Exponen desafíos actuales de Haití
Buenos Aires, 1 jul (PL) Haití tiene hoy como desafío el logro de la ciudadanía para todos, con derecho a vivir, desarrollarse, trabajar, nutrirse y poseer salud, consideró la reconocida intelectual de ese país Suzy Castor. En una entrevista publicada por el diario Página 12, la investigadora sostuvo que ante los problemas existentes (hambre, carencia de escuelas, desempleo y otros) es legítimo afirmar que no todos los haitianos son verdaderos ciudadanos. A juicio de la vicepresidenta de la Asociación de Historiadores de América Latina, en una nación no puede haber una categoría de ciudadanos integrada por no ciudadanos. Si vas a Haití verás que algo te golpea, es el hecho de que hay unos que no tienen condiciones mínimas, viven de manera infrahumana, agregó. De acuerdo con Castor, otra demanda haitiana es que el país pueda subvenir sus necesidades pues produce muy poco y las líneas de producción de los siglos XIX y XX se están reduciendo. Haití, recordó, tiene el 68 por ciento de su presupuesto nacional constituido por subvenciones exteriores, y así no puede seguir. Por otra parte, debemos ser soberanos y no lo somos, estamos bajo una tutela con la presencia de militares y funcionarios internacionales que tienen injerencia en las decisiones del país, manifestó. Constituye, añadió, un reclamo de toda la población que el país sea soberano y pueda permitir que sus hijos se desarrollen desde todo punto de vista. Esas cosas son los grandes desafíos que tenemos más allá de la política cotidiana, los pleitos y las reivindicaciones inmediatas, recalcó al referirse a la necesidad de contar con una nación del siglo XXI. Castor también expresó que la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití, acusada de atropellos y del resurgimiento del cólera, tiene que salir ya del país, más temprano que tarde. Tal fuerza, creada en 1994, tiene que irse, de esto no hay duda, recalcó la historiadora, quien valoró la importancia de fortalecer la Policía para asegurar el orden y no regresar a la constitución de un Ejército, lo cual, subrayó, sería catastrófico. Puntualizó que Haití es muy pacífico, demasiado, enfatizó, si uno piensa en una nación de 10 u 11 millones de habitantes para quienes hay nada más ocho mil policías. No vivimos en un país violento, aún con los estereotipos que hay afuera, y es normal que exista un cierto nivel de delito por la gran miseria para muchos, opinó. Sin embargo, explicó, si nos referimos a la violencia hay dos tipos: la de los mafiosos ligados a la droga, pues Haití es un terreno de paso de estupefacientes hacia Estados Unidos, y la política como se ha manifestado en el pasado.