El muro de Trump y la hipocresía mundial

 

                                   

Las migraciones de los  humanos  es un fenómeno inherente a su propia existencia desde tiempos remotos. Se produce una emigración cuando un grupo de personas o estamento social incurre en un traslado de su lugar de origen a otro, en donde estima que mejorará y elevará su estándar de vida, implicando con ello, una nueva existencia en un entorno social, político y económico diferente al que ha vivido.

Este accionar  tiene dos vertientes que son parte fundamental del proceso migratorio: la emigración y la inmigración. La primera, (emigración) la podemos definir como la salida de una persona de un país o su lugar de origen para establecerse en otra latitud. La segunda, (inmigración)  la describimos como el arribo a un nación determinada por individuos de otros países. Establecidos estos conceptos, quiero referirme al revuelo que ha ocasionado a los internos de los Estados Unidos y el mundo,  las medidas migratorias del presidente Donald Jhon Trump Macleod.

Las medidas migratorias de Trump

Es increíble la manera en que las protestas coordinadas, bien dirigidas y nada «espontáneas» se han escenificado desde el mismo día de la toma de posición del presidente Donald Trump hasta hoy en día. Esto no es casualidad, sino más bien, una laboriosa y planificada estrategia del establishment demócrata que todavía no ha podido asimilar a plenitud su sorpresiva derrota electoral.

Y ante todas estas «protestas» yo me formulo las siguientes interrogantes: acaso no es una atribución de un gobernante tomar las medidas necesarias y adecuadas para proteger a su nación? Tienen los Estados Unidos que complacer a las demás naciones en forjar sus políticas migratorias a gusto y complacencia de los demás? No es un derecho, un deber y una obligación de una nación de proteger y vigilar sus fronteras?

Qué razón histórica, moral o social debe primar en esta nación, en tener sus fronteras abiertas, una inmigración sin control alguno y verse en la obligación de modificar sus leyes migratorias para adecuarlas a los intereses de los que emigran y no ser al revés como es lo correcto?

Yo les pregunto a estos «defensores» de nuevo cuño, que de la noche a la mañana han surgido ahora en los Estados Unidos, en estos tiempo en que los terroristas islámicos no descansan en buscar la forma de infiltrar a sus agentes del terror y la muerte en las naciones que ellos odia y quieren destruir, qué de positivo tiene para la patria de James Madison Tood permitir el ingreso descontrolado de nacionales cuyos gobiernos han sido enemigos de América como lo son Somalia, Yemén, Sudán, Libia e Irán?

Al parecer, muchos se hacen los tontos (para no llamarles pendejos) en  ignorar con tal de favorecer sus causas, los peligros que hoy entrañan las naciones con el terrorismo radical e islámico cuya pretensiones es gobernar a los que ellos consideran «los perros del occidente». El mundo que hoy vivimos, ya no es aquel que hace unos treinta o cuarenta años atrás. La forma despiadada, cruel y sanguinaria en que el terrorismo islámico pretender hacernos su vasallos he  inculcarnos sus radicalismo religioso y su estilo de vida, debe hacernos pensar que las medidas y precaución que ha tomado Donald Trump, hoy en día son más que necesarias y no están de más y   mucho menos, para una nación que genera tanto odio de sus detractores y envidiosos de su desarrollo como son los Estados Unidos.

Es injusto y hasta resulta irónico en todas estas «protestas», que se acuse a los Estados Unidos de ahora de ser antiimigrante y  se ataque las nuevas políticas de Donald Trump, cuando esta nación ha asimilado el 20% de la inmigración mundial al tener en sus tierras la cifra de 47 millones de personas nacidas en otros lares.

Lo curioso de estas «protestas», es que no salieron a las calles en el 2011 cuando Barack Hussein Obama II Dunham, implantó las mismas medidas de Donald Trump y más aún, fue quien eligió la lista de los países antes que lo hiciera Trump. Qué pasó ahí?. Pero es obvio la doble moral de estos manifestantes, porque cuando Obama suspendió la Ley de «Pies secos, pies mojado» casi finalizando su mandato, tampoco salieron a protestar por dicha acción ejecutiva. Acaso esos cubanos, que salieron despavoridos de la dictadura castrista y quedaron varados,  no eran emigrantes?

Es menester que las personas que quieran venir (que son millones) a vivir a esta nación de ensueños, de progreso y de grandeza, debe entender de una vez y para siempre que la visa,  residencia o ciudadanía que nos otorga los Estados Unidos, no es un derecho como muchos aviesamente creen, sino más bien, un privilegio el cual debemos honrar siempre con nuestra conducta y defendiendo a esta patria grande que nos ha acogido para disfrutar dentro del marco de la legalidad el  american dream. Si así el emigrante no lo vislumbra, entonces a qué vienen?

Los muros que no son de Trump y no protestan

   Nunca había visto tantas protestas tanto a lo interno de los Estados Unidos como fuera de el, por el derecho que tiene un mandatario de construir un muro en sus fronteras, cuando entiende que de no hacerlo, la integridad territorial de su nación peligra por la suerte del vecino que le ha tocado. Más que un derecho, yo lo considero el deber de un gobernante.

No obstante ello, las medidas migratorias tomada por la administración de Donald Trump y su propósito de levantar un muro en la frontera con México,  al parecer, ha sacudido los cimientos de una nación y una sociedad que estaba anquilosada, adormecida y anestesiada por una administración traidora, cobarde y pusilánime como lo fue la del musulmán nacido en Hawai, Barack Hussein Obama II Dunham, la cual estaba poniendo en peligro por sus negligencias y descuidos, a la sociedad norteamericana que optó por un cambio que ya ve sus frutos y que la parte del populismo demócrata se niega a reconocer.

Pero, lo insólito de estas «protestas» en contra de muro de Trump, la realizan personajes y naciones que no tienen la calidad moral para ello, pues incurren en lo mismo y, en su proceder antes los demás, hacen como el avestruz que entierra la cabeza para ignorar lo que le circunda. Claro que admito que están en sus derechos, pero lo que no se les puede permitir es que lance sus diatribas en aquellos que hacen lo mismo en beneficio de su patria. Veamos algunos de ellos.

El papa Francisco, un lobo vestido de oveja, criticó a Trump por el muro y dijo (cito): «Una persona que piensa solo en  hacer muros sea donde sea, y no hace puentes, no es cristiano». Lo irónico de estas palabras, es que uno que tiene la casa de cristal le tira piedras a la del vecino. Si hay una ciudad totalmente amurallada y fortificada, lo es la Ciudad del Vaticano en Roma. Y esta realidad que pretende ignorar Francisco, yo pude constatarla personalmente en mi segundo viaje a Europa, ya que el hotel que elegí  está tan cerca del Vaticano que mi esposa y yo nos fuimos a pie a conocer por dentro y fuera el centro del catolicismo. (ver enlace)  https://ultimaadvertencia.blogspot.com/2016/02/los-muros-del-vaticano.html

Pero más insensato es lo de México que,  sin mucho alboroto, ha levantado su muro en contra de los migrantes de Centro América en el Municipio de Tierra Blanca, para evitar que estos pueden llegar a tomar el tren «la Bestia» en sus pretensiones de llegar a los Estados Unidos y evitar el trasiego de personas por su territorio. Amén, de que los que llega a cruzar, son extorsionados, encerrados, robados  y abusados por las mismas autoridades mexicanas, sin contar con los coyotes y bandas de delincuentes que tienen que sortear.(ver enlace) https://sipse.com/mexico/inmigrantes-centroamerica-muro-frontera-sur-mexico-240258.html

Puedo decir sin temor alguno, que en la política mundial prima hoy la hipocresía social.  Sociedades que están corrompidas por el dinero, la avaricia, la política y la envidia en grado sumo, que se han convertido en antivalores que motivan su rol, anteponiendo sus intereses al bien colectivo. Veamos la lista de los muros levantados en el mundo que no motivan «protestas» como el que quiere levantar Donald Trump:

1) El muro en el Sahara Occidental, 2) el muro entre Israel y Cisjordania, 3) el muro de Chipre (grecochipriotas y turcochipriotas, 4) el muro entre Corea del Norte y Corea del Sur

e) el muro entre Arabia Saudita e Irak, f) el muro entre India y Pakistán, g) el muro de Uzbekistán, h) el muro entre Irak y Kuwait, el muro entre Ceuta (España) y Melilla (Marruecos) y el muro entre Belfast, Irlanda (protestantes vs. católicos)

   Ante esta realidad, debemos tener claro una cosa: la claque política que dirigen a naciones  subdesarrolladas, siempre han pretendido en tener a los Estados Unidos como una especie de «válvula de escape» para compensar de cierta manera, el latrocinio que hacen en su ejercicio del poder. Donald Jhon Trump Macleod, con su consigna política «Make America  Great Again» que ya ha puesto en práctica tan pronto asumió el poder, los ha tomado fuera de base o como dicen en la República Dominicana: «asando batata»

jpm

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