Nicolás Maduro y reelección

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santiago.

En el mundo hay millones de personas que leen y escuchan refranes, pero casi siempre sus efectos les pasan desapercibidos.

A raíz de los acontecimientos políticos que abaten a la hermana República Bolivariana de Venezuela, optamos por crear un nuevo refrán: No duermas cubierto por las ramas de un poderoso árbol creyendo que estás seguro, porque un pequeño remolino puede derribarte.

En este caso, la moraleja es el descuido, fruto de la ignorancia del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Los graves acontecimientos que desde hace varios años ocurren en esa nación, donde en cada movimiento hay muertos, porque parece que no hay personas pensantes, de uno u otro lado, amerita una solución negociada.

Ya no es que el Presidente Nicolás Maduro tenga la razón, como la tiene, porque primero ganó las elecciones en el 2013 y luego la reelección que asumió este mismo año. Ganó las elecciones  del 2013, porque contó con el respaldo de la mayoría chavista y lo mismo ocurrió con la reelección.

El problema está en que su gobierno no debe mantenerse en un estado de crisis permanente, entre protestas e intentos de golpes de Estado. ¡Y menos con más de 50 países exigiendo nuevas elecciones, incluyendo su antiguo amigo, el gobierno del Presidente Danilo Medina, que alegan que Maduro ganó con fraude!

Nosotros pensamos que Maduro ganó. El gran problema es que en ese país, la oposición no sabe cómo ganarle al Presidente Maduro, como tampoco pudo derrotar al fallecido comandante, coronel Hugo Rafael Chávez Frías.

Pero esa oposición, que a decir verdad no tiene un verdadero líder, sino la presión internacional, le está ganando la batalla al gobierno. Y si el Presidente Maduro mantiene su postura de no negociar con seriedad con la oposición, dudamos que cumpla sus seis años de gobierno.

Es que hay mucha diferencia entre el gobierno de Maduro y el del comandante Chávez Frías. El inolvidable coronel compartía gran parte de la riqueza que tiene Venezuela, como es el petróleo, haciendo donaciones o fiándole a los países hermanos, en su condición  séptima productor del mundo de ese crudo, entre los cuales está la República Dominicana, pero el actual régimen eliminó toda esa cooperación.

Eso llevó a Maduro a perder todo el apoyo de la gran mayoría de los países de América, como es natural, al anfitrión de los demás: Estados Unidos. Como ese gran país dice que tiene amigos y enemigos, simplemente logró colocar a su alrededor a más del 97 por ciento de las naciones del área y le declaró la guerra, que hasta el momento es sicológica, pero que amenaza en convertirla en militar.

Cuando hay crisis de esta magnitud, el Presidente de la República tiene que tener la suficiente capacidad de negociar. ¡En Maduro, está demostrado que esto no existe! Está poniendo en juego su gobierno, porque no es verdad que los norteamericanos, apoyados por más de 50 naciones, si se decide al uso de la fuerza, no lo va a dejar de hacer simplemente porque en Venezuela hay 30 militares rusos.

Lo que ocurre es que Estados Unidos, sabiamente, está dirigiendo una campaña de prensa para decirle al mundo: “Actuamos militarmente, porque el Presidente Maduro no nos dejó otro camino”.  El Presidente de Venezuela sabe que los norteamericanos “dan golpes nocturnos”, cuando la mayoría de los ciudadanos duerme.

El último intento de golpe de Estado contra el gobierno de Venezuela, fue simplemente un ensayo. !El plan está en marcha! Si Estados Unidos logra apresar a Maduro, que forma parte de sus planes, ahí terminó todo, incluyendo la lealtad de la mayoría de sus soldados. Maduro sabe que la Operación Libertad, es un término norteamericano que sigue vigente. En esa Operación Libertad, no se descarta absolutamente nada.

Y, con respecto a la reelección de cualquier Presidente, se puede decir que la misma es negativa, si los efectos que produce ésta afecta el desarrollo colectivo de su pueblo, pero si sus resultados son favorables para la mayoría de ciudadanos, entonces se puede calificar de buena.

En nuestro país hay sectores “menoritarios” que advierten que la República Dominicana podría convertirse en una Venezuela, si el Presidente Danilo Medina decide repostularse y luego gana las elecciones.

Hay que decirles a quienes piensan así, que los fraudes electorales son partes de la historia. El Presidente Hipólito Mejía, cuando se repostuló y perdió  de Leonel Fernández en el 2004, fue derrotado porque la mayoría de electores votó en su contra.

Si Medina decide buscar cuatro años más, le corresponde al pueblo tomar la decisión de votar a favor o en contra. Si ganara esa repostulación, si es que se origina, fue porque contó con la mayoría de dominicanos que quería que éste siguiera gobernando al país.

Si pierde las elecciones del 2020, siempre  con la hipótesis de si éste se repostula, fue porque la mayoría de votantes dijo que no en las urnas. Una o la otra cosa, será la decisión de la mayoría de los votantes, que finalmente todos acogeremos. ¡La República Dominicana no es Venezuela!

Lo que ocurre es  que en nuestro país hay un sector que quiere llegar al poder, aunque no cuente con el respaldo de la mayoría y quiere  ir motivando al pueblo para que haga lo mismo que sucede en Venezuela, donde no hay un gobierno o una oposición que controle a la mayoría.

Aquí, en República Dominicana, donde hay muchas inversiones públicas y privadas, sectores religiosos muy poderosos, sociales, culturales, científicos, obreros, trabajadores del campo, profesionales o académicos, pueden disentir de determinadas políticas oficiales, pero no son capaces de crear el caos, como en Venezuela, porque defienden a su patria.

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