OPINION: Adriano Espaillat obstaculiza avance de la comunidad dominicana

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Hace unos días llegó a mi poder un documento que, según el autor, retrata al verdadero Adriano Espaillat y su animadversión contra lo dominicano y los dominicanos.

Recuerda que en el año 1991 el hoy congresista era un simple trabajador social en la organización “Mujeres en Desarrollo”, un grupo con sede en el sector Washington Heights, del Alto Manhattan.

De ahí se postuló como Líder del Distrito (District Leader), perdió, comenzó a ejercer la política y en 1996 se postuló a la Asamblea Estatal y ganó.

A pesar de ser parte de la historia política dominicana en el exterior, específicamente en Nueva York, ese señor se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo de un liderazgo nuevo con visión de futuro.

Recordemos que siendo María Luna la primera mujer dominicana que corrió para una posición política en Nueva York, Adriano la traicionó e impidió su triunfo.

En 1993, el activista y defensor de los inmigrantes julio Hernández compitió contra el irlandés Bryant Murtaugh y Adriano, nueva vez, traiciona a un compatriota y apoya a un boricua de apellido Alicea.

El autor es periodista. reside en Nueva York.

En 2001, Miguel Martínez se convirtió en concejal, sustituyendo al profesor Guillermo Linares. Inmediatamente comenzó la persecución política de Adriano Espaillat contra este hijo de la comunidad, quien terminó preso.

Los celos de Adriano comenzaron cuando el expresidente Bill Clinton dijo en el restaurante 809 que Miguel Martínez se perfilaba como el primer congresista de origen dominicano.

En 2012 la comunidad convirtió a Gabriela Rosa en la primera mujer dominicana que llega a la Asamblea Estatal.

Cuando Gabriela no permitió que Adriano la manipulara, sospechosamente se emprendió una cacería en su contra que culminó con su carrera y la llavó a la cárcel.

No conforme, Adriano se trasladó de Manhattan a El Bronx y enfrentó a su exjefe de personal y entonces asambleísta Nelson Castro (también dominicano), quien tuvo que abandonar el cargo.

En 2013, se abre la vacante al Concejo Municipal por el distrito 7, donde el 63% de los votantes es dominicano, y Adriano decide apoyar al candidato de los caseros Mark Levine en contra del activista comunitario Luis Tejada y del exoficial de la policía Manuel Lantigua.

Bajo un «fraude colosal» imponen a Levine con solo el 16% de los votantes blancos.

Sospechosamente, en enero de 2013, en medio de la campaña electoral, se abre una investigación del FBI contra Luis Tejada y una auditoria por solicitud anónima contra el Centro Hermanas Mirabal. Pero nada pasó, pues la hoja de Tejada estaba y sigue limpia.

En 2016, a petición de Yudelka Tapia, Adriano promueve a Marisol Alcántara para senadora estatal por el Distrito 31.

Marisol ganó y se convirtió en la primera mujer que ocupa un asiento en el Senado Estatal. Es el propio Espaillat quien le busca el apoyo del IDC (Independent Democratic Conference).

Como Marisol no se dejó manipular y demostró capacidad para manejarse, Adriano la abandonó, se apandilló con un grupo de demócratas conservadores que la acusaron de republicana, y el hoy congresista comprometió su lealtad con el afroamericano Robert Jackson.

En 2018 falleció el asambleísta por el distrito 71 Denny Farrell y la posición quedó abierta para ser ocupada por un dominicano. En este distrito el 53% de los votantes es hispano (mayoría dominicana). Pese a ello, Adriano decide apoyar al afroamericano Al Taylor en contra de su compatriota Luis Tejada.

Varias organizaciones comunitarias que brindaban servicios a los más desposeídos también sucumbieron bajo el poder político de Adriano, entre ellas Alianza Dominicana y su director ejecutivo, Moisés Pérez, contra quien Adriano, supuestamente en complicidad con el exfiscal general Eric Schneiderman, desató una tenaz persecusión hasta destruirlo.

Desaparecieron también el proyecto “Nos Quedamos”, diseñado para recaudar fondos de los caseros, “Casa Duarte”, fundada por el propio Adriano Espaillat, al igual que Northern Manhattan Business, que presidía Luis Ducase.

La traición de Adriano también tronchó las carreras de los dominicanos José Peralta, senador por el Distrito 13 de Queens, y la asambleísta Ari Espinal, por el Districto 39.

Para cerrar con broche de oro, y como si en nuestra comunidad no existieran cerebros capaces de ocupar puestos de relevancia, el señor Espaillat decidió apoyar a la boricua Melissa Mark Viverito en contra de los concejales de origen dominicano Ydanis Rodríguez, quien fuera su jefe de campaña, y Rafael Espinal.

Esa traición repetitiva demuestra el miedo y mediocridad del señor congresista frente a lideres que pudieran sustituirle con una visión más progresista e influyente en el votante y abierta a la lucha contra los caseros depredadores que, por cierto, son los principales financiadores de sus campañas políticas.

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