La izquierda radical no escarmienta
A pesar de las elocuentes y contundentes lecciones de la historia relativamente reciente, la izquierda radical, no escarmienta.
Todavía, y como si estuviéramos en plena guerra fría, vemos que su destructivo experimento, ya fracasado, pretenden repetirlo, ahora con el disfraz democrático, de no tomar el poder por medio del fusil, que era su repetido lema, sino a través de elecciones, que si las ganan al instante de la toma del poder empiezan el proceso de desmantelamiento sistemático del estado de derecho y de las instituciones democráticas.
O sea, que la izquierda que busca liquidar las bases económicas, políticas e institucionales de lo que llaman “régimen burgués y oligárquico” supuestamente explotador y neoliberal, y sobre las ruinas de ese régimen liquidado “construir una sociedad justa y equitativa”, pero que por no ser ni lo uno ni lo otro, no les funcionó en ningún lado; esta no recapacita e insiste en repetir sus experimentos fracasados desestabilizando las naciones donde tratan de repetir lo irrepetible.
Y es que no obstante lo reciente del descalabro precipitado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y sus satélites europeos, aún no se resignan.
Y más aún ignorando el éxito del experimento chino con su apertura hacia una economía de mercado capitalista, descartando el fracasado modo de producción socialista; además del de Vietnam que también asumió una economía capitalista con el mismo resultado altamente positivo; los reciclados y los neo marxistas leninistas surgidos en la pos guerra fría, siguen glorificando esos regímenes genocidas.
Porque es, que no acaban de reconocer como dichos regímenes totalitarios y sumamente criminales, destruyeron esas naciones e interrumpieron el curso natural de la historia, dejando un legado nefasto de miseria, crímenes de lesa humanidad y el odio sembrado con su puesta en practica de la excluyente, divisoria e irracional “lucha de clases” que fracciona y destruye la sociedad y su necesaria armonía.
Se creía que en vista de tales acontecimientos la humanidad iba a aprender de esos hechos históricos y jamás se involucraría en la repetición del fracaso que sorprendida fue testigo en 1989, al ver como caía el símbolo infame del comunismo: el Muro de Berlín junto con el macabro régimen comunista que había dividido a Alemania en dos naciones, una boyante en riquezas, Alemania occidental capitalista y la otra, la República Democrática Alemana, socialista, deteriorada y plagada de miseria y neofascismo.
Pero lamentablemente esa gran experiencia histórica no fue asimilada por muchos que en cambio acusaban y acusan de una supuesta traición e ineficiencia a los lideres comunistas que gobernaban esas naciones, afirmando que por tal razón fue la debacle que le sobrevino al comunismo en las postrimerías del siglo pasado.
Es debido a la irracional terquedad de esta izquierda, que navegando contra la corriente histórica, Hugo Chávez, de la mano del dictador cubano, Fidel Castro, luego de ganar unas elecciones democráticas en 1998, instala un régimen que metódicamente fue manipulando y destruyendo las instituciones democráticas que les permitieron su ascenso al poder con el fin manifiesto de instalar un régimen comunista, ahora con el sobrenombre de Socialismo del Siglo 21.
El resultado de tal experimento es por todos conocido: Venezuela hoy es un Estado fallido, plagado de hambre, miseria, represión, hiperinflación, entre otros grandes males; lo que se manifiesta en la mayor crisis humanitaria que ha visto el mundo en una nación sin un conflicto armado que pueda justificar dicha crisis, extrapolada a otros países a través del mayor desplazamiento humano registrado hasta ahora en el mundo en un tiempo récord de unos dos o tres años.
Los que leímos las teorías marxistas y comprendimos a tiempo sus planes de inducir un odio profundo en las masas contra la burguesía (los emprendedores que con sus empresas crean las riquezas), y la oligarquía terrateniente, (ganaderos y productores agrícolas), con fines de eliminarlos e instaurar la dictadura del “proletariado” pronto nos alejamos de esas organizaciones que pretendían la división de la sociedad en bandos irreconciliables y enfrentarlos de manera violenta y destructiva.
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JPM