Luis García, Defensor del Pueblo
La República Dominicana, sin lugar a dudas, ha entrado en este primer cuarto del siglo en un proceso interesante de consolidación y respeto a la institucionalidad y los derechos fundamentales de las personas que no se puede detener.
El avance que exhibe esta media Isla caribeña en estos dos renglones conduce a este país, inexorablemente, a un consistente desarrollo material y espiritual que no tiene reversa.
Y unido a lo anterior, hay que subrayar que tenemos una de las Carta Magna más avanzada del Continente Americano, la cual en sus 277 artículos y 20 disposiciones que la conforman reivindican la dignidad y el estado de derecho de todos y todas.
Obviamente, no tenemos una nación perfecta, un colectivo del primer mundo, pero si se puede afirmar que como colectivo civilizado hemos alcanzado eslabones importantes en las citadas áreas que nos diferencian de otros Estados con más de una centuria de fundado.
Ahora bien, en la actual coyuntura que vive la sociedad dominicana donde la ambición desmedida, afán de lucro, individualismo y poco respeto a las reglas de juego de parte de los que dominan no tienen límites, como mantener lo conquistado.
Bueno, pienso que uno de los recursos a que se puede apelar como pueblo para blindar las citadas conquistas, es el afianzamiento de la figura del Defensor del Pueblo consagrada en nuestra Constitución dominicana.
El país es poseedor de una cantera inagotable de hombres y mujeres valiosas que pudieran desempeñar dignamente esa posición de privilegio, pero por su dilatado ejercicio profesional inmaculado, su reciedumbre moral y su profunda vocación de servicio a lo demás, no hay mejor candidato para asumir esas funciones que el periodista y abogado Luis García.
A Luis García le conozco desde hace varios decenios, es un ciudadano y servidor público ejemplar e íntegro de más de 25 años servidos a la administración pública, de fina sensibilidad, enemigo radical de las injusticias e intelectualmente bien amueblado. De manera que sus aportes en esa entidad, de ser escogido por el Congreso Nacional, estoy seguro de que serán de excelencia y mucho beneficio para el país, en este momento de tanta dobleces e intereses en conflictos.
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