Obama bajo presión por deportaciones

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Washington, 14 mar (PL) El clamor para que ponga fin a las deportaciones tiene en jaque hoy al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien en materia de inmigración sigue sin cumplir sus compromisos.
Para calmar un poco los ánimos, Obama dijo la víspera que revisará la política de deportaciones, muy cuestionada además por la cifra récord de casi dos millones de expulsiones desde que comenzó la administración demócrata en enero 2009.
La Casa Blanca hizo el anuncio al término de una reunión entre el mandatario y tres congresistas demócratas del Caucus Hispano, los representantes Luis Gutiérrez (Illinois), Xavier Becerra (California) y Rubén Hinojosa (Texas).
Obama también pidió al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que le presente un inventario de las actuales prácticas «para ver cómo podemos realizar la aplicación de la ley de una forma más humana».
El encuentro ocurrió en momentos en que el Caucus Hispano alistaba una resolución en la que solicitarían al gobernante utilizar todos los medios legales para suspender, retrasar o detener las deportaciones de inmigrantes.
Obama, quien ha ganado el calificativo de deportador en jefe, es presionado por grupos latinos para que termine con estos métodos y amplíe los beneficios migratorios para los millones de indocumentados que residen en territorio estadounidense.
Aunque en 2012 la administración Obama puso en marcha un programa para detener las repatriaciones forzosas de inmigrantes indocumentados calificados que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños, no pocos demócratas y activistas quieren expandirlo para que sean más los favorecidos.
Sin embargo, el estadista se ha resistido a ello, bajo el argumento de que sus poderes ejecutivos no le conceden esa autoridad, destacan medios locales de prensa.
La plática con los legisladores tomó el pulso a estos temas, pues todavía la dilatada e incumplida reforma migratoria integral de sentido común (promesa que apuntaló el voto hispano en 2008 y 2012) sigue estancada por la intransigencia de los republicanos de la Cámara de Representantes.
Pero el presidente quiere lograr una reforma al descompuesto sistema de inmigración este año, señaló la mansión ejecutiva en un comunicado.
De concretarse tales cambios, más de 11 millones de residentes sin papeles podrían regularizar aqui su situación.
tgj/dfm

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