Corea del Norte: las locuras de un Estado infernal

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EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York

En la vida de cada ser humano siempre hay  actividades que le generan muchas satisfacciones y placer. En mi caso, hay una en particular que siempre trato de  realizar, obviamente, si puedo y los recursos económicos me alcanzan cada año: es viajar a otros países.

Es una manera de aprender las particularidades de otros lugares, votar el estrés a que estamos expuestos muy a menudo,  nutrirse  de la cultura de otras naciones, intercambiar con los lugareños y conocer su historia a través de los monumentos, museos, lugares, su gastronomía, etcétera.

Es la forma en que podemos también, disfrutar de las grandiosidades de algunas ciudades y las penumbras de otras. Pero, la mejor frase para entender lo que significa en nuestra mente compartir con otras culturas, nos las legó Samuel Langhorne Clemens, mejor conocido como “Mark Twain, célebre autor de “Las aventuras de Tom Sawyer” y “El príncipe y el mendigo”, cuando dijo: “Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”.

Pero, sabemos que  hoy en día vivimos en un mundo totalmente convulsionado, políticamente dividido, con una criminalidad al acecho en muchas naciones y con acontecimientos sociales y políticos  en algunos países en donde todo reina, menos la paz, la convivencia y el respeto, sino todo lo contrario y que hacen que sus ciudadanos se conviertan en meras  marionetas llenas de pavor y limitaciones. Veamos una nación que encarna la tragedia para sus habitantes.

Sinopsis de Corea del Norte

Hay países que no obstantes sus nombres sonar exóticos para conocerlos,  de hecho generan temor, incertidumbres y aniquilan el deseo de cualquier extranjeros a visitarlos. En ese tenor podemos mencionar entre otros a Corea del Norte, Sudán, Somalia, Siria, Irán, Yemén,  Venezuela y Haití. En mi caso particular, he visitado ante y pos de la dictadura chavista  a Venezuela y el cambio ha sido radical de lo bueno a lo peor.  En el caso de  Haití, debido a la delincuencia,  lo poco que ver y la pobreza y mugre que es notoria, motivaron que mi estadía allí  fuera rápidamente cortada.

Los crímenes, las tensiones sociales y políticas que  se viven en muchas de estas naciones,   el dominio  de la delincuencias en algunos de ellos, a veces con patrocinio estatal como es el caso de Venezuela, la rigidez y las costumbres fanáticas y religiosas en  el caso de Irán y la tiranía que gobierna en otros, hacen imposible el deseo de viajar hoy en día para conocerlos. En el entorno  particular de esta opinión, me voy a referir a Corea del Norte.

Su nombre oficial es República Popular Democrática de Corea y, como podemos notar,  suena rimbombante y muy distante de su verdadera realidad social y política porque, ni es “popular” en el concierto de las naciones y mucho menos “democrática” si nos atenemos a la dictadura generacional que siempre la ha gobernado. Está ubicada en el Asia Oriental y su capital es Pionyang. Tiene un área de 120,538 Km2, con una empobrecida y atrasada población de unos 26 millones de habitantes, que tienen la desgracia de que gran parte de los recursos estatales se inviertan en lo que más les gusta a las dictaduras comunistas: las armas de guerra y mantener el culto a sus líderes por encima de las necesidades de la población. Se calcula que entre 1995-98, los norcoreanos padecieron una hambruna en donde murieron un estimado de 3 millones de personas.

Esta península estuvo bajo el dominio japonés y, al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, la misma fue dividida en dos, siendo la parte sur ocupada por los Estados Unidos y la parte norte por la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Esta división fue lo que se conoce como El paralelo 38, lo cual dio paso al nacimiento de dos Estados independientes en la misma península, aunque reclamando ambos el territorio total.

Corea de Norte ha sido gobernada de una manera férrea y dictatorial por una dinastía familiar de tres generaciones. Kim II sung, considerado “Líder supremo” de la nación, gobernó desde el 1948 hasta su muerte en julio de 1994. Luego a sumió el poder su hijo Kim Jong-il hasta diciembre  del 2017 cuando falleció,  tomando el poder vacante el 30 de diciembre 2017  su hijo Kim Jong-un, el dictador actual. No hay elecciones, ni partidos políticos diferentes al gobernante, ni se practica el culto religioso y mucho menos (algo típico en regímenes comunistas), hay libertad de prensa.

Las locuras de un Estado infernal

Si usted amable lector se le ocurriera querer conocer esta enigmática y hermética nación comunista, sepa que corre un riesgo enorme su vida y seguridad, si por algún error o sencillez propias de un visitante y  que son aceptable en otro país como algo normal, lo comete en Corea del Norte y que vaya en contra de las rígidas reglas del régimen que pesa sobre la población, debe saber que se mete en un serio problema.

Como una muestra del horror que se vive en esa nación asiática, basta recordar el caso del estadounidense Otto Warmbier, quien estuvo preso en las ergástulas coreanas, por el simple hecho de haber despegado un simple afiche (tipo almanaque) con una foto de un paisaje de la ciudad de Pionyang para traerlo como recuerdo. Por esa tontería sin valor alguno, fue detenido el 2 de enero 2016 en el aeropuerto para su regreso a los Estados Unidos. Fue vejado, humillado, encarcelado, acusado de robo al Estado coreano y llevado a “juicio” y condenado a 15 años de trabajos forzados.

Posteriormente, fue liberado y devuelto a los Estados Unidos en estado vegetativo, desgastado, sin habla, en estado de vigilancia inconsciente y con pérdida del tejido cerebral. Menos de una semana después de su arribo de Corea del Norte, Otto Warmbier falleció. Lo grande de todo este drama, fue que la dictadura de Kim Jong-un tuvo el descaro, la desfachatez y el cinismo de pedirle a los Estados Unidos a través de una nota diplomática,  el cobro de una factura por la suma de US$2 millones de dólares “por los gastos médicos”  de Corea del Norte con Otto. Obviamente, la nota de reclamo fue desestimada.

Hay ocasiones en que el ser humano se deja llevar por la curiosidad y la antepone al juicio y el discernimiento frente a la disyuntiva de hacerlo o no. Si ese es su caso, tengo unos datos curiosos y aterradores para todo aquel que se sienta motivado a conocer a Corea del Norte. Veamos:

1.-  a)  En esta aislada nación  está prohibido usar pantalones jeans por ser visto como una señal negativa e influyente del “imperialismo norteamericano”.

2.-  b) Poseer una Biblia es algo ilegal y un delito, ya que su lectura implica “una amenaza” para el régimen de esa nación y lo mismo, ver películas sur coreanas o de Estados Unidos, lo que implican castigos que pueden conllevar a la pena de muerte.

3.-  c)  Está prohibido celebrar cumpleaños o hacer celebraciones festivas el 8 de julio y el 17 de diciembre, en virtud de que en esas fechas fallecieron Kim il sung  y  Kim Jong-il respectivamente.

4.-  d)  Esta nación comunista tiene hasta su propia zona horaria  con media hora de diferencia  del Japón y de Corea del Sur y  se les llama: “El tiempo de Pionyang”.

5.-  e)  Corea del Norte tiene 25,544 Km. de carretera, no obstante ello, apenas tiene pavimentado solo 724 Km.  y muchas de ellas lucen vacías y con poco automóviles circulando.

6.-  f)  Corea de Norte y Somalia comparten el triste privilegio de ser las naciones (no se si fueron superados ya por Venezuela) más corrupta en el mundo. Por ello, hay tres clases sociales allí: los fieles al gobierno son considerados “La clase corazón del país”; los que no lo son tanto, son de segunda clases y, lo que no son leales al gobierno se les conoce como “hostiles”.

7.-  g)  Entrar a esa nación es bien difícil por los controles que existen, pero, mucho más lo es para el ciudadano que trate de abandonarlo. Si lo descubren, es enviado a realizar en un  campamento trabajos extremos. El internet es sólo para la élite y la clase política y el gobierno tiene el suyo propio bien controlado, el cual solo tiene 1,600 direcciones IP. No existe Windows y el suyo se llama  Red Star Os Web.

8.-  h)  El turista que quiera ir, debe saber que será sometido a un estricto control de visitas y serás vigilado paso a paso, lo mismo que cada foto o interacción  tendrá que ser aprobado. Las llamadas internacionales están prohibidas para sus ciudadanos y hacerlas sin permiso es un delito.

9.-  i)  Celebrar la navidad está prohibido, si lo haces, puedes para en la cárcel. El calendario coreano difiere totalmente del Calendario Gregoriano  que usa el mundo occidental, pues se usa a partir del nacimiento de Kim Il-sun.

10.- j)  Hay “elecciones” cada cinco años, pero todos deben votar por el único mandatario. Kim iI-sung. El  padre del actual dictador fue proclamado “el líder eterno” de Corea del Norte. Existen solo  tres  sitios de diversiones de muy mala calidad y la “mayor atracción” para los ciudadanos es visitar la tumba con el cuerpo preservado de Kim Jung-in.

11.- k)  Hay un estimado de 34 mil estatuas de Kim iI sung una cada 3.5 Km o sea, una por cada 750 habitantes. Todo ciudadano que quiera viajar a lo interno del país, debe pedir permiso. La energía eléctrica es pésima en el interior,  con excepción de Pionyang que siempre luce iluminada y la mitad de su población vive en extrema pobreza. Existen unos 200 mil prisioneros en campos de trabajos.

12.- l)  Ante la carencia de fertilizantes y limitaciones económicas, los campesinos se ven forzados a usar las materias fecales como abonos para los cultivos. No todos los coreanos pueden vivir en la capital Pionyang, pues se necesita permiso para ello y allí residen unos 3.5 millones de personas. Los estudiantes tienen que pagar por todo en las escuelas.

13.- m) Si una persona comete un delito y más si es de carácter político, no solo esa persona será castigada, sino que el delito se extiende a tres generaciones de la familia. Hay familia que están pagando con trabajos forzados por un faltas cometidas por el abuelo. Solo hay 28 modelos de peinados que el coreano puede hacerse, menos el que tiene el líder actual Kim jung-un.

Esta nación con un régimen comunista, atrasado y troglodita, la dirige un orate que carece del más mínimo de los escrúpulos o sentimiento de compasión hacia los seres humanos. Recordemos que asesinó a su tío, Jang Song-thaek, número dos del gobierno, al arrojarlo  vivo para que fuera devorado por fieras salvajes y hambrientas, al acusarlo de usar dogas y malgastar el dinero de los casinos en diciembre del 2013.

El 30 de abril del 2015, el ministro de Defensa de Corea del Norte, Hyon Yong-chol, fue ejecutado en un espectáculo público, con un cañón antiaéreo por el mero hecho de “quedarse dormido mientras el líder hablaba”. Eso fue considerarlo un “irrespeto” contra el dictador.

De igual manera, mandó a ejecutar a su medio hermano Kim Jong Nam en febrero de 2017, al acusarlo de ser “agente de la CIA”. Fue atacado por dos mujeres con agujas envenenadas en el aeropuerto de Kuala Lumpur, Malasia.

No obstante el infortunio que sufre el pueblo de Corea del Norte y esta clase de aberraciones cometidas por un régimen abusivo, criminal, indolente y cavernario en pleno siglo XXI, todavía aparecen algunos energúmenos y atrasados mentales, que en sus comentarios en los foros de este diario alaban, defienden y quieren que regímenes de esa naturaleza y monstruo sin alma como Kim jung-un,  aparezcan en muchas naciones del mundo occidental.

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