traemos a colación dicho libro, porque en estos momentos, nuestro país atraviesa por serias dificultades, que ameritan que el mismo sea consultado a cada momento, para que actuemos siempre aferrado a la prudencia requerida.
Por ejemplo, los que dirigen el Estado dominicano, deben administrar los recursos públicos con transparencia, eficiencia y honestidad, evitando el despilfarro, el enriquecimiento ilícito y el afán desmedido de querer acumular fortunas al vapor, pues al Estado se va a servir, no a servirse; ser cautelosos con el endeudamiento externo, menos benignos con las exenciones y más diligentes con las evasiones de los impuestos, para que siendo justos, tribute más el que más tiene.
Tener presente que todos los cargos son pasajeros, por lo que debemos actuar siempre con humildad y mesura. Los que aspiran a dirigir los destinos del país, deben ser muy comedidos a la hora se hacer sus promesas de campaña, que están conscientes, que no van a poder cumplir.
Que los jueces y todos los que conforman el Poder Judicial, sean más humanos y racionales al aplicar justicia, pues mayormente condenan al que no tiene arraigo económico, dejando en libertad, aun con pruebas evidentes, a los verdaderos delincuentes, primando la permisividad y la impunidad.
Al momento de legislar o de ejercer el magisterio, hacerlo pensando siempre en las presentes y futuras generaciones; que la oposición ejerza su rol y haga sus reclamos, respetando siempre los derechos ciudadanos, pues hay que ser prudente hasta con el adversario.
Que nuestros empresarios, comerciantes y banqueros, sean menos voraces e insaciables, por querer ganar cada vez más; que el oficio de comunicador no otorga derechos para insultar, difamar, injuriar y emitir juicios malsanos; que el militar está para proteger al ciudadano, no para matar; los que portan armas de fuego deben ser comedidos al utilizarlas; cuando conduzcamos un vehículo por las vías públicas, hacerlo siempre con el debido cuidado, preservando la vida de los demás.
En conclusión, si aplicáramos “El Arte de la Prudencia” en todos nuestros actos, probablemente obtendríamos el país que soñamos. ¡Seamos Prudentes, pues!