La gente linda del Sur/ derrumbar prejuicios

La primera persona que conocí en Chile me advirtió que era un país de altaneros,  de arrogante y xenófobos, que tuviese cuidado.

Ese ciudadano  estaba en el patio de una iglesia. Daba de comer a un pavo real y nos orientó sobre la ruta  que podíamos hacer como mochileras. Fue muy gentil y era chileno.

De ahí en adelante, nos inundó una cantera de gente buena, noble, dispuesta a informar, a orientar, a cambio de una sonrisa.

En Argentina, esa nación de pedantes, en el que  de cada diez personas 11 son perfectas, nos abrieron los brazos cálidos en pleno invierno, nos dieron cobijo, lumbre y cerveza y la naturaleza nos regaló una nieve fina, que luego trastocó por hielo pero que igual desfrutamos.

La lista de seres humanos que nos ayudaron es amplia, del tamaño de su solidaridad, que sobrepasa la dimensión  geográfica de esos dos países tan grandes, comparados con esta isla que habitamos y con muchos otros estados.

Así fuimos de pueblo en pueblo, cruzamos fronteras, cumplimos sueños y esos suramericanos lindos nos ayudaron a derrumbar prejuicios, a constatar antes de sentenciar, a reír con los extraños en la calle y a fotografiar su esencia.

De un modo natural, cristalino nos enseñaron a amar más a la humanidad, a reafirmar la fe en este género que compartimos y a retomar fuerzas para la próxima aventura de estas locas aprendices de mochileras.

petrasavinon@gmail.com

of-am

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios