De Cantinflas a Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes
Cuando en diciembre de 1966 partí hacia México a estudiar medicina en la UNAM llegué allí cargado de ilusiones. Le comenté a un amigo que ya llevaba varios años residiendo en aquel país que las primeras cosas que quería realizar eran visitar la ciudad universitaria de la UNAM que ya conocía en fotos de enciclopedias y visitar a Cantinflas en su casa de la Avenida Reforma.
-En cuanto a la UNAM –me dijo-, mañana mismo te llevo, pero sobre la visita a Cantinflas te diré que lo olvides, porque en esa casa de la Avenida Reforma no vive Cantinflas, allí reside el señor Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes. Esto me pareció un trabalenguas de lo que no entendí nada, pero por suerte acepté la recomendación de mi amigo y olvidé ese deseo.
Resulta que el día 12 de agosto de 1911, en el seno de una familia humilde, nació en la ciudad de México un niño al que registraron con el nombre de Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes. Fue el sexto de catorce hijos del matrimonio formado por el cartero Pedro Moreno Esquivel y María de la Soledad Reyes Guízar. De los catorce hijos, sobrevivieron solo ocho al parto: Pedro, José, Catalina, el propio Mario, Eduardo, Esperanza, Enrique y Roberto.
Pero resulta que quien en realidad nació en esa ocasión fue Cantinflas y vivió hasta los primeros años de su edad adulta. Se crio en Santa María la Redonda, cerca del famoso barrio mexicano de Tepito, donde ni la policía entraba. En su niñez, como lo recoge su biografía fue limpiabotas, mandadero, cartero a domicilio, boxeador, bailarín, ayudante de zapatero, taxista, mesero, aprendiz de torero y un tiempo corto militar del Ejército Mexicano.
Su comicidad y peculiar lenguaje a la hora de desempeñar sus tareas lo llevaron al circo y se comenta que su primer sueldo en el teatro lo repartió entre excompañeros limpiabotas, vendedores de periódicos, mandaderos y carteros.
Pero poca vida le quedó después de eso a Cantinflas. Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes decidió ser la persona a la que habían registrado y no la que él había creado. Y resulta, que no hay ninguna similitud entre Cantinflas y Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes.
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes era un hombre muy serio y reservado, no le gustaba hablar con la prensa ni con nadie fuera de sus pocos amigos y en los lugares públicos a los que asistía se mostraba frío, hostil y soberbio. No solo no era simpático, sino que resultaba desagradable. Cantinflas, por su parte, en sus interpretaciones era una caricatura exagerada del “tigre” mexicano, al que llaman “pelao” (miembro de la clase baja) que denunciaba las desigualdades sociales y la insolidaridad.
En 1934 conoció a la actriz de origen ruso Valentina Subarev, con quien contrajo matrimonio. Querían tener hijos, pero como Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes era estéril adoptaron un niño rubio al que dieron el nombre Mario Arturo. La realidad es que ese niño, Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes lo compró a una turista norteamericana por US$10,000.00 y lo registró a nombre de él y su esposa. Tiempo después, la madre real, Marion Roberts se arrepintió de lo que había hecho y llorando por su hijo se suicidó en una clínica de México.
Tras la muerte de su esposa Valentina (Valita como él la llamaba), desde 1960 tuvo una amante norteamericana por 20 años (Joyce Jett), a la que ofreció matrimonio, pero nunca cumplió lo prometido, por lo que esta, cansada de esperar, un día se dirigió a un juzgado de la Corte de Estados Unidos en Houston y demandó a Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes por incumplimiento de matrimonio. Y allí, tras comprobar con las pruebas aportadas por la demandante que era cierto que mantuviera aquella convivencia, lo condenaron a pagarle la elevada cifra de veintiséis millones de dólares.
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes tuvo que pagar el dinero a su amante gringa, sobre todo para evitar ir a la cárcel. Desde entonces, melancólico, y dolido por la tajada de su inmensa fortuna que se llevó aquella amante gringa, fue muy cauteloso en sus siguientes y ya últimas aventuras sexuales.
Con el paso de los años se fue fortaleciendo cada día más la personalidad de Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, pasando Cantinflas a ser tan solo un personaje de ficción, existente solo en las películas, aunque dio lugar a toda una gama léxica de nuevas palabras, como: ser un cantinflas, cantinflear, cantinflada, cantinflesco o cantinflero.
Sus últimos años se caracterizaron por la persistencia de su enamoramiento de Carmen Sevilla, con quien no pudo nunca concretar una relación y el constante martirio que le infringía su hijo con su incontrolada vida, quien, víctima de las drogas, murió a los cincuenta y siete años, tras dilapidar buena parte de la herencia paterna.
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes murió tras haber sufrido un infarto al corazón debido a un cáncer de pulmón el 20 de abril de 1993, Cantinflas había fallecido desde su juventud. Miles de admiradores se reunieron en un día lluvioso para su funeral, creyendo erradamente que enterraban a Cantinflas, en un evento nacional que duró tres días. Sus cenizas yacen en la cripta familiar de la familia Moreno Reyes, en el Panteón Español de la Ciudad de México.
jpm-am
mario moreno o cantinflas tuvo un gran amigo dominicano en los angeles, el doctor rafael rodriguez (kokoleco) y casualmnte visitandolo en su hogar, tuve el honor de estrechar la mano de cantinflas.
excelente,mucho de los mejores humoristas,en su vida intima, toman la vida may en serio,tambien son intrvertidos
muy parecido al poema de juán de dios peza: reir llorando (garrik). las lágrimas del payaso.
cuando leí el nombre completo del personaje de este artí****, pensé que era arturo morató quien lo hacía, pues es clásico de su pluma y estilo, mencionar todos los nombre y alias de las persona que trata en sus artí****s…me equivoqué