OPINION: La piedra filosofal económica

Sin duda alguna que la preocupación y desesperación por la que atraviesa la República Dominicana y el resto de los países debido a  la temible pandemia que día a día conduce a enfermarse y a morirse a todo aquel que no observa  el más elemental protocolo de higiene y contagio y a la ruina económica y financiera a las distintas naciones, concentra hoy a muchos economistas y financistas en la búsqueda de la piedra filosofal que dé respuesta efectiva al descontrol de los fundamentos macroeconómicos en crisis.

En tres o cuatro meses la situación económica y financiera de más de 186 países ha cambiado bruscamente al extremo de que se avizora ya el temible ciclo económico de recesivo.

Son muchas las propuestas que hoy se formulan para evitar que las economías entren en un estado de parálisis total y para ello se recurre a una serie de medidas monetarias y fiscales que en situaciones anteriores han evitado la caída estrepitosa de las actividades económicas de un país

Son medidas que se repiten en el tiempo conforme el comportamiento de los distintos ciclos económicos.

Siempre se propone en caso de haya recesión o depresión económica que la política monetaria y fiscal sean laxas o flexibles a los fines de que haya suficiente liquidez en el mercado y de contracción, cuando se desborda la bonanza o se incrementan de forma sostenida los precios de bienes y servicios.

Hay mucho temor de que el bienestar de las personas vaya de mal en peor en caso de permanecer en el  tiempo la pandemia que hoy afecta las economías del mundo.

Organismos Internacionales, específicamente el Fondo  Monetario Internacional (FMI) pronostica que la producción global per cápita se contraerá un 4.2% este año, una proporción mucho mayor que el 1.6% registrado en 2009 durante la crisis financiera mundial.

El 90% de los países experimentarán un crecimiento negativo en el producto interno bruto (PIB) real per capital este año, en comparación con un 62% en 2009, cuando la sólida expansión de China ayudó a amortiguar el golpe.

El FMI pronostica una caída del PIB de un 12% entre el último trimestre del 2009 y el segundo trimestre de 2020 en las economías avanzadas y una caída del 5% en los países emergentes y en desarrollo.

El Banco Mundial prevé que República Dominicana no entre en recesión y que su crecimiento se mantenga en el punto de equilibrio, es decir, ni en la zona de pérdida ni en la zona de ganancia.

El FMI prevé que a partir del segundo trimestre de este año habrá una recuperación, aunque se ha pronosticado que hasta el 2022 la producción en las economías avanzadas se mantendrá por debajo de los niveles del cuarto trimestre de 2019.

Lo dicho anteriormente el FMI lo sustenta en base a que haya una reapertura de la economía durante la segunda mitad de 2020. De ser así el FMI pronostica una contracción global del 3%  en 2020, seguida de una expansión del 5.8% en 2021. Lo anterior explicado en un escenario demasiado optimista, esto así por la incertidumbre que existe de no tenerse una fecha exacta en la que podrían  aminora los efectos de la pandemia.

Estos pronósticos los estima el FMI conforme tres escenarios alternativos. El primero bajo la premisa de que el confinamiento durara un 50% más que en el escenario base en el cual se  supone una reapertura económica durante la segunda mitad de 2020.

En el segundo escenario, el surgimiento de una segunda ola del virus que surja en el 2021. En el tercero, que estos elementos se combinen. Bajo un confinamiento más largo este año, la producción global sería de un 3% menor en 2020 que en el escenario base.

Con una segunda ola de infecciones, la producción mundial sería de casi un 5% por debajo del escenario base en 2021, y con ambas calamidades, la producción mundial sería de casi un 8% por debajo del escenario base en 2021.

Bajo esta última posibilidad, el gasto gubernamental en economías avanzadas seria 10% más elevado en relación con el PIB en 2021, y la deuda pública sería 20% más elevada en el mediano plazo que en el desfavorable escenario base.

Como advierten los organismos internacionales,  instituciones y economistas independientes de la República Dominicana estos pronósticos girarán en torno a la durabilidad del microbio que hoy pone en vilo al mundo.

Son ideas como muchas estimaciones que hoy se formulan sustentadas en la nada ya que hasta que no se pueda controlar el número de infectados, muertes y no se desarrolle la vacuna que pueda poner fin la enfermedad que hoy afecta a casi todo el mundo caerán en un sueño tal como dice la abra: La vida es un sueño y los sueños solo son, (Calderón de Barca, 1635)

En lo que todos deben estar de acuerdos,  es que no se debe escatimar ningún gasto en inversión, creación, producción y uso de una nueva vacuna.

Continuarán los pronósticos, las estimaciones, las tendencias económicas y financieras pero hasta que no se controle tan temible enfermedad todo estará bajo supuestos aéreos.

De manera que es esencial seguir con la investigación para dar con la vacuna que pondrá coto a la situación de crisis por la que hoy atraviesa el país como el resto del mundo.

Mientas esta situación de carácter global se mantenga se impone que los organismos internacionales de financiamiento ayuden a  los países más pobres a afrontar esta gran calamidad mediante ayuda económica, aliviándoles deudas, otorgándoles subvenciones y prestándoles dinero barato que en combinación con las medidas internas de política monetaria y fiscal tanto la República Dominicana como los demás países en desarrollo y emergentes podrán salir de la ya parálisis económica.

Se plantea una gran emisión de derechos especiales de giro (DEG) del FMI, con transferencias de asignaciones directas a los países más pobres.

También se espera que el comercio mundial fluya libremente, especialmente en lo que se refiere a equipos y suministros médicos a los fines de que la economía mundial no se desmorone, como sucedió durante la Gran Depresión de 1929, pero si no se tiene salud no se alcanzará nada.

La República Dominicana como los demás países debe gastar lo que sea necesario para proteger de las consecuencias negativas de dicha pandemia a su gente y potencial económico, sin la acostumbrada preocupación de los déficits financieros y económicos.

Es cierto que el futuro es incierto pero nunca se debe perder la esperanza de alcanzar un mundo mejor. Hombres y mujeres de ciencia: economistas, financistas y médicos, seguro que se encuentran en la mejor disposición de salvar el mundo de una posible catástrofe que dé por terminada la existencia humana.

No se creará la piedra filosofal de la economía pero de lo que se puede estar seguro es que los dominicanos y el resto de la humanidad no se darán por vencidos y como siempre saldrán hacia adelante. ¡Animo, Animo! que el futuro es de los luchadores. Quien mira para atrás está perdido.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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