Interrogantes sobre las primarias que ameritan reflexiones
La Ley de Partidos (No. 33-18) establece que los candidatos para las elecciones municipales, congresuales y presidenciales será seleccionados mediante diferentes modalidades, entre las que se incluyen, por primera vez en nuestro país, la realización de primarias abiertas o cerradas, de acuerdo a las conveniencias e intereses de cada organización.
Esa Ley asigna a la JCE la responsabilidad de reglamentar, organizar, administrar, supervisar y arbitrar las primarias abiertas o cerradas, que se efectuarán mediante votos automatizados, simultáneamente, el próximo 6 de octubre.
De 26 partidos que, a la fecha, están reconocidos, solo el PRM realizará primaria cerrada, exclusiva para sus miembros; mientras que el PLD lo hará con primaria abierta, en la que pueden participar todos los dominicanos, peledeistas o no.
Unos 7,412,735 electores pueden votar en las primarias. De ellos cerca de seis millones podrían hacerlo en el proceso del PLD que será con el padrón de la JCE y unos 1,500,000 corresponden al padrón del PRM. Argumentando diferentes razones, la JCE no realizará primarias en el exterior.
Los candidatos a cargos electorales para los comicios del 2020 de los otros 24 partidos serán seleccionados con diversas modalidades: Encuestas, asambleas, convenciones, etc.
En anteriores procesos internos, organizados y administrados por cada partido, acordes a sus respectivos estatutos y, solo fiscalizados por la JCE, se presentaron enfrentamientos violentos entre sus miembros, con secuelas de heridos y muertos, descontentos y también desconocimientos e impugnaciones ante determinados resultados.
La superación de esos negativos antecedentes de los procesos para la selección de los candidatos, es el principal propósito de la Ley de Partidos al asignar a la JCE la competencia de organizar, administrar y arbitrar las primarias. No obstante, surgen varias interrogantes que ameritan reflexiones anticipadas sobre ambas primarias:
1.- ¿Estas primarias del PRM y PLD serán suficientemente democráticas, equitativas y transparentes, cuyos resultados serían acatados por los precandidatos que resultaren derrotados?
2.- ¿Tendrá la JCE la suficiente autoridad, capacidad y fuerza orgánica para evitar las confrontaciones físicas entre los simpatizantes de los candidatos polarizados, para evitar derramamientos de sangre que deslucirían esos procesos y afectarían la legitimidad de los resultados?
3.- ¿Podrá la JCE evitar con efectividad y a tiempo que no se utilicen recursos y publicidad del Estado (gobierno central, del congreso y de los ayuntamientos) para favorecer a determinados candidatos en detrimentos de otros?
4.- En el desarrollo de lo que resta de la campaña para las primarias, ¿la JCE asumirá la responsabilidad de evitar la incursión de militares y policías en actividades proselitistas en contra de determinados precandidatos?
5.- En el PRM, ¿existen condiciones políticas para que Hipólito, Abinader y sus diferentes precandidatos congresuales y municipales acepten como buenos y válidos los resultados que arroje su primaria?
6.- Una vez elegido el candidato presidencial del PRM, ¿Ese candidato tendrá capacidad política para conservar la unidad del partido y gestionar la formación de un bloque con otros partidos de la oposición?
7.- En el PLD, ¿Prosperará el cerco que se ha formado para impedir la candidatura del expresidente Leonel Fernández?
8.- ¿Aceptarían los danilistas un posible triunfo de Leonel, a los fines de preservar la unidad del PLD y la continuación en el poder, a partir del 2020?
9.- En el hipotético caso de que, en las primarias del PLD, triunfe Gonzalo Castillo, en representación del danilismo, ¿Leonel y sus seguidores aceptarían los resultados en interés de conservar la unidad del PLD y garantizar el triunfo en el 2020?
- Una vez seleccionado el candidato presidencial del PLD, ¿habrá condiciones políticas para formar un bloque con partidos aliados, como en comicios anteriores?
10.- Después del 6 de octubre, las heridas causadas entre precandidatos durante las precampañas se podrán cicatrizar en formas satisfactorias para garantizar la unidad del PRM y del PLD?
Particularmente, apostamos por la consolidación del sistema de partido, de la institucionalidad y gobernabilidad democrática, razón por las que deseamos que ambos partidos superen con éxitos la “prueba de fuego” que significan estas primarias, que se realicen con entusiasmo y respetos mutuos, con masiva participación, transparencias y sus resultados sean aceptados por los precandidatos perdedores, para avanzar hacia los comicios del 2020 en condiciones óptimas para mostrar al mundo la madurez de nuestros partidos y líderes políticos. ¡Ojala así sea, para beneficios de la R. Dominicana!