El Sínodo pide acoger homosexuales y a las personas divorciadas
CIUDAD DEL VATICANO, 19 de octubre.- Los participantes en el Sínodo de los obispos que ha debatido sobre temas relacionados con la familia han aprobado un documento final en el que se propone acoger «con respeto y delicadeza» a los homosexuales y acompañar a los divorciados. La 'Relatio Synodi' el documento final que ha sido aprobado este sábado punto por punto por los «padres sinodales», aquellos obispos y cardenales con derecho al voto, ha sido divulgado por petición del papa Francisco, quien también autorizó a publicar cuantos votos tuvo cada párrafo. En otro de los temas, el de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, los participantes en el Sínodo han expresado su decisión de que sobre esta cuestión se profundice en el futuro. Un texto de propuestas La oficina de prensa del Vaticano ha explicado que el documento aprobado es un texto de propuestas de los obispos sobre el que trabajar durante un año de cara al próximo Sínodo de octubre de 2015, que también abordará el tema de la familia. Según se desprende de los resultados de las votaciones, no todos los 62 puntos obtuvieron la mayoría de dos tercios requerida en el pasado para este tipo de documentos, pero consiguieron una mayoría y por tanto forman parte del mismo. Entre ellos, el punto 52 en el que se proponía estudiar un camino penitencial para que los divorciados que se han vuelto a casar pudiesen recibir los sacramentos, fue el que más votos en contra tuvo, pero fue aprobado finalmente por 104 a favor y 74 en contra. Lo mismo ocurrió con el punto 53, 112 a favor y 63 en contra, que instaba a continuar estudiando la posibilidad de que los divorciados que han vuelto a casarse puedan recibir «la comunión espiritual» o el «por qué no pueden recibir la comunión sacramental». Los homosexuales deben acogerse «con respeto» Otro de los puntos aprobados, aunque con 62 votos contrarios, fue el relativo a los homosexuales. La mayoría aprobó que «los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza» y que se «evitará cualquier marca de discriminación». Sin embargo, los obispos han subrayado «que no se pueden establecer analogías, ni si quiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia». El documento dedica un amplio espacio a exaltar «la belleza» de la familia tradicional y fiel, pero asegura que la Iglesia «como madre atenta» debe acompañar «con misericordia y paciencia» a las familias frágiles o heridas. Además, la Iglesia intentará «ayudar a lograr la plenitud del plan de Dios» a las parejas casadas por lo civil, divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven, afirma el documento. El texto reconoce también algunos valores en estas parejas que «cumplen el bien, se hacen cargo los unos de los otros y están al servicio de las comunidades en las que viven y trabajan». Todas estas reflexiones tendrán que ser ahora «maduradas y analizadas» por las Iglesias locales» para preparar el camino del Sínodo de octubre de 2015. El discurso del papa Por su parte, el papa Francisco ha proclamado, al final del Sínodo extraordinario sobre la familia, que en esta asamblea no se ha puesto en entredicho la «verdad fundamental» del «sacramento del matrimoni la indisolubilidad». Así lo ha afirmado el papa Bergoglio en un discurso pronunciado ante los participantes en este Sínodo, a quienes ha dicho que su papel como líder de la Iglesia Católica es el de «garantizar la unidad», tras los debates en los que se abordaron cuestiones como la acogida a los homosexuales o a los divorciados vueltos a casar. En otro momento de su intervención, el papa ha explicado que la Iglesia Católica no debe «tener miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos», en alusión al Evangelio de San Lucas. Bergoglio ha admitido que en los debates en el Sínodo se han podido apreciar «tensiones y tentaciones», entre las cuales ha mencionado la tentación de la «rigidez hostil», que ha resumido en la actitud de «querer encerrarse en lo que está escrito (la letra) y no dejarse sorprenderse por Dios, por el Dios de las sorpresas». Y ha advertido contra la «tentación» que plantean los que ha calificado como «tradicionalistas» o «miedosos», pero también a aquellos que ha definido como «denominados progresistas y liberales». Las palabras del papa, que el domingo pondrá punto final solemne con una misa en San Pedro al Sínodo extraordinario cuyos trabajos han concluido, fueron recibidas con un cerrado aplauso de los congregados que duró unos cinco minutos.