La sociedad está carcomida y necesita cambios verdaderos

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

Al acercarse un nuevo torneo electoral, surge la bandera de los chaqueteros que se pasan de un partido a otro buscando beneficios personales. Sin  cargas ni basamentos ideológicos, no pasa de ser la acción de los trepadores sociales.

Es un tren que pasa cada cuatro años, y el que no se engancha al vagón que estima ideal, lo pierde todo. Pero lo cierto es que el mal llamado transfuguismo es una muestra en carne viva de lo que es la política-partidista dominicana.

Hay una fragilidad lastimosa en los partidos políticos, los que carecen de estatutos, de plan de gobierno, de  lineamientos claros sobre la ayuda comunitaria y los cambios sociales que necesita la nación.

El sudar y coger sol en una concentración se considera que es suficiente para que se alcance una contrata, un buen cargo, o sencillamente que se reciba un cheque sin trabajar.

El transfuguismo es solo una demostración de la degeneración  política, que se nota y palpa en todos los grupos reconocidos o no por la Junta Central Electoral.

Hay una realidad, nadie puede obligar a otro a pertenecer a un partido político, ni a una organización religiosa. Hay libertad de ideas, de partidismo y de culto. Usted puede ser católico hoy, y mañana evangélico y nadie se lo prohíbe.

Asimismo puede ser opositor, o gobiernista, de acuerdo a su conveniencia, y solo golpea fibras morales de los que le conocen, pero no más de ahí.

La ley electoral  trata de controlar el transfuguismo, pero no puede. Sería limitar la libertad de movimiento del ciudadano, lo cual sería intolerable. Es más, la Junta ha querido en varias ocasiones sancionar al aspirante derrotado que sale de un partido para ir a otro a buscar la nominación.

Una farsa para dejar complacidos a todos. Los reglamentos electorales ni la constitución sancionan a un diputado cuando renuncia de su partido, y se lleva la posición para otro. Una muestra de que el transfuguismo se aplica medalaganariamente.

El transfuguismo se mantendrá vivo mientras la política sea un circo romano donde todos van a luchar  para tratar de lograr un ascenso social. La política va dejando de ser un terreno de caballeros, para convertirse en la bandera de los más osados.

Como buen crítico de cine, recuerdo a El Gatopardo, y la famosa frase acuñada en el libro del Márquez de Lampedusa: es necesario cambiar, para que todo siga igual. La sociedad está carcomida y necesita cambios verdaderos.

jpm-am

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manuel escano
manuel escano
7 dias hace

Manuel, yo pensaba que tu habias tirado la pluma en el safacon de la basura, pero veo que no. Incluso veo que esta regresando a tu epoca del cine donde escribiste muy buenas paginas. Hoy escribi un comentario donde plantee que el pais necesita de una revolucion que transforme las estructuras, sobretodo de la superestructura del Estado. Asi lo tenemos establecido en el Partido Nacionalista Dominicano ( PND ) organizacion a la que pertenezco.

Frank Alcon
Frank Alcon
7 dias hace

Este gobierno ha adulterado todo, todo lo que toca lo vuelve porqueria, es una lastima, pero asi es, aqui las instituciones no funcionan ninguna funciona, se gasta mucho dinero y para que para nada,

El bruto
El bruto
7 dias hace

Hernandez Villeta, la sociedad está carcomida por los géminis de la corrupción.

Chicho
Chicho
8 dias hace

Vamos a votar por ramon Albuquerque, entren to coooñoo.

Eulalio Cagnassola
Eulalio Cagnassola
Responder a  Chicho
7 dias hace

Ja, ja, ja……..