Por JUAN FRANCISCO MOJICA

La mayoría de los dominicanos nos pasamos la vida estudiando o trabajando pero hay una porción importante de la población que ni trabaja ni estudia. Otros,  se largan del país hacia el extranjero para buscar nuevas oportunidades pero aunque logran satisfacer muchas de sus necesidades materiales, siguen presos de la exclusión y la injusticia.

La misma suerte corren quienes se meten a la política creyéndola el paraíso. La política los utiliza como mercancías de cuyo mercado solo logran zafarse unos pocos que a fuerza de mentir y engañar se hacen comerciantes.

En la actualidad hay miles de peledeístas, perredeístas, reformistas, perremeístas y otros que están decepcionados porque no han podido salir de la pobreza y la miseria mientras sus cúpulas políticas se enriquecen.

El comité político del PLD es la oligarquía política más rica de la RD. Le sigue la vieja cúpula reformista, y la nueva cúpula del PRD y del PRM. Todos se han hecho de dinero y riquezas por la corrupción administrativa pero pareciera como un orgullo estar al lado de estos chupasangres de la política.

Muchos  de estos políticos están y han estado en puestos públicos importantes desde la dictadura de Trujillo, pasaron por la funesta semi dictadura Balaguerista,  se beneficiaron de los gobiernos perredeísta, siguieron montado en los doce años de Leonel Fernández y hoy continúan en el gobierno elitista, y oligárquico de Danilo Medina.

Tanto en la República Dominicana como en muchos otros países se dice que estos políticos están protegidos o enganchados con el gobierno. Forman la nueva poli oligarquía, aliada a los empresarios y a la iglesia.

Según el diccionario, el enganchado significa persona que llega a tener una relación de dependencia o adicción de algo o cosas. Visto así, se puede decir que los políticos protegidos  son adicto al puesto o al dinero del gobierno.

Algunos de estos funcionarios tienen más de 50 años en el estado, otros tienen más de 20 y la mayoría tiene los 12 del gobierno peledeista y los tres años de Danilo. Y todos de pobres o de clase media hoy son millonarios.

Tanto el protegido por el tráfico de influencias como el enganchado por la política discriminan la capacidad y la honestidad y privilegia el amiguismo. Todo esto, desdice el grado de desarrollo institucional de  RD.

Por eso, en nuestro país muy pocos consiguen buenos trabajos por su capacidad y talento ya que estos puestos están reservados para amigos, familias o política. De ahí que los políticos y los técnicos han sustituido a los profesionales en los puestos de trabajos bien remunerados.

Estos protegidos pueden estar en puestos reales o botellas, pueden estar en el gobierno, como en el congreso o en la justicia, pueden estar en los ayuntamientos como en las instituciones descentralizadas.

Casi siempre los enganchados devengan salarios excesivos, reciben grandes privilegios  y están conscientes de que están desangrando el erario público.

Estos puestos se heredan, se negocian, se reparten y hasta se venden al mejor postor. Sin importa el país sino el dinero y el poder.

Los políticos vive bien casi siempre o son o se hacen traficantes de la política y solo le importa apoderarse del botín para enriquecerse.

Mientras todos los miembros del comité político del PLD, y de la cúpula del PRSC, del PRD y del PRM están protegidos, los militantes y la población están desprotegidas no solo alejados de los altos puestos sino también lejos de aquellas funciones cuyos salarios apenas alcanza para sobrevivir.

Nuestra lucha es de todos los dominicanos contra los vive bien de la política.

 

 

El sector industrial en su conjunto juega un papel preponderante y de primer orden a favor del desarrollo, el crecimiento económico sostenible, la estabilidad, la competitividad,  la paz social y el bienestar en la República Dominicana.

El peso del sector manufacturero y sus aportes a la economía local son extraordinarios e inocultables. El mismo ocupa un sólido segundo lugar como mayor generador de empleos, riquezas y contribución en las recaudaciones impositivas nacionales.

El sector industrial dominicano contribuye con entre un 34.3 por ciento y un 25.8 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB), aporta el 34.1 por ciento de los ingresos fiscales, genera el 20.2 por ciento de los empleos decentes, permanentes, formales y de calidad; reporta ventas por el orden de un 28 por ciento y representa el 65 por ciento de las exportaciones.

De igual manera, la manufactura local dominicana es –después del sector servicios- la que más aporta a la Tesorería de la Seguridad Social (TSS).

Así mismo, en su rol de actores importantes en el mercado eléctrico local, las 129 empresas que en la actualidad cuentan con la condición de “Usuarios no Regulados” del sistema energético nacional –las cuales consumen más de 200 megavatios- representan entre el 12 y 15 por ciento del consumo eléctrico y aproximadamente el 25 por ciento de la energía cobrada. 

El sector Industrias de la República Dominicana –de cuyo 2do. Congreso celebrado en abril de 2012 salieron importantes propuestas para robustecer el mismo- está compuesto por cuatro ramas de actividades productivas, como son: la explotación de minas y canteras, la manufactura de zonas francas, construcción y la manufactura local, que es sin duda la rama de actividad que mayor aporte hace de todas.

Actualmente, en el país –según análisis del Banco Central y las direcciones generales de Aduanas (DGA) y de Impuestos Internos (DGII) se han identificado unas 13, 987 industrias manufactureras, que generan 301 mil 952  empleos directos. De ellas 514 son Grandes Empresas, 738 son Medianas Empresas, 3,914 son Pequeñas Empresas y 8,669 Micro Empresas.

Unas 620 empresas se encuentran actualmente operando en el país bajo la Ley 8-90 de Zonas Francas, aportan 160 mil empleos directos y generan 60,000 millones de pesos que ingresan a la economía nacional, mientras que alrededor de 914 industrias están  registradas bajo la Ley 392-07 de ProIndustria y generan unos 112,888 empleos directos, de los cuales el 57.82%, es decir 65, 274, están localizados en la región metropolitana.

De las empresas calificadas y registradas por ProIndustria, el 22% son Grandes Industrias, 27% son Medianas, 31 Pequeñas y un 12% son Micro Industrias.

Del 2do. Congreso de la Industria salieron propuestas y recomendaciones puntuales para hacer el sector más competitivo e incremente sus exportaciones. Algunas de ellas ya han sido puestas en vigencia por el Gobierno Central y por varias de las instituciones estatales responsables. El año pasado el Poder Ejecutivo emitió el Decreto 72-14 mediante el cual oficializa la Mesa Presidencial de Seguimiento a las propuestas del referido Congreso.

En ese tenor, en franca, puntual y permanente coordinación con las asociaciones que aglutinan a los sectores productivos, el gobierno ha estado trabajando e impulsando medidas a favor de los mismos. Y lo ha hecho tomando en cuenta el sabio consejo de David Fischman en su obra “El Camino del Líder”, cuando señala lo siguiente: “Descubra el gusto de trabajar en equipo y dejará de trabajar por el resto de su vida.”

Es innegable que en lo que va de Gobierno, el presidente de la República, licenciado Danilo Medina, ha encaminado una serie de iniciativas (financiamientos, acceso a las compras estatales, asistencia técnica y búsqueda de mercados) tendentes a dinamizar los sectores productivos del país, en especial las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) y la agricultura, y tiene en carpeta un vigoroso Programa de apoyo a la industria local.

Para no dejar nada al azar, el Programa –obviamente- contempla los cuatro principios fundamentales para tener éxitos de que habla F. Arthur Klarck en su obra “El Pasaporte al Éxito,” que son: Meta, Plan, Acción y Perseverancia; así como en los cinco puntos que señala Robín Sharma en su libro “El Santo, El Surfista y El Ejecutivo,” a saber, Articular una visión, desarrollar una estrategia, hacer un contrato con uno mismo, Medir los resultados, celebrar los logros.

Ese Plan toma en cuenta las propuestas surgidas del 2do Congreso de la Industria Nacional –organizado por las asociaciones de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Dominicana de Zonas Francas (ADOZONA), el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y el Consejo Nacional de Competitividad (CNC)-, así como las iniciativas evacuadas del 4to Congreso Nacional MIPYMES, montado por la Confederación Dominicana de la Pequeña y Mediana Empresa (CODOPYME, y –obviamente- el Programa de Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Pero el Plan ha de ser tenaz y perseverante como señala Arthur Klarck, ya que también Winston Churchill observa que “el verdadero secreto del éxito está en la perseverancia”, mientras que Juan Bosch (del mismo modo) asegura que “la tenacidad debe ser la divisa de los que desean destacarse en cualquier actividad privada o pública.”

Se recuerda que (en materia de producción) el Presidente Medina – que es grande en acción como lo es de pensamiento, como aconseja Shakespeare- ha planteado que su gobierno estará sustentado en cuatro pilares fundamentales para impulsar el desarrollo productivo nacional, los cuales son el turismo, la agropecuaria, la industria local y las MIPYMES.

Ya –como es sabido de todos- muchas iniciativas a favor de esos sectores (programas de financiamientos, compras gubernamentales a las PYMIS, Ventanilla Única de Comercio Exterior, impulso de los encadenamientos productivos, fortalecimiento del Registro Industrial, construcción de avenidas, carreteras y más, fondo de garantía) han sido puestas en práctica y otras están encarpetas para ser anunciadas e implementadas en cualquier momento.

En el 2do Congreso de la Industria, bajo los temas Financiamiento para el Desarrollo, Política Comercial, Exportación y Sostenibilidad Ambiental, Promoción de Encadenamientos Productivos, Requerimientos de Infraestructuras y Energía, Fomento al Empleo Formal, Capital Humano e Investigación, más Desarrollo e Innovación, y Apoyo Institucional al Sector Manufacturero, se elaboraron 33 novedosas propuestas, las cuales de ser ejecutadas religiosamente darán un empuje sin precedentes a la manufactura local, fomentarán las exportaciones masivas y la competitividad a todos los niveles y en todas partes del mundo.

El Presidente de la República (que acertadamente ha hecho caso a Confucio, en el sentido de pensar en lo que está distante, para no hallar pesaroso lo que está cerca) está empeñado desde inicio de su mandato en fomentar la producción nacional, la competitividad y las exportaciones nacionales, conscientes de que ello genera orgullo, empleos, desarrollo y bienestar.