El discurso de vuelta al poder y sus inconsecuencias

Construir un discurso para volver al poder siempre es posible pero, habrá que vencer muchos y variados obstáculos, algunos de ellos propios, que se desprenden de esos 20 años de un gobierno tan mal recordado por la población, debido a los constantes y extremos casos de corrupción y encubrimiento; y otros que se basan en el éxito logrado por las autoridades al enfrentar los grandes males nacionales de manera permanente y definitiva, que es lo que hace el gobierno actual. 

Pero si se consiguiera orquestar una propuesta viable -electoralmente hablando- aún existe una barrera casi infranqueable, que no se ve manera de superarla y es, ese sentimiento que abruma a la gente cuando mira hacia atrás y siente las frustraciones que nos agobiaron de forma continua en el pasado. Ese estado de nervios del pueblo es lo que da pie al dicho popular: “lo que no sirve se bota”; claro que lo botamos aquel 5 de julio de 2020. 

Con este conflictivo escenario, se vislumbra una intensa lucha de opinión pública para generar la percepción de rechazo al gobierno, por parte de la oposición actual. Con esa intención, unificarán esfuerzos los partidos PLD y FP. Mientras por otro lado, el PRM y Luis Abinader desde el poder, habrán de responder como las circunstancias lo demanden pero, con mucho mayor intensidad pues, su meta es asegurarle un real cambio de rumbo al porvenir nacional. 

Definido ya el objetivo de los bandos en pugna, pasemos a sopesar las posibilidades y las herramientas que posee cada uno para alcanzar el éxito. Y hay que hacerlo con la mayor objetividad, porque a pesar de la creencia generalizada de que la gente no tiene memoria, está confirmado que los dominicanos sí distinguen las buenas intenciones y reconocen, aun y cuando sea muy oscura la noche, la cercanía del amanecer. 

Empecemos por los opositores, que son básicamente los dos partidos provenientes del viejo PLD de Bosch: la FUPU de Leonel y el PLD de Danilo, “el chiquito” según el león. Aunque, todos sabemos que en este caso, “el más chiquito es el más grande” de los dos pero, su valor solo importa si se juntan; y hay que tener cuidado, porque algunas juntiñas restan en vez de sumar. De todos modos, hay que repartir a partes iguales las ventajas y las desgracias, porque ellos siempre fueron como “uña y mugre” y también comparten en la misma proporción las culpas, que no son pocas. 

Este bando apuesta -como les dije- a que la gente no tiene memoria, una vieja creencia política que ya ha empezado a derrumbarse, por las derrotas consecutivas que han sufrido los partidos tradicionales en Latinoamérica, que son sus principales promotores. Ellos esperan que sus indelicadezas sean olvidadas y hasta reivindicadas algunas de ellas, como si tales desaciertos fueran motivo de orgullo para los ciudadanos comunes.  

Entre la oposición y el gobierno, existe un conglomerado político muy emocional y con cierta importancia, aunque no sea decisivo. En las peores condiciones se le asigna el 10% de los votos pero, como nunca han estado todos metidos en el mismo paquete, su valor se reduce a la proporcionalidad entre los grandes ejércitos, que son dos aunque, hoy parezcan tres. 

También, entiendo que debe consignarse -a la luz de los resultados del año 2020- la presencia de un estamento no tradicional de participantes, que eufemísticamente le llamamos: “sociedad civil” pero que se comportan como un partido de nuevo cuño, con intenciones evidentes de alcanzar el poder o parte de éste. 

De cualquier manera, la característica más significativa de este grupo tradicional de presión, es su necesidad de “estar en el poder” y desde luego, quien mejor puede responder a sus demandas es el gobierno. Por lo que se supone, el PRM sacaría la mayor parte de los votos que pudieran aportar. En el subsector “sociedad civil”, el gobierno también exhibe ventajas al momento de pactar, debido básicamente, a que ha sido con Luis Abinader cuando han logrado la mayor preponderancia en el Estado. 

Veamos finalmente al sector gobiernista, que sin dudas acarrea serios problemas de compactación, ocasionados por las necesidades generadas a lo largo de diez y seis (16) años fuera del poder, por una parte; y por la otra, el “hándicap” del subdesarrollo político que siempre le ha acompañado. Convendría un programa de reconexión con las bases del partido, acompañado de un relanzamiento del presidente Abinader como líder máximo del mismo. 

Otra dificultad que en ocasiones se hace evidente y hasta preocupante, es el manejo a destiempo de las informaciones tocantes al Estado y al Gobierno. La gente debe saber lo que está sucediendo, antes de que la especulación y el morbo, tan propios de estos tiempos de lucha política de sobrevivencia, se apoderen de la verdad y distorsionen la realidad del país. Esos dos males (la especulación y el morbo) son las únicas armas disponibles para los sectores desplazados del poder. En contrario, el Gobierno cuenta con el arsenal de sus exitosos programas de apoyo a la población más necesitada. 

Contempladas ya las dos debilidades mayores del gobierno, de frente a las elecciones venideras, vale señalar sus grandes logros y la solidez de la percepción ciudadana de que realmente estamos cambiando, más allá de las limitaciones acarreadas por el Covid y las subsecuentes crisis de suministros básicos (medicamentos, granos, materia prima, petróleo), que se agravaron con el conflicto ruso-ucraniano. 

El pueblo siente el esfuerzo hecho por el presidente Luis Abinader en el manejo de la epidemia, vacunando la población y por tanto, minimizando las muertes. Pero mas que eso, la asistencia del Estado a los mas necesitados, es reconocida y valorada como un sincero empeño de solidaridad con los desamparados. En verdad, la respuesta estatal a la pandemia y sus consecuencias, ha sido mas que sobresaliente y eso lo reconoce todo el mundo. 

Y pudiéramos enumerar múltiples áreas de servicio donde la mano del Gobierno ha llegado por primera vez y con bastante efectividad, identificándose plenamente con sus promesas electorales. La recuperación de los empleos y el relanzamiento del turismo son pruebas de la pericia demostrada por nuestro Presidente. Sin embargo, entiendo que donde mayor incidencia ha tenido el novedoso accionar del Jefe de Estado y su gobierno, ha sido en la psiquis del pueblo dominicano y en el espíritu de los servidores públicos del futuro. 

Hoy día, todo el mundo siente como una realidad el tener que responder por sus hechos, si se comete algún delito contra el Estado o la propiedad privada; y saber que la impunidad no podrá ocultar nunca más la corrupción, es un gran logro de Luis Abinader.   

¡Vivimos, seguiremos disparando! 

jpm-am

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Luis De New York
Luis De New York
1 Año hace

Jabali. Muy buen analices.

luis j liriano
luis j liriano
1 Año hace

Muy buen enfoque tortolo , muy realista y dentro de la logica su comentario