OPINION: Los salarios y el trabajo

De nuevo llega al tapete el tema de los salarios y el trabajo a raíz de reiterados pronunciamientos que en ese sentido ha externado el  señor gobernador del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), Licenciado Héctor Valdez Albízu.

El experimentado funcionario de la entidad emisora de la nación dominicana ha recalcado en varias oportunidades la importancia de derramar el notable crecimiento económico que ha tenido el país durante los últimos años a través de un aumento de salarios que favorezca a los trabajadores de bajos ingresos.

Dijo que eso es posible porque el país ha registrado un crecimiento económico promedio de 6.56% en los últimos cinco años.

El señor Valdez Albízu recordó que la economía viene de  crecer un 7% en el recién finalizado año 2018, con una inflación de 1.17%, la  menor registrada en los últimos 34 años, y con entradas de divisas que cerraron el año en torno a US$30,000 millones, pero es necesario que los salarios mejoren.

El gobernador destacó que si se quiere derrame no se debe concentrar el crecimiento en los sectores de mayores ingresos, sino que se debe bajar al quintil más bajo, el primero, que tiene el costo de la canasta familiar, al cierre de diciembre de 2018, de RD$13,818.11.

Es penoso ver y escuchar que un joven profesional con conocimientos de otros idiomas, manejo de la tecnología de punta o última generación a penas se le pague la miserable suma de RD$20,000.00 y si tiene  experiencia de trabajo unos RD$35,000.00.

Es menester recordar algunos conceptos del afamado economista y profesor universitario, Paul Samuelson, 1996, quien expresó que: “los trabajadores son algo más que factores de producción abstractos.

Son personas que tienen familia, deseos y necesidades, además de proporcionar trabajo a la economía, por lo que la tasa de desempleo es un motivo fundamental de preocupación de la sociedad y por la que el mercado de trabajo es una fuente constante de controversias, conflictos sociales y agitación política.

 

El siglo XIX fue testigo de batallas campales entre el trabajo y el capital por los salarios, las condiciones de trabajo y el derecho a sindicarse; actualmente, las mujeres y las minorías luchan por tener un buen puesto de trabajo y una remuneración equitativa.

El grupo más numeroso que padece la discriminación económica es el que está formado por las mujeres. Las mujeres que trabajan durante todo el año a tiempo completo solo ganan en promedio un 80% de lo que perciben los varones que tienen el mismo nivel de estudios y el mismo origen social.

Algunas variaciones salariales se deben a diferencias de educación, experiencia laboral y otros factores; las divergencias salariales son inevitables en una economía de mercado.

Hay discriminación salarial cuando las diferencias se deben a una característica personal irrelevante como la raza, el sexo o la religión, la política, entre otras.

Aunque existe una enorme variedad de rentas en todas las economías, los economistas tienden a considerar que el salario medio es un buen indicador del poder adquisitivo del trabajo en general”.

La República Dominicana no aplica leyes como la de los derechos civiles e igualdad salarial que prohíben la discriminación en la contratación, el despido en el empleo y que obligue a los empresarios a pagar a los varones y a las mujeres lo mismo por igual trabajo.

Muchos sindicalistas de la nación dominicana procuran que haya un aumento del salario mínimo de los trabajadores pues hace casi tres años que no se aplica de forma razonable y equitativa un incremento de éste conforme el nivel de la canasta familiar de menor costo.

Conforme a lo anterior las principales centrales sindicales han presentado documentos ante el Comité Nacional de Salarios en los que han pedido a los patronos un aumento salarial de 30% para el sueldo mínimo de los trabajadores no sectorizados.

De no acogerse sus demandas de aumento salarial en reiterada oportunidad han amenazado con irse a huelgas y realizar protestas en las mismas empresas.

Asimismo solicitan al presidente de la República Dominicana que aplique por decreto un aumento general de salarios de un 30% al salario mínimo de los sectores público y privado, hasta los RD$25,000.00.

Son muchas las protestas que se han escenificado en distintos sectores en busca de que se incremente el salario mínimo en los sectores señalados.

No es lógico ni correcto de que se negocie un incremento salarial  de manera unilateral o se acuerde favorecer uno o dos sectores sin tomar en cuenta el resto de los trabajadores ya que se estaría cayendo en una clara discriminación.

Se sabe que todos son ciudadanos dominicanos afectados por las mismas condiciones económicas o el mismo costo de vida. Es el mismo caso de que se subsidie un sector en detrimento de otro.

Casos comentados recientemente es el de las protestas de muchos agentes activos y retirados de la Policía Nacional los cuales no obstante la importancia de su trabajo de preservar la seguridad y tranquilidad de la ciudadanía estos perciben un salario conocido como cebolla o que provocan deseo de llorar, el cual fomenta la corrupción, la arbitrariedad y el desorden en el desempeño del trabajo de éstos trabajadores públicos.

Es tiempo ya de que se mida con la misma vara a todos los sectores y se decrete un aumento general de salario porque no se concibe que un policía gane RD$5,000.00 0 RD$6,000.00 cuando su trabajo es de alta peligrosidad y responsabilidad.

Mientras el salario mínimo promedio del sector privado, incluyendo zonas francas, es de RD$10,947.30

Tampoco es concebible que un servidor público perciba un emolumento mínimo de tan solo RD$5,117.50 pesos cuando el costo de la canasta familiar se encuentra por encima de los RD$30,000.00.

Las autoridades dominicanas deben llevar al país a los mismos niveles de justicia y equidad que otras naciones del continente americano menos desarrolladas que la dominicana.

¿Cuándo la nación dominicana comenzará a distribuir entre los hombres y mujeres de menores ingresos de forma justa y equitativa el muy sonado crecimiento económico?

Es el momento ya, de que tanto el sector público como el privado  apliquen: justicia, equidad  y humanidad al aumentar los salarios de los mal pagado hombres y mujeres que muchas veces se ven imposibilitados de llevarles las acostumbradas tres comidas a los miembros de sus familias por no citar otras necesidades no menos perentorias.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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