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POR ANGELA BAEZ GARCIA
La celebración Internacional del Día de la Mujer encuentra la Nación Dominicana necesitada de un tanque de oxígeno, que se llama: Trabajo.
Las arcas del país están como en sus peores tiempos. Estamos mirando a todas partes, buscando las oportunidades que nos permitan llevar pan a nuestros hogares. Nuestros emprendedores se esmeran en multiplicar las inversiones a fin de contribuir a desarrollar empresas sólidas, estables y productivas.
Desde el Gobierno se abren puertas a las inversiones extranjeras y muestra de ello es la rápida respuesta del Congreso Nacional a la extensión de la Ley 2801 que por más de 20 años tenía paralizada las aspiraciones de las provincias de la Región Fronteriza. Hoy esta Ley, surge con más amplitud, lo que permitirá que muy pronto hombres y mujeres de estas provincias, aspiren a un trabajo digno.
Nos estamos acercando a los siete meses de un gobierno que realiza múltiples esfuerzos en reparar, reorganizar y remendar, los desacatos de un PLD que prometió «Hacer lo que nunca se ha hecho» y efectivamente, nos han dejado casi hundidos en el mar de la desesperación.
Y en medio de los truenos y tormentas de este mar portentoso, surge la figura de la mujer dominicana, que sabe que es hora de que unamos nuestra voluntad para salvar la Patria, junto a los valientes que están remando a brazo partido para llegar a buen puerto.
«Nunca como ahora necesitamos la unión para redimir la Patria».
En estos momentos nuestra Nación está apoyada al cuidado de hombres y mujeres que están las 24/7 horas entregadas al servicio de revisar, administrar, velar, impartir Justicia y mostrar con ello su fe en el porvenir, defendiendo nuestro lugar en la historia, que ha sido puesto en desventaja por los gobiernos del PLD, porque no hay un solo renglón donde podamos celebrar haber alcanzado un punto en el cual podamos sentirnos bien representados.
Tenemos que levantarnos, y en nombre de tantas dominicanas que lo entregaron todo para hacer de nuestra Nación lo que nos permita levantar la bandera dominicana con sano orgullo, trabajando con devoción para alcanzar las metas fijadas por nuestro Primer Mandatario, Luis Abinader, mostradas al tiempo que rindió cuentas donde escuchamos que más de 2 millones de dominicanos tenían cobertura de Salud, habiendo repartido también a más de un millón de familias, tarjetas para adquirir alimentos básicos, en estos meses de cuarentena y escasa producción a causa de la pandemia del CV-19 que azota al mundo entero.
Definitivamente, estamos en permanente lucha para rescatar logros perdimos por la desidia, la corrupción y la impunidad. En las manos de valientes y patrióticas mujeres que manejan importantes instituciones, alcaldías, gobernaciones, administraciones está el presente de nuestra Patria dominicana, la única que tenemos.
Vayan mis saludos respetuosos y de admiración a ellas, resaltando la presencia de una mujer símbolo de grandeza y patriotismo, Tomasina Cabral, heroína viviente, a la que gobiernos recién pasados pretendieron dejar olvidada, pienso porque se sentían indignos de tocar esa flor cuyo perfume todavía recorre los cimientos de nuestra libertad, instándonos a ser dominicanas por encima de las traiciones y la persecución, la tortura y la cárcel. Mi admiración y mi más excelente abrazo a esa ejemplar mujer a la que este país le debe la más alta investidura desde el Congreso, el Palacio Nacional, en fin de todo lo que sea digno.
JPM
Veo, siento, apoyo merecidos por quienes son -invluida muy merecidamente la autora de este mensaje- con todo mi respeto por quienes son autores y lideran el deseable e ineludible el destino de la Nación y la sociedad dominicanos. Adelante, la Justicia tiene que triunfar en ese ambiente de libertad, tan largamente esperada, prevista de nuevo para la Patria.