La batalla por la mente

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El autor es comunicador. Reside en Punta Cana.

La batalla por la mente: La guerra en las elecciones y los medios de comunicación

En la era de la democracia moderna, las elecciones se han transformado en un campo de batalla donde los contendientes no solo se enfrentan entre sí, sino también compiten ferozmente por conquistar la mente de los votantes.

 En este escenario, se despliegan todos los recursos disponibles, desde las ciencias sociales y las herramientas tecnológicas hasta los signos y símbolos, como el lenguaje, las imágenes, las figuras, los colores, los sonidos y las formas. Estos elementos se convierten en las armas clave para construir contenidos persuasivos, técnicas y disciplinas que se ponen al servicio de la política.

En esta lucha por la influencia sobre el electorado, los medios de comunicación de masas se convierten en el escenario principal donde se libra una intensa confrontación entre diversos actores mediáticos. La propaganda, la manipulación y el control de la narrativa se disfrazan de tácticas y estrategias para moldear percepciones, controlar información y captar la atención e influencia deseadas.

 Sin embargo, esta maquinaria mediática muchas veces descuida la salud de la democracia y la verdad, lo que resulta en un deterioro de la calidad del debate público y en el fomento de la polarización y la desconfianza hacia los medios, los comunicadores y los políticos.

Las campañas electorales, que solían ser eventos más formales y limitados en el tiempo, se han convertido en temporadas de entretenimiento político. Se desencadena una competencia desenfrenada por los votos, con una profusión de recursos utilizados sin restricciones. El lenguaje se torna engañoso, las promesas carecen de fundamento y los discursos vacíos se vuelven moneda corriente. Los políticos se convierten en magos verbales, tratando de cautivar a los votantes sin importar la forma en que lo hagan.

Ahora es normal que la oposición considere la ejecutoria del gobierno, la grande como pequeña y lo chiquito ponerlo grande. Decir durante en este tiempo que “la gestión educativa que ha hecho el Gobierno y que al parecer su misión es formar idiotas» es una pretensión de engatusar. Es tiempo de exagerar, como por ejemplo al leer “Fernández destacó a José Francisco Peña Gómez en su discurso. Dijo que el gobierno del PRM se ha alejado de sus enseñanzas y no está honrando su memoria”

Esta lucha no es solo por la conquista de votos, sino también por la conquista de las mentes. En este escenario, la batalla se convierte en una guerra cognitiva, donde los partidos y candidatos se comunican con el público para influir en opiniones y comportamientos, promoviendo sus agendas políticas.

 Sin embargo, esta guerra no solo se libra en las calles, sino también en los medios de comunicación de masas, ya sean tradicionales o digitales, donde cada intervención se convierte en una oportunidad para engatusar o cautivar al electorado.

A pesar de los desafíos que enfrenta la democracia en este nuevo escenario político, hay esperanza.

 La educación en el pensamiento crítico y la alfabetización mediática pueden capacitar a las personas para discernir entre información veraz y desinformación, y para resistir la manipulación cognitiva. Además, las autoridades electorales tienen un papel fundamental en el establecimiento de mecanismos de control eficaces y la promoción de estrategias que contrarresten los efectos negativos de esta guerra cognitiva.

Así pues, la actual contienda electoral es una expresión de una batalla por la mente del votante, y los medios de comunicación son el principal campo de batalla. Mientras se utilizan tácticas y estrategias para influir en la opinión pública y controlar la narrativa, es esencial salvaguardar la ética, la verdad y la calidad del debate público. Solo así podremos proteger la integridad de nuestra democracia en esta era de información y desafíos constantes.

jpm-am

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