Las lógicas diversas de la podredumbre electoral
No hay que esconderlo. El uso-discurso político y electoral asumido por el partido-gobierno actual, ha sido preparado sobre la base deuna estrategia de poder que va más allá de la visión caudillista y partidaria a la que renunció desde hace más de diez años el alumnado político del extinto líder del PLD , profesor Juan Bosch.
La puesta en escena de las actuales lógicas políticas y diversas de la podredumbre gubernamental y estatal, sugiere varias lecturas que se quieren concretizar en el discurso contrainsurgente de las políticas de poder, pero sobre todo en los campos de fuerza de la destrucción moral que han llevado a cabo los programas de alienación y desafirmación de la voluntad popular en el país.
El mito del gobierno único, de la continuidad de lo mismo como partido-Estado y como partido-gobierno, ha crecido como una avalancha generadora de una cultura de la violencia, cuyo eje es el descentramiento de la voluntad popular inhibida por un control-maquinal de dominación que alcanza todas las esferas de acción y que como fuerza, instrucción y manejo político crea las pantallas impropias del parasitismo gubernamental y donde encontramos a reconocidos intelectuales, pseudoeducadores, políticos de pacotilla, informadores públicos, artistas, escritores, coordinadores de “asuntos y proyectos sin importancia”, carroñeros, supuestos patriotas y toda una tipología de fabuladores, megalómanos y mitómanos, agarrados, arrimados y sostenidos en el tren gubernamental, como parte de un programa cuyo eje es la llamada “República Digital” supuestamente creada por el actual presidente de la República y su equipo de dominación.
Mientras los diversos carruajes,yipetones, motores y carruseles de la reelección intentan imponer su “triunfo inminente” y su camino hacia los próximos cuatro años, las voces insurgentes, que no son pocas, critican ese “real maravilloso” creado por las fuerzas progubernamentales, corroídas por la nómina presente y futura, doblemente deformada por una multipantalla tendente a fabricar a toda costa el triunfo “obligatorio” de lo mismo contra la oposición sin voluntad de unidad y marcada por las llamadas personalidades individuales, fragmentarias y balcanizadas en el momento actual de la práctica política posmoderna y postliberal.
¿Cómo se podría operar la movilidad de avance y negación en pro de una política propicia para el rebase democrático de otra opción de poder, en un mapa atravesado por las espinas de la partidocracia, los obstáculos ideológicos y políticos del mundo social dominicano?
Un potencial actor insurgente direccionalmente activado y conformado por una visión de cambio (palabra ésta infectada y marcada por las más“vidriosas” y falaces significaciones y connotaciones), podría plantearse una nueva práctica política y estratégica de desmantelamiento gradual del significante-sentido político, justificado también por los exempla de una crítica unificada en un criterio de acción transformadora de la República Dominicana actual.
Las soluciones de un verdadero cambio pidenun rediseño de políticas alternativas que garantice unflujo democrático hacia nuevos objetivos políticos basados en prácticas discursivas democratizadoras y procuradoras de valores educativos, culturales, éticos, morales y científicos, a los fines de preparar el rebase de la actual estructura política dominante y neodictatorial.
Los usos de un archivo cultural, histórico e intelectual deben ser rediscutidos a favor de un rebase estratégico, ético y moralmente contentivo de fuerzas conformadoras de nuevos bloques de respuestas, afirmadas en nuevos códigos de propuestas garantizadoras de apoyos, oportunidades consensuadas y programas de desarrollo activados y dirigidos a construir medios y mediaciones solventes para constituir un nuevo Estado de derechos que necesita la ciudadanía dominicana de nuestros días.
Tal y como se hace visible y sensible en los diversos rumbos que la campaña manipuladora ha tomado, aparecen al día de hoy las mismas imágenes punzantes del sistema electoral dominicano. Los núcleos que soportan las narrativas del control y los discursos fragmentarios de los candidatos, pueden ser captados justamente desde el contraorden y el des-orden de ciertas acciones que simulan un teatro de la esperanza y otro de la desesperanza.
En efecto, el discurso impuesto y aprobado por los sujetos de las llamadas acciones electorales y políticas, funciona muchas veces en doble vía: una que se construye desde estrategias recursivas del proceso, y otra que se ejecuta a partir de un plan posible de mundo-realidad y de ficción política, situado en una puesta en escena de la miseria institucional propia del programa predominante del Estado-gobierno actual.
La degradación del sujeto social, en el caso de la presente campaña electoral, agudiza aun más la crisis institucional,moral y cultural, toda vez que los valores del ciudadano de nuestros díasse han monetizado y a la vez alienado como práctica ideológica. La misión de este proceso, en vez de ser educadora, se presenta y constituye como “deseducadora” del sujeto ciudadano.
El registro de las lógicas inconsistentes del relato político utilizadas como lógicas de la debilidad del pensamiento político actual, deriva de un defecto proveniente de las élites intelectuales del ahora, corrompidas en su mayoría por dádivas circunstanciales, orquestadas por otra “lógica” domesticada cuya base encontramos en el discurso del Estado actual en la República Dominicana. El argumento entorno a las inconsistencias del discurso electoral y político en la actualidad, precisa de un análisis interno y externo de la hoy quebrada institución social y cultural dominicana.
jpm