El día antes y el día después

Ha sido un proceso largo; una lucha sin cuartel, para impedir el despropósito de reformar La Constitución con el único fin de rehabilitar una nueva reelección presidencial; pero al fin, la razón tocó la frente del Presidente Medina y admitió que no podía hacerlo en contra de toda la sociedad; y ¡qué bueno, que fue así!

El intervalo de campaña para las contempladas elecciones primarias, ha llegado a su fin; en su curso sucedieron muchos hechos dignos de ser resaltados; pero solo nos ocuparemos de algunos; el más negativo de esta precampaña, fue que el gobierno dejo a riendas sueltas al Estado, para que todos sus funcionarios corrieran detrás de un precandidato, y con ellos los recursos del propio Estado.

Otro aspecto, también negativo, ha sido el descrédito programado a las encuestas de opinión; la primera medida para esta deleznable tarea fue contratar de antemano tres de las firmas encuestadoras en que más confían los dominicanos, no para que trabajaran por el pre candidato contratante, sino para que no trabajaran por nadie, ni publicaran resultados de sus mediciones durante todo el proceso.

¡Cuánto temor a las mediciones de esas firmas!; la evidencia del chanchullo, la dejó una encuestadora que mostró incompletos los resultados de su estudio, pero que su cuestionario fue manejado tan claramente para conducir las repuestas de los cuestionados, que mostró completamente sus partes pudendas; y aun así, solo pudo mostrar un empate en la percepción del público, ocultando deliberadamente la medición de la intención del voto.

Desde el pasado viernes, ya estamos en el día antes; y hemos visto como algunas encuestadoras, han rehecho sus estudios para presentar números que no las dejen mal paradas; porque con una embestida final del poder del Estado, esta vez encabezado por el propio Presidente de la República, los amplios márgenes establecidos por trabajos de campo de una semana anterior, se ven insostenibles en el Partido oficial.

Lo positivo de este día antes, es que se puede ver todo un país entusiasmado, envuelto en una experiencia democrática, cuya evaluación final dependerá de la responsabilidad y el celo que ponga el órgano rector sobre la contienda de las urnas; los miembros de la honorable Junta Central Electoral, se juegan su crédito, no solo como institución, sino como individuos, cada uno de ellos.

El día después, debe esperar al pueblo dominicano y a cada uno de sus representantes, preparados para festejar el éxito de una brillante y transparente jornada democrática.

¡Oremos! Porque las lágrimas de la alegría de la victoria sean suficientes sinceras y condescendientes, para restañar el avatar de los vencidos, sin que su rencor entorpezca su capacidad de amar a la República Dominicana.

mxmsanchez45@gmail.com

JPM

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