Desde mi niñez he oído decir la frase «un gobierno de rostro humano,» lo cual siempre me ha llamado la atención. Leyendo en la Biblia, he encontrado un Rey de rostro humano, quien ha establecido su reino en la tierra, un reinado verdaderamente con capacidad de ayudar y resolver los conflictos que se les presentan a todos sus súbditos. Ese Rey es Jesucristo, y su reino la iglesia que él edificó. El es el Rey perfecto, y su reino se perfecciona día a día.

Fuera de Jesucristo, es difícil que los gobiernos terrenales puedan suplir todas las necesidades de los ciudadanos, pues son más las necesidades que los recursos que pudieran satisfacerlas. En ese sentido, se debe exaltar todos los esfuerzos que hagan los gobiernos en beneficio de la sociedad y especialmente de los que son de menor recursos. Poner tropiezos a estos esfuerzos, es comulgar con el mal, el cual a la vez, es auto- destructivo.

Todos los presidentes dominicanos que hemos tenidos, desde 1961, son considerados gobiernos democráticos, con rara excepción. Y sin duda, todos han ejecutados programas y proyectos sociales que han sido muy útiles para una parte de la población. Esto es importante, porque siempre habrá algunos que podrán beneficiarse de esas acciones. Proyectos de viviendas, alimenticios, de salud, forestal, educativos, entre otros.

Ahora bien, no se puede esperar la  solución a todos los problemas sociales, puesto que éstos exigirían un aumento considerable de los impuestos. Los que tiene recursos económicos, no quieren que les aumenten la carga impositiva; y los que no tienen no pueden pagar. Generalizar el pago de impuestos, es una actitud injusta, si partimos de que los que usan los recursos naturales, humanos e intelectuales se están beneficiando de lo que es de todos. Entonces debe ganar, pero debe contribuir a disminuir las penurias de los más pobres.

Jesucristo dijo: «Porque siempre tendréis pobres entre vosotros, pero a mí no siempre me tendréis» Mt. 26:11. En el mundo, hay más de tres mil quinientos millones de personas quienes viven en la pobreza, de los cuales, alrededor de mil millones de éstos viven en extrema pobreza. Hay pobrezas causadas por otros; las hay, producto de sí mismos; las hay, causadas por efectos naturales; y las hay, por situaciones sociales.

Debe comprenderse que los gobiernos, tienen que trabajar en beneficio de toda la población, donde cada uno de ellos tiene la autoridad. Y son, humanamente, las esperanzas de las personas necesitadas de sus servicios. Ascender, superar una situación, y crear riquezas dependen en gran medida de las políticas de los gobiernos. De ahí que, los presupuestos nacionales, deben tener carácter de desarrollo, progreso y sobretodo, de crecimiento humano.

Admiro y elogio los programas sociales del gobierno dominicano; las visitas sorpresas del presidente, y; el carácter democrático del gobierno. A la verdad, que muchas personas no entienden el tiempo en que vivimos. Sin embargo, hay señalar que existen muchas necesidades que deben ser resueltas. Orar a Dios, es una necesidad inmanente, para que Dios ilumine y a ayude a nuestro gobierno.

Los buenos gobiernos ejercen un papel de colaboración a la obra de Dios, en beneficio de las criaturas del Divino. De ahí que, no solamente se debe criticar a los gobiernos, sino que se deben estimular para que continúen las cosas que son buenas, corrijan las que son incorrectas, y hagan aquellas que no se han hecho, pero que son útiles a la humanidad. De ahí, el éxito de ese slogan del pasado gobierno.

Las palabras de Dios enseñan a los cristianos, diciéndonos: «Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra» Tito 3:1. El apóstol Pedro escribió: «Por causa del Señor someteos  a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos» I ped. 2:13- 15. Dios le bendiga.

JPM