Orígenes de la frontera dominicana
Los sucesos acaecidos en la isla La Tortuga pueden considerarse como el punto de inicio para el surgimiento de una frontera en la Isla La Española, pues el dominio y control por parte de Francia de La Tortuga, es lo que da inicio definitivo a la colonización de la parte oeste de la Isla que sería conocida más tarde con el nombre de Santo Domingo francés.
Emiliano Tejera Pénson sostiene que “a principio del siglo XVII un acto de gran trascendencia abrió de par en par las puertas del territorio de santo domingo a los enemigos de España y minó sus derechos señoriales. Las colonias no podían comerciar sino con la madre patria, y en esta solamente con un puerto determinado’’.
Asimismo establece que “Monte Cristi, Bayahá, la Yaguana y Puerto Plata, ciudades de la costa norte y del occidente de Santo Domingo, trataron de eludir tan tiránico, como antieconómico precepto, y entraron en tratos con ingleses y holandeses para la venta de las pieles y demás productos de su trabajo, que se perdían a menudo por falta de busques nacionales que los exportasen.
El gobierno de la Metrópoli no toleró semejante desacato, y las ciudades culpables fueron mandadas a destruir, y sus habitantes condenados a formar en el interior de la isla las poblaciones de Monte Plata y Bayaguana. Tejera Pénson (2010).
A partir del año 1678, con la firma del tratado de Nimega entre Carlos II de España y Luis XIV de Francia, se paralizan las hostilidades entre ambas naciones. Esto trajo como consecuencia un acuerdo de aceptación y tolerancia de la colonia francesa en la isla de Santo domingo. Lo que se refleja mediante la decisión de los gobernadores de ambas colonias, de delimitar ambas zonas a través del rio Rebouc o Guayubin como demarcación fronteriza, al mismo tiempo de intensificar el comercio entre ambas zonas.
Este acuerdo firmado entre Neveu De Pouancey por Saint Domingue y Francisco Segura Sandoval y Castillo por Santo Domingo tuvo un alcance meramente colonial y nunca contó con la aprobación de España.
Sin embargo, el habitante de la parte este se resistía a la presencia de los franceses en la parte occidental de la isla y es así que el 21 de enero de 1691 se libra en Sabana Real o de La Limonada, una batalla histórica protagonizada por los lanceros de Higüey y el Seibo comandados por Francisco De Segura Sandoval y Castilla y el ilustre Antonio Miniel, la fecha aniversario de este triunfo fue consagrada como día de acción de gracias a Nuestra Señora de la Altagracia. Primer soplo, tal vez, de la nacionalidad dominicana. Alfau Duran (1944).
Manuel Arturo Peña Batlle, considera el tratado de Nimega de 1678 como el punto de partida del proceso de reconocimiento; mientras que por el de Riswick en el año de 1697 se reconoce de facto la existencia de la ocupación francesa de una parte de la isla; y finalmente por el de Aranjuez la Corona Española terminaría reconociendo expresa y oficialmente la existencia de la colonia francesa de Santo Domingo, señalándose por el mismo los límites entre ambas partes de la isla, buscando así poner fin a la penetración que en forma lenta y progresiva se venía realizando hacia el territorio de la parte española.
Es por ello que Manuel Arturo Machado, sostiene que: “la ocupación definitiva de la parte occidental de la isla por el entonces gobierno francés a mediados del siglo XVII, determino como era de esperarse el fraccionamiento del territorio en que hasta entonces había ejercido su exclusiva soberanía la nación descubridora”.
El citado autor, continua diciendo, “para consagrar el hecho de la invasión, determinando los límites respectivos de ambas soberanías, intervino en el año 1777 el Tratado de Aranjuez, mientras que más tarde en el 1795 España cedió a Francia mediante el Tratado de Basilea, la parte que por el de Aranjuez había conservado. Machado (1912).
Para la escritora Rosario Sevilla Soler las causas que dan surgimiento a Santo Domingo francés son:
· El abandono de la parte Norte y Oeste de la isla La Española por parte de los Españoles a principio del siglo XVII por una orden real.
· El control de la Tortuga y el posterior uso para la conquista paulatina de la banda del norte, bajo el mando de Bertrand D’Oregon.
· Las debilidades de España frente a la rivalidad económica y política que sustentaban Holanda, Inglaterra y Francia.
Eventos históricos como la reincorporación de Santo Domingo español a España; la ocupación de ciudades fronterizas por los haitianos; movimiento independentista de José Núñez de Cáceres y la ocupación de Santo Domingo español por la República de Haití, demostraron que a pesar del tratado de Basilea los problemas fronterizos no habían quedado resueltos.
Con la proclamación de independencia en 1844, República Dominicana hereda la soberanía, derechos y acciones sobre el territorio conocido antes como parte española de la Isla de Santo Domingo. La anexión a España en 1861, lleva de nuevo a plantear el problema de la frontera al presentar España una reclamación sobre territorios ocupados por la República de Haití y que eran españoles según el tratado de Aranjuez. El fin de la ocupación española en 1865 dejó sin resolver esta reclamación.
El Estado Dominicano mantuvo en su constitución como principio que su territorio estaba formado por el señalado en el tratado de Aranjuez, hasta el 21 de enero de 1929 fecha en que firmaron un nuevo tratado de fijación de límites los presidentes Felipe Horacio Vásquez Lajara y Eustache Antoine Francisco Joseph Louis Borno el primero de República Dominicana y el segundo de la República de Haití. Una comisión fue encargada de materializar sobre el terreno la nueva línea divisoria convenida, mediante la colocación de hitos de concreto.
Esto se materializó y los acuerdos finales fueron ratificados el 14 de abril de 1936. Quedó establecida así la línea divisoria, partiendo desde el norte, el río Dajabón o Masacre en casi toda su extensión; entre las poblaciones de Bánica y Restauración la frontera quedó constituida por el eje de la carretera internacional, hasta terminar en el sur, en el río Pedernales.