La democracia tradicional no funciona

 

Cualquier ciudadano común con algún sentido mínimo de la lógica podría darse cuenta que el informe oficial que establece un gran crecimiento de la economía del pasado año 2015 e incluso del primer trimestre del 2016 aun sean ciertos no son creíble porque en nada han disminuido las condiciones de pobreza y de marginalidad que durante tantos años ha padecido la gran mayoría de la sociedad dominicana.

Un informe del programa de las naciones unidas para el desarrollo PNUD que ha evaluado muchas economías en la región desde hace varios años  establece el fracaso del crecimiento económico del actual sistema democrático.

La política neoliberal no ha podido ni podrá resolver los graves problemas sociales porque la democracia como modelo político no está funcionando a favor de las grandes mayorías y sigue privilegiando a los sectores sociales minoritarios.

Están contentos y de júbilos el gobierno y los empresarios. No es para menos. Se enriquecen en las transacciones financieras, en las ventas de productos, en el negocio de las pensiones, de las construcciones fiduciarias, y de las exenciones fiscales.

Sin embargo, lo que se percibe entre los trabajadores, las amas de casas y los desempleados que visitan los supermercados, mercados, y colmados es que esta bonanza de los empresarios de RD,  nunca ha llegado a los sectores carenciados.

Lo que se siente allí es la desesperanza, la decepción y la frustración por la injusta distribución de la riqueza. No solo hay que mejorar el salario deprimente y reducir el ejército de desempleado sino también resolver los problemas sociales. La gente está harta de tantos allantes con el reparto clientelar y las migajas para un solo día.

Esta carreta llamada RD la están halando más para un lado que para otro. Nos metieron el paquetazo fiscal del 2012, aumentaron la renovación de las placas, mejoraron los ingresos mineros y  han manejado la inflación y el sistema cambiario, pero nada de esto ha logrado  cambiar la percepción de la población que en las encuestas el 65% califica como mala y muy mala la situación económica.

 Es hasta un contrasentido decir que somos la mejor economía de la región y al mismo tiempo admitir que tanto el servicio de energia eléctrica, como el de agua potable, y de la seguridad ciudadana son deficientes. Que somos uno de los países más corrupto del planeta, que los precios de la canasta familiar son inalcanzables y que las medicinas se han convertido en un privilegio exclusivo de los ricos.

Se dice que la economía está bien cuando sobre todo hay crecimiento del empleo y abundan los buenos salarios pero es todo lo contrario, el salario no alcanza ni para comer y la tasa de desempleo está en 15% por encima del promedio de  la región.

Pero además, al crecer la economía, crece la capacidad de pago y la deuda se reduce pero aquí solo estamos pagando los intereses mientras el capital sigue creciendo y el endeudamiento interno y externo se ha convertido en un dolor de cabeza.

Tenemos una economía gorda y rolliza que le ha permitido a los funcionarios públicos y congresistas aumentarse el salario en forma desproporcionada pero resulta que hay que hacer una reforma integral para poder mejorar el salario de los médicos y enfermeras, de los fiscales, de los maestros, de los jueces, de los empleados públicos, de los policías y de las fuerzas armadas y de los pensionados y jubilados.

La ley del embudo, lo estrechos para uno y lo ancho para otros. Ojala que esta emoción compartida de empresarios y el gobierno no terminen como la fiesta de los monos. La gente no aguanta más déficit de viviendas, no tolera más déficit de los ingresos y egresos y está cansado del interminable déficit cuasi fiscal del BC.

Estamos ante un sistema económico incapaz para resolver los grandes problemas sociales, plagados de corrupción, de desigualdad social y de injusticia. Estos problemas centenarios no se resuelven con pactos eléctricos ni educativos ni fiscales sino produciendo grandes transformaciones al sistema político, social y económico.

Puras retoricas constituyen la actual sensibilidad gubernamental y las proclamas de los grupos tradicionales contra los males sociales. Son instrumentos del sistema que están condicionado para ejecutar una política económica sin importar el ser humano pero dirigida a proteger a los grandes consorcios nacionales y extranjeros..

JPM

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios