OPINION: Prudencia, justicia y equidad fiscal

Continua aun en plena pandemia, las ideas encontradas respecto a  cómo y cuándo debe formularse y aplicarse la reforma fiscal en la nación dominicana.

Para muchos un tema espinoso por la carga política que le acompaña y para otros un mal necesario que se debe enfrentar con valentía y decisión, siempre que se lleve al plano del consenso entre las partes aportantes al erario.

Hasta ahora la teoría económica no puede, todavía, dar respuestas a todos los problemas económicos.

Para cada gran problema hay una solución que implica crear otro problema diferente.

Es el caso de que para resolver el desempleo, la teoría Keynesiana tiene la solución, pero a la larga lleva a problemas inflacionarios.

Para corregir este nuevo problema, los monetaristas tienen la solución, que a cambio produce estancamiento, y así en general.

Los economistas normalmente fungen como consejeros de los políticos que deberán tomar las decisiones.

El economista puede decir qué relación hay entre inflación y crecimiento en un cierto momento.

Es al político a quien le toca decidir cuál de las dos metas va a perseguir, Si la decisión es mala, tanto el político como el economista serán mal vistos, si es buena, los dos recibirán elogios.

Por desgracia, las decisiones no siempre son buenas. Así como se cambian las estrategias cuando éstas no son efectivas así se cambian las políticas monetaria y fiscal conforme el vaivén de la economía en el plano local como internacional.

Realmente es un juego de nunca acabar ante los ciclos económicos que se suceden en el mundo.

La teoría económica no tiene panaceas, soluciones universales, y dado que los economistas dependen de los políticos para la aplicación de la teoría, la humildad y el reconocimiento de la disidencia deberían ser actitudes normales.

Los economistas, que dijeron en tiempos de la abundancia, que el gobierno debía ser más cauto con el gasto y la cantidad de dinero que utilizaban, fueron atacados.

Economistas que sugieren hoy estrategias diferentes a las gubernamentales, también son criticados.

Cuando no hay consenso sobre un tema como el de la reforma fiscal, es obligado escuchar a quienes opinan diferente a los que comúnmente lo hacen.

En economía y política el consenso debe ser esta la regla, como recomiendan algunos pensadores.

Revisando algunos textos, se lee que economistas que vienen de la escuela más dura sostienen que la distribución del ingreso es resultado del funcionamiento del mercado, y por lo mismo es un resultado adecuado.

Esta afirmación es fácil de hacer cuando le ha tocado la parte buena de la distribución a unos pocos pero cuando le toca a la mayoría la parte mala entonces no suena muy bien.

Cuando una economía está en su punto de equilibrio esta cumple con la condición de eficiencia de Pareto: una vez ahí, cualquier movimiento resulta peor, porque nadie gana y alguien pierde.

No hay ningún argumento teórico que permita sostener que la mala distribución del ingreso que no es lo mismo que riqueza, aunque se parezca, es un resultado obligado de la economía.

El gobierno tiene diferentes funciones que cumplir. Los economistas no se ponen de acuerdo en cuáles de estas funciones son obligadas.

Hay dos funciones en las que todos los economistas están de acuerdo: la provisión de bienes públicos y la corrección de externalidades o efecto colateral de alguna actividad económica.

El gobierno tiene ingresos a través de impuestos. Estos son cobrados a los agentes económicos.

Los impuestos pueden ser directos sobre los ingresos e indirectos al gasto o patrimoniales o sobre la riqueza.

El gobierno también puede tener ingresos a través de derechos, es decir, dinero que se cobra a alguien por hacer uso de bienes o servicios que corresponden al gobierno o al Estado.

El gobierno puede tener ingresos por productos, por pagos por sus actividades o por sus inversiones. Cuando los gastos del gobierno son mayores que sus ingresos, se tiene un déficit.

El déficit obliga a financiarlo a través de emisiones de dinero inorgánico, mediante el cobro de más impuestos y a través de financiamiento.

Regularmente cuando la ciudadanía escucha que el gobierno necesita realizar una reforma tributaria o una reforma fiscal integral, las personas piensan en que se les cobrará más impuestos o que se les sacará más dinero de los bolsillos de los exiguos ingresos que perciben.

Ahora bien, no necesariamente significa extraerle más dinero a la población ya que una reforma fiscal puede concentrarse específicamente en controlar el gasto, hacerlo más eficiente o gravar las grandes riquezas o patrimonio.

La reforma fiscal que ahora se plantea  en el país se concentrará en mejorar la calidad de vida del dominicano, crear empleos, fomentar la competitividad entre los sectores productivos, propiciar mejor estabilidad macroeconómica a largo plazo, mayores y mejores servicios a la población,  gastar donde realmente se necesita gastar, eliminar los gastos vanidosos o superfluos o hacer un gasto más eficiente a los fines de que rinda mejores resultados a favor del dominicano de a pie.

La próxima reforma fiscal que tendrá la República Dominicana será pensando en la gente y será el producto de un consenso entre los distintos sectores económicos, constituyéndose la misma en un verdadero reto o una gran oportunidad para corregir los desequilibrios tributarios existentes, por supuesto hacer más fácil el pago de los tributos y mejorar su administración a los fines de eliminar las evasiones, los gastos tributarios o exenciones y evitar la elusiones fiscales.

Realmente es una gran oportunidad para que la República Dominicana disponga en lo adelante de un régimen fiscal más justo y equitativo siempre pensando en la gente más vulnerable.

Una reforma fiscal integral sin abusos evitando con ello que la población se revele en contra de la misma como hoy se vive en Colombia que por excesos en el cobro de impuestos la población se manifiesta en contra de dicha reforma, obligando al gobierno a echar hacia atrás que es lo que debe evitar todo gobierno para no perder su credibilidad.

Es por ello, que toda reforma fiscal debe previamente consensuarse entre todas las fuerzas vivas de la nación sin que por ello se deje a un lado la sociedad civil.

Se impone en estos momentos mucha cordura, prudencia, justicia y equidad en el momento de formularse y aplicarse la señalada reforma fiscal con miras a que el país se enrumbe por un camino de crecimiento y desarrollo económicos y sociales.

De esto, todos los dominicanos están contestes de que su gobierno presidido por el ciudadano presidente  de la República Dominicana, Luis Abinader Corona, caracterizado por la humildad y sensibilidad social, así lo hará.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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ASURBANIPAL
ASURBANIPAL
2 Años hace

De buenas intenciones esta plasmado el camino del infierno, a partir del 1996 la corporatocracia asumio el mando del estado y los politicos se convirtieron en sus mascotas y los economistas con honrosas ecepciones en tecnocratas al servicio de esa corporatocracia. Agrabar a las riquezas o patrimonio la pagaran los mismos de siempre que no tienen como evadirlo y al mismo tiempo se disminuye la cracion de empleo ya que nadie se ariesga.

ASURBANIPAL
ASURBANIPAL
Responder a  ASURBANIPAL
2 Años hace

Peor si esa reforma fiscal obedece a la exigencia de un organismo internacional para facilitarnos mas prestamos «quisiera equivocarme asi nos benefisiariamos todos»