“Hay dos clases de partidos: el PLD y los demás”

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El autor es profesor universitario. Reside en Santiago de los Caballeros.

 

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) nació como una alternativa a las frustraciones de Juan Bosch, en su otro hijo, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Bajo su lema: “Servir al partido para servir al pueblo”, se constituyó en una nueva esperanza contra los despojos trujillistas, todavía latentes en la persona y en la figura de Balaguer. Distanciándose de la práctica de corrupción de la mayoría de políticos, muchos peledeístas decían, en los años iniciales de fundación: “Hay dos clases de políticos: los corruptos y nosotros” (todavía navegaban lejos del puerto del poder).

Es una lástima que el tiempo pase. Si no fuera por el devenir, todavía estaríamos en el paraíso. Pero lo cierto es que ya Adán no está. Ni Eva. El Profesor, en su primer discurso en el Congreso Constitutivo “Juan Pablo Duarte”, sentenció: “La militancia de un partido se beneficia en la medida en que ese partido logra hacer desarrollar política y socialmente el país. Ahora bien, hay casos en que una parte de la militancia obtiene beneficio a costa del país y aun con perjuicios para éste (…)”. Lo irónico ha sido que la pulcritud ondeada como bandera, por el naciente PLD, se ha trastocado en lo opuesto. Además de todos los escándalos de corrupción que conocemos, se suma ahora el de Punta Catalina (dejado fuera del expediente por el procurador), revelándose la cantidad de pagos secretos realizados, incluso a árbritos del proceso de licitación (en total, más de 39 millones de dólares). No están sometidos ni el presidente de la República ni el del Senado ni de la Cámara Baja ni… El señor procurador dijo que investigará si hay elementos nuevos…

En el 1971, Juan Bosch profetizó con su famosa tesis: “Dictadura con respaldo popular” (dicho sea de paso, se planteaba la no reelección presidencial), sin imaginarse que su segundo hijo institucional la llevaría a cabo, aunque con algunas diferencias. Hoy vemos con asombro que el Congreso está militarizado. Aclaramos: el Congreso dirigido por los morados está militarizado por ellos mismos porque ellos mismos están protestando en sus afueras. Sí, entendió bien: el PLD que controla el Congreso, lo militarizó para evitar que el PLD proteste afuera. Esto es material para una novela de terror de Stephen King. Solo referiré algunas citas que han surgido y no las comentaré porque son explícitas. “El poder es para usarlo; el poder no se desafía: los votos para la reelección están y si no, vamos a conseguirlos” (Manuel Díaz, diputado peledeísta por Villa Altagracia). “No se trata de modificar la Constitución, sino de eliminar un párrafo” (Monchy Fadul, ministro de Interior y Policía). “No me arrepiento de militarizar el Congreso” (Reinaldo Pared, presidente del Senado y secretario del PLD). Como dije, no es preciso ningún comentario.

Como chiste, para cerrar, recordemos otra expresión del Profesor: “Nosotros no estamos haciendo campaña de afiliación y no tenemos el menor interés de atraer a nuestras filas a un perredeísta”. Hoy, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que, dicho sea de paso, está en su mínima expresión, parasita casi completo entre un Ministerio y la Cancillería (esto también se interpreta como parte del engranaje de la corrupción).

Al parecer, pues, es cierto: “Hay dos clases de partidos: los que aceptan que son corruptos y el PLD, que lo es en su máxima expresión, pero lo niega”.

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