Fenómenos naturales: ¿prevenir o remediar?

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EL AUTOR es periodista. Reside en Bani.

 

Hay acontecimientos imprevistos que trastornan la vida del país afectando miles de familias, causando inmensos daños e incluso cegando vidas.

Los dominicanos hemos vivido dos tragedias naturales recientemente. Primero los estragos causados por Fiona en la parte Este del país, a mediados de septiembre, y luego el diluvio que  sorprendió a Santo Domingo al comenzar la noche a principio de noviembre.

Las autoridades se vieron precisadas a invertir alrededor de 40 millones de pesos en labores de socorro a familias afectadas y subsanar los daños.

Empero la mayoría de los asistidos en estos y otros casos previos continúan en la misma situación de fragilidad en caso de registrarse un evento similar.

Las viviendas reparadas volverían a sucumbir, las inundaciones dañarían de nuevo los ajuares y la estela de daños alcanzaría proporciones inconmensurables.

Los recursos suelen aparecer para remediar, no así para precaver.

¿Qué hacen los ayuntamientos y juntas distritales alrededor del país para evitar consecuencias mayores si se les presenta una situación de esta naturaleza? Dudo que estén enfocados en ese aspecto.

El gobierno central, a través de sus instituciones correspondientes, hace poco en ese sentido. De modo que tendremos que conformarnos con más acciones paliativas que preventivas.

Si bien es cierto que se ha procedido a intervenir algunas cañadas que tienden a desbordarse, la mentalidad de los residentes cercanos siguen intactas en cuanto a considerar las mismas como vertederos.

Se siguen ocupando zonas de peligro e incluso hay denuncias de que el gobierno ha dispuesto construcciones imprudentes que no soportarían determinados fenómenos naturales, incluyendo centros escolares.

Una obra trascendental como la cárcel la Nueva Victoria se asegura fue construida en terrenos pantanosos con un alto riesgo de inundaciones.

En Baní, por ejemplo, se instaló una enorme valla publicitaria al lado de una subestación eléctrica ubicada a la entrada de la ciudad sin que el Ayuntamiento municipal ni Edesur tomaran cartas en un asunto que podría traer graves consecuencias.

El país debe abocarse a una política tendente a reducir la posibilidad de grandes desastres, como a los que estamos expuestos por sismos, inundaciones, fuegos, deslizamientos y otros fenómenos naturales.

Siempre resultará más gratificante en todos los órdenes precaver que tener que remediar.

jpm-am

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Eduardo Guillermo
Eduardo Guillermo
1 Año hace

Este viejito es lo más parecido a un chiuachiua #1 la carita y los ojitos jajajajaja 🤣