La pequeña burguesía y la historia dominicana

Cuando éramos imberbes y abríamos los ojos a los hechos políticos e históricos, cayó en nuestras manos un librito de un joven dominicano titulado “Los vicios de la pequeña burguesía”; eran los tiempos de perseguir el revolucionario auténtico, sin las desviaciones del lumpen proletario, y sin los gustos superficiales y “banales” del mercado burgués.

La vida de los 70s se desenvolvía entre la vorágine política de la post-guerra, y las inquietudes que despertaba el aula y la constante contradicción ideológica de la época; pero cuando de división y comportamiento de clases sociales se trataba, había un referente y un texto obligado para consultar en lo que tenía que ver con el tema dominicano.

No podemos precisar por cual número de edición iba “Composición social dominicana”, cuando leímos y analizamos por primera vez este extraordinario texto, puesto a disposición de la sociedad dominicana por el Profesor Juan Bosch; el cual es sin lugar a dudas el más completo y comprensible análisis del origen y comportamiento de las clases sociales en la Republica Dominicana.

Don Juan, como buen analista social, partió de los orígenes; no se dejó distraer del comportamiento de los congéneres que le rodeaban, casi todos, personas provenientes de la pequeña burguesía; sino que abrió las puertas de la historia, para comenzar con su enjundioso análisis.

Poniendo como ejemplo de lo que vendría a ser luego el dominicano, que coexistía en una pobre colonia regenteada por el Imperio Español, y franqueada por la prospera colonia francesa del oeste de la isla; el cual era deslumbrado con los lujos y atuendos de los señores franceses que explotaban la industria del azúcar, apoyados en el trabajo esclavo en aquella época.

Entre esos dominicanos del futuro, se desarrolló la idea y el deseo de pertenecer a la colonia francesa, que podía brindarles los beneficios y la oportunidad a la vida deslumbrante para la época de los amos franceses, poseedores de grandes estancias de tierras y cantidades importantes de esclavos para poner estas a producir.

En la parte norte de la entonces colonia española de Santo Domingo, se produjeron movimientos encaminados a convertir en francesas esas poblaciones; fue necesaria la participación decidida de la iglesia Católica y sus representantes en la región para disuadir a quienes encabezaban aquellos movimientos.

Aquí se evidencia, el peso que tienen las condiciones materiales de existencia en el comportamiento de los seres humanos que vendrían a conformar las clases sociales de un conglomerado humano que luego vendría a llamarse República Dominicana.

No importaron las condiciones de crueldad e ignominia de la explotación francesa; no importaron los orígenes y las creencias religiosas. Solo el liderazgo de los curas católicos que en aquellos momentos representaban la esencia del Estado español que había llegado con el arcabuz y la cruz, pudo parar aquellas pretensiones de la incipiente pequeña burguesía.

Sería pretencioso en un corto escrito, cubrir la incidencia de la pequeña burguesía en la historia dominicana; en próximos escritos trataremos de dar luz sobre algunos hechos actuales, donde los protagonistas por mucho poder económico que exhiban, siguen siendo pequeños burgueses sin la capacidad ni los gustos de la clase a la que pretenden llegar, o sea a un estadio superior y burgués.

¡Cuidado! No queremos decir con esto, que la mona aunque se vista de seda, mona se queda; no es el mismo caso.

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