Museo Maguá, una oda a lo que puede lograr el empeño humano

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Museo Magua.

Santo Domingo.- Al llegar al Museo Maguá, ubicado en la comunidad Ojo de Agua -provincia dominicana Hermanas Mirabal-, además de respirar y sentir la cultura taína, sorprende lo que puede lograr el empeño humano.

Por Edilberto F. Méndez
Corresponsal de Prensa Latina en la República Dominicana

Un joven afable, inteligente y emprendedor, de nombre Juan Peña, recibe a los visitantes al pie de una modesta casa de madera ubicada en medio de un ambiente campestre en lo alto de un camino vecinal; él es artífice de esta obra, la cual sorprendería al más avezado de los arqueólogos.

Inaugurado el 29 de noviembre de 2021, el museo comunitario asentado sobre el cacicazgo maguá (de ahí su nombre), cuenta con seis salas en las cuales exhibe agrupados por temas, cientos de objetos recolectados con paciencia de orfebre por este joven, convertido en un erudito guía.

Su colección alcanza unas tres mil piezas e incluye morteros ceremoniales para triturar tubérculos, orejeras, cemíes, sellos de alfarería, piedras sílex (usadas como cuchillos y para hacer fuego), cinceles, puntas de flechas y restos de caracoles.

También collares con lechuzas, macos y búhos (imágenes negativas para la época), un trigonolito, y figuras amorfas y antropomorfas que representan la alfarería de esta región y sus influencias.

Muchos objetos aún están en cajas, a la espera de mejores condiciones y espacios para ser ubicados y contribuir al crecimiento de ese maravilloso espacio cultural.

Además, la velocidad con que fue reconstruido y la falta de recursos no permitieron colocar todo lo recolectado como debe ser y bajo las medidas de conservación necesarias.

Prensa Latina recorrió el lugar junto a su creador, espacio por espacio, y este explicó al detalle todo cuanto existe allí.
La gran variedad de piedras usadas para elaborar muchos de estos utensilios, incluyendo piezas de origen saladoide, confirma a su juicio el flujo migratorio del cacicazgo, el cual abarcó desde La Vega hasta cayo Samaná y era gobernado por el cacique Guarionex.

Interesante asimismo resultó apreciar las réplicas de nasas (utensilios de pesca), atarraya, hachas, batea, canoa, cibucán (exprimidor), macana (arma de guerra) y la cesta de madera tejida con bejuco (usada para atrapar aves y pequeños mamíferos) hecha por artesanos locales usando las mismas técnicas de los aborígenes.

Dibujos del siglo XVI muestran las costumbres precolombinas de los habitantes de la isla, el origen de los diferentes grupos étnicos que poblaban la región y todos los aspectos de la vida diaria: gastronomía, vestimenta, religiosidad, arte, trabajo y diversión.

Por si fuera poco, es mostrado todo el proceso de fabricación del casabe, algo que forma parte de las enseñanzas aportadas por ese centro cultural a los más jóvenes.

AMOR POR LA ARQUEOLOGÍA
Peña le contó a Prensa Latina cómo siendo un niño de apenas 10 años se encontró en el patio de su casa, o mejor dicho, de la casa de la abuela con quien vivía, un objeto con una cara de indio y ahí comenzó todo.

Luego en su camino a la escuela y de regreso, se detenía a hurgar en la tierra cada vez que veía algo fuera de lo común y muchas veces lo hacía junto a un primo mayor, quien lo ayudaba.

Y en esa búsqueda encontró lo inimaginable y también nació su amor por la Arqueología sin saber los detalles, pues visitó un museo por primera vez cuando era un hombre hecho y derecho, teniendo medio camino andado en sus descubrimientos.

En una Feria del Libro en Santo Domingo compró libros de la especialidad, del escritor, arqueólogo y antropólogo dominicano Marcio Velozo, y fue a partir de ese momento que comenzó a estudiar esa ciencia de forma autodidacta.
«Mi sueño siempre fue montar un museo pequeño que sirviera a la comunidad y donde los pobres pudieran asistir y ver sus raíces», dijo.

Entonces explicó cómo el sueño comenzó a gestarse cuando la familia Pichardo Santana donó esta casa, su casa, construida en 1930, donde «yo vivía con mi abuela y en ocho años pudimos armar lo que hoy tenemos».

Igualmente expuso que en la tarea de remozamiento del lugar contaron con la ayuda de los internos de la reforma carcelaria de Salcedo y del Liceo Científico Miguel Canela Lázaro.

Refirió que la casa ofrece visitas guiadas, imparte talleres (dirigidos especialmente a niños y estudiantes) y anunció que próximamente llevará a cabo areitos (fiestas) para atraer sobre todo a los jóvenes de la zona, quienes construirán en los exteriores una aldea.

A CUBA LA LLEVO POR DENTRO
Casi al final del recorrido y como algo salido del alma, este dominicano amante de la cultura y la ciencia confesó que lleva a Cuba por dentro.

Señaló que procede de una familia de izquierda y en su casa las ideas revolucionarias siempre estuvieron presentes, de ahí su amor por trabajar para el colectivo y no de forma individual.

«Nosotros oíamos las emisoras que llegaban a nuestros radios desde La Habana y así descubrimos al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, así como al Che Guevara, quienes fueron paradigmas en mi formación».
Finalmente, envió un abrazo fraterno para todos los cubanos «a quienes aprecio mucho», y mostró su solidaridad con la isla.

Al concluir la fructífera jornada, Peña expresó a Prensa Latina que espera en el verano vengan especialistas extranjeros, quienes junto a algunos nacionales y las autoridades de la provincia, efectuarán excavaciones en lugar virgen para encontrar nuevos elementos, los cuales serán incorporados a esa maravilla.

Bien vale la pena que este alabable empeño reciba el apoyo de las autoridades de la cultura dominicana, pues sin dudas salvaguarda una parte importante de la historia de la nación, la cual se impone preservar.

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Eduardo Guillermo
Eduardo Guillermo
1 Año hace

Muy interesante, pero al final lo daña con ese del comunismo…buen pendejo, vete para Cuba si tanto la llevas por dentro… cabrón!