El acta de defunción política de Leonel Fernández

El poder de usar los recursos del Estado que una vez ayudó a Leonel Fernández a derrotar a su rival de partido Danilo Medina en el 2006, hoy toma un trago amargo de su misma medicina. Los mismos compañeros de partido que Leonel ayudó a acumular grandes fortunas de la mano de la corrupción estatal son los mismos que le dan su merecido sepelio electoral.

El pataleo tradicional de las elecciones dominicanas donde nadie pierde, le toca a los Leonelistas de parte de su jefe de campaña y miembro del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Radhamés Jiménez, salió haciendo declaraciones que se realizó un fraude con un programa algoritmo aleatorio, donde el sistema electoral de la Junta Central Electoral (JCE) restaba los votos del León, para sumarlo una parte a Gonzalo Castillo y la otra a la elección de ninguno.

Este exige que se realice una auditoría con profesionales internacionales al programa electoral, para encontrar el fraude de voto de parte del gobierno. La imposición del Danilismo realizó un trabajo épico de mantener una votación cerrada para así amansar las aguas de los perdedores y darles menor razón al pataleo tradicional del perdedor.

Leonel Fernández se convierte en las cenizas de un político, donde su legado de impunidad y corrupción se aleja como el sol al anochecer. Los pocos fieles amigos de su equipo saldrán de sus filas para apoyar el candidato que le asegure una tajada de dinero y poder.

Ambos se lamen las heridas de su derrota, Leonel alegando un fraude que ayer él era su auspiciador, hoy es el afectado.

Esta vez el mejor y favorito discípulo de Juan Bosch, solo le queda buscar refugio con el

Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) con Quique Atún, o aliarse con la fracción del Partido Revolucionario Moderno (PRM) de Luis Abinader, para asegurar su subsistencia en el ámbito político.

Nos indigna con gran dolor ver como la necesidad y la falta de valores patrióticos pone primero el interés de vender el derecho al voto. Ver como los candidatos de la oposición llamados a defender los intereses de la institucionalidad gubernamental del país, guardan silencio con la probabilidad de tener una futura alianza con el León.

Danilo Medina debajo del manto de la alianza con el gobierno comunista Chino y alejándose de las sombras del gobierno norteamericano, busca asegurar su perpetuidad en el poder de la misma forma que el presidente Nicolás Maduro lo ha hecho en Venezuela, a la fuerza y en contra de la voluntad del pueblo. Esto fue sin duda, un ensayo para lo que nos espera, sino tomamos acciones al respeto en las elecciones presidenciales de mayo del 2020

Hay que tener una coraza de indolencia muy grande cuando el gobierno invierte casi 300 millones de pesos en 62 días para hacer que un candidato desconocido como, Gonzalo Castillo, le gane la candidatura presidencial a una marca política en el país, como lo es el difunto político Leonel Fernández.

Las elecciones primarias han concluido con un sabor a suspenso de las mejores películas de drama de Netflix. El instrumento político de la continuidad del Danilismo, el Ing. Gonzalo Castillo salió victorioso con el 100% de los votos computados, Castillo es el virtual ganador con un 48.57 % (911,923 votos) frente a 47.43% (855,233 votos) del ex-presidente Leonel Fernández. El PLD en sus elecciones primarias con un padrón abierto habilitando de 7,422,416 millones de votantes, solo obtuvo un total de 1,843,861 votos. Solo un 24.83% del electorado participó.

Estos votos no representan los intereses de la nación dominicana, ni tampoco a los más necesitados del pueblo. Estos votos representan a los intereses individuales de una mafia política, otros votos son de aquellos que están sometidos al sistema de dependencia de dádivas y a su ignorancia o indolencia patriótica que participan en ventas de sus cédulas por dinero.

El gran ganador de las primarias es sin duda el pueblo dominicano, ya que el partido de gobierno va por primera vez fragmentado a unas elecciones presidenciales. El partido morado se encuentra dividido por un diámetro geométrico literalmente a la mitad, con un León sin selva y un mudo abrazando al continuismo en el poder.

Ahora más que nunca nos toca dejar el analfabetismo cívico y poner bajo la misma fuerza y unidad de la voluntada del pueblo dominicano, cerrando la puerta del Palacio Nacional a la peste política morada que ha lesionado tanto a nuestra sociedad.

Ahora, todos sin excepción, ¡vamos a seguir cogiendo todo lo da’o, pero no votaremos morao! Así la muerte política del León, se celebrará hoy no tan solo con los Danilistas, sino por todos los dominicanos, porque sin duda, es más fácil ganarle a un nuevo Gonzalo Castillo desconocido en las elecciones presidenciales, que a un tres veces presidente de la República Dominicana Leonel Fernández.

latrincheradelhonor@gmail.com

JPM

 

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