Llegó borracho el borracho
Cuando la noche está avanzada y alguien con un par de tragos en la cabeza llega a un lugar, solo o acompañado, y con alguna disponibilidad metálica para pedir a su capricho, pueden suceder muchas cosas, algunas de ellas que luego no quisiéramos contar.
El citadino, al pasar algún tiempo comienza a sentirse dueño de todo el escenario. Piensa que todo gira a su entorno, y quien llega después, cualquier cosa que haga o diga, lo hace o lo dice, poniendo en riesgo el dominio inexpugnable de quien ya estaba, y que con su poder de dispendio y consumo tiene a su total disposición la gracia y empatía de los demás presentes.
Cuando esta sensación posesiva se apodera de quien que ya lleva un rato en el lugar, todos cuantos llegan después dan una sutil sensación de importunar, de provocar a quien o quienes, entre elogios desmedidos y exageradas comparaciones, han captado la atención y han creado el ambiente que los han convertido en los dueños del escenario.
Miradas, gestos, pisadas y cualquier incidencia imprevista adquieren una dimensión dramática y temeraria. El lenguaje corporal, los susurros, las bajadas o subidas de las voces empiezan a emitir señales de cautela y desafío, de insinuación provocativa y calibración de dominio y presencia protagónica.
Es la escena recreada y harto repetida en las películas del viejo oeste del cine norteamericano. Es la misma que inspiró al compositor mexicano José Alfredo Jiménez, cuando escribió la conocida canción “Llegó borracho el borracho”, una narración reveladora de los fieros instintos que terminaron dominando la racionalidad, la tolerancia y la prudencia, y que solo se detuvieron cuando degeneraron en tragedia.
Cuando en ciertos lugares (cantinas, bares, discotecas, puntos nocturnos de expendio y encuentro) el presagio de fatalidad enrarece el ambiente, esto es un aviso de retirada que quien está sobrio percibe. José Alfredo Jiménez al evocar este mal presagio en su legendaria canción decía:
Y borracho y cantinero
seguían pidiendo y pidiendo,
mariachis y cancioneros
los estaban divirtiendo
pero se sentía el ambiente
muy cerquita del infierno.
Cuando esa fuerza posesiva se apodera de los hombres, y se inicia esa lucha psicológica de poder y dominio, cuando en algún momento en medio de la juerga algunos de los presentes se creen dueños del destino y presumen estar por encima de todos, porque para ellos “la vida no vale nada”, es hora de emprender retirada y marcharse.
Si usted por casualidad o equivocación entra a un establecimiento así, no presuma de guapo, recoja, ponga sus pies en marcha y retírese. Quizás tenga, aunque no sea ese su deseo, que ver el infortunado desenlace de todo a través de las redes.
Es que en esos lugares la conversación más simple y tonta tiende a degenerar en la discusión más acalorada y violenta.
Evitemos coincidir en esos puntos donde egos sueltos están danzando sobre las cuerdas de la vanidad irreflexiva y siniestra. Evitemos coincidir con esos egos desbordados y condicionados por nuestra cultura de machos guapos que no barajan pleitos y no pierden ocasión para manifestar sus impulsos vesánicos y siniestros.
Si nos marchamos a tiempo, podríamos encontrarnos después con la información de vidas que terminaron, como dice la canción, “por un mal entendimiento”.
El cantor mexicano, Pedro Saavedra Jara, sacó una versión evangélica de esta canción de José Alfredo Jiménez con un desenlace feliz en la que borracho y cantinero “a Cristo se convirtieron, uno cerró la taberna y el otro se ahorró el dinero, y ahora los dos se dedican solo hablar del evangelio”.
jpm-am
EL ARTICULISTA TARAREO EN SU ARTICULO AQUELLA VIEJA CANCION DEL» GUARDIA DEL ARSENAL» SE UTILIZO LA DISCIPLINA MILITAR PARA EL ABUSO AHORA SE QUIERE QUE NO HAYA ABUSO PERO TAMPOCO HABRA DISCIPLINA YA QUE LA FALTA DE EDUCACION Y LA IDEOLOGIA GLOBALISTA CONTRA EL ESTADO NACION NO LO PERMITAN.
Sr le felicito por sus atinado comentarios,muchas personas toman sin control y la mayoria de veces terminan en tragedia
Muy atinado comentario, real, vivido por muchos , y sufrido también. Y esto no es de ahora, desde los tiempos bíblicos ha sido y es así. El borracho no es gente, no tiene dominio de sus facultades mentales, el mismo diablo se apodera de su cerebro .
Ni se dan cuenta cuando matan a su amigo,hijo, madre, etc. Todo borracho es peor que un **** asesino, es muy «macho» y un dios miserable.
Tengo que reconocer que cuando leí el titular pensé que se iba a referir a Miguel Vargas Maldonado.
Prejuicio:
Opinión preconcebida, generalmente negativa, hacia algo o alguien.
Epidemia moderna incurable.
Tan buen mensaje positivo
Aprécienlo
FUCK YOU!
Como lo van a apreciar si no tienen educación ni formación ni valores.
…Y A PAGAR EL “DIEZMO”.
Todo es dinero:
Ahora una familia tendrá que pagar el entierro y la miseria y la otra la defensa y la vergüenza.
Prefiero pagar los diezmos.
INCAUTO… CEREBRO DE MOSQUITO.