El Enriquillo de hoy

El mundo debe saber que en la costa suroeste de República Dominicana, existe un hermoso lugar llamado Enriquillo. La verdad, es un sitio encantador; sol y montañas, mar y cielo azul en sus múltiples días claros; el verdor de sus colinas y ese mar, a veces verdusco, a veces azul, y otras veces emblanquecido por sus olas al quebrarse en mil destellos de espuma, crean el marco ideal para un espacio encantado.

Cuando vas dejando la comunidad de Caleton, en dirección sur, bordeando la costa, es obligatorio sonreír y recordar a don Quijote; “preparate amigo Sancho, que se acercan los entuertos; mira esos inmensos gigantes, con sus brazos desafiantes”, y es que comenzamos avizorar los gigantescos generadores eólicos, que la tecnología y el desarrollo han incrustado en la mágica orografía de Enriquillo.

Doce mil almas conviven en este pueblo, la mayoría sin sentirlo como el paraíso que realmente es; porque nuestro Enriquillo produce energía eléctrica con sus eólicos, pero no para los enriquillences; mientras muchos pueblos del país y diferentes comunidades disfrutan los famosos circuitos 24 horas, para el negocio eléctrico, este lugar solo es bueno por sus condiciones climáticas y orográficas para producir la electricidad.

Enriquillo vive a oscuras, siendo un productor importante de energía eléctrica. Y no es solo energía; estamos rodeados de agua dulce, y sentados sobre agua dulce; pero en gobiernos que se ufanan de haber llevado el agua potable y la salubridad a remotos rincones del país, a todos les ha quedado grande el desafío de los 14 kilómetros que nos separan de la mejor fuente de agua de la región para un buen acueducto.

Un acueducto que sería la solución del preciado liquido para las comunidades de Los Blancos, Caletón, Enriquillo, Arrollo Dulce, Naranjal, El Higuero, Juancho y Oviedo con todas sus comunidades; dos municipios importantes de diferentes provincias, con sus múltiples distritos y parajes podrían beneficiarse de un proyecto de esta categoría.

Pero no; en cada proceso electoral, los políticos del patio y quienes ellos representan a nivel nacional, cacarean sus ofertas, y administraciones van y vienen, y obras que incluso han sido presupuestadas e iniciadas, no se concluyen porque los representantes locales no fueron invitados al sancocho al momento de repartir el presupuesto, y no les interesa dar seguimiento a las ejecuciones de esas obras.

Así, tenemos cortos tramos de carretera, como el de Las Cuatro Bocas al Higuero que está a punto de cumplir 20 años en construcción y es una oferta fresca para cada campaña electoral local o nacional; un multiuso deportivo, que tiene la misma edad del tramo carretero mencionado; si hubiera responsabilidad política comunitaria, el liderazgo local debería preparar un cumpleaños común para obras inconclusas con invitados especiales.

Gracias a Dios, Enriquillo seguirá enclavado en mejor micro clima de toda la región suroeste; y quienes sentimos satisfacción por haber abierto los ojos a la vida en este rincón, podremos continuar disfrutando de tanta belleza y tantas bendiciones derramadas en esta naturaleza; aun sin que llegue la obligación del Estado.

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